Jefe = Posesivo

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La noche lentamente comenzó a llegar y junto a ella los más encantadores además de poderosos invitados, quienes se encontraban emocionados de conocer finalmente a los futuros herederos de KaibaCorp sin contar el hecho de poder lucirse regalando el más glamurosos obsequio, posiblemente nadie se haya limitado en gastos y algunos serían completamente originales, después de todo se estaba hablando de los hijos de "Seto Kaiba" todos querían quedar bien con el hombre.

La gran mayoría de los invitados ya se encontraban en el enorme salón de fiesta, el cual estaba adornado de forma maravillosa, los colores blancos y azules se destacaba por todos el lugar, con detalles plateados, en el centro se encontraba la enorme estatua de hielo con forma de un par de ángeles que Joey había solicitado, en el centro el enorme pastel con forma de dragón que a pesar de ser una temática algo tosca, la elegancia con la cual lo habían hecho era perfecta. Todos parecían quedar maravillado con el estilo con el cual se había planeado aquel cumpleaños y estaban deseosos de comenzar oficialmente a pesar que todavía faltaban personas por llegar.

En el piso de arriba Joey se encontraba maquillándose, había aprendido durante su época de modelaje, y refinó sus habilidades en la compañía, debido que en más de una ocasión había tenido que trabajar con modelo y centrarse en que cada publicidad y espectáculo, después de todo, las cosas debían salir como su jefe deseaba. Trabajó en su cabello al cual le colocó extensiones que lo alargaron mucho más y lograba destacar sus hermosos orbes color miel, los cuales ya no estaban ocultos por sus lentes de pasta.

-Woo... papá estas quedando hermosa – declaró Angela mientras se acercaba, la menor fue la primera en estar lista, con un hermoso vestido blanco que llegaba hasta sus rodillas, sin mangas y con el dibujo de unas alas en la espalda de color rosado – me encanta... debes enseñarme - agregó pasando un rubor a su padre.

-Jajaja cuando sea necesario pequeña – respondió finalizando su maquillaje, era totalmente natural, destacaba su belleza, sin verse recargado y además le daba un gran toque de feminidad. Sería difícil... estaba consiente de eso, pero el haber modelado tenía que serle de ayuda, no podía permitirse ser descubierto.

-Papá... bueno ahora mamá jijiji – se rio divertida para caminar por la enorme habitación que ahora estaban compartiendo, todo era demasiado grande en esa casa - ¿por qué haces esto por el señor Kaiba? Esto... no es parte de tu trabajo o ¿si? – preguntó curiosa, era algo que llevaba pensando desde que se lo había contado, pero no se había atrevido a preguntar.

-Ha sido mi jefe por mucho tiempo, supongo que lo hago por lealtad a él – respondió con sencillez mientras se colocaba el corset que usaría esa noche, era complicado por lo cual la menor comenzó a ayudarlo con los cierres - ¿acaso crees que hago mal? – le devolvió la pregunta para conocer la reacción de su hija, no deseaba hacerla sentir incomoda por una imprudencia.

-No... no es eso – respondió dudosa – pero... ¿Qué sucede si te toca abrazarlo... o besarlo? ¡Eso hacen las parejas! O si... tienes que vivir en esta enorme casa – comenzó a preguntar con cierto interés – esto último no me molesta, me siento como una princesa – agregó avergonzada, sintió que sus mejillas se quemaron ante esa confesión.

-Yo bueno... - no eran malas preguntas y no se las había hecho, pero se había sentido tranquilo debido a que conocía su a su jefe, a él no le gustaba las demostraciones de cariño en publico o por lo menos no las más intimas – cariño, todo saldrá bien... - intentó darle confianza a su pequeña, no deseaba que ella tuviera que pensar en cosas innecesarias.

Rompiendo la rutinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora