Seto Kaiba + Joey Wheeler = Amor

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Kaiba no había estado preparado para las acciones ni para las palabras de Joey, fue en ese momento que se dio cuenta que ambos estaban deseando lo mismo... un futuro juntos, y eso lo aliviaba, ya que, desde un principio sintió que estaba obligándolo a casarse, no es que desconfiara de su amor, pero muy en el fondo sintió que había estado acorralando a su pareja para que aceptara cada uno de sus caprichos, hasta le había hecho firmar un contrato, sin pensar en los suyos propios.

"Te amo, mi hermoso dragón"

Cada vez que Seto escuchaba esas palabras salir de los dulces labios de su amante, y en el momento que miraba sus hermosos orbes miel, sentía como todo cambiaba, ya nada importaba, ese remordimiento de conciencia desaparecía por completo y le hacía saber que eran paranoias suyas, que Joey estaba con él por su propia voluntad, que inesperadamente habían caído presos en un amor sincero.

"Yo también te amo, mi guardián"

Estuvieron sentados en la arena durante un par de horas, admirando el espectáculo del atardecer hasta que llegó a su fin y comenzaron a sentir el frio de la noche, el primero en levantarse fue el castaño, para después tomar el cuerpo de su amante entre sus brazos como si este fuera una princesa, siendo cuidadoso, pero muy firme con sus movimientos.

-K-Kaiba espera, te vas a lastimar – él no era precisamente liviano y no tenía claro si el brazo de su pareja ya estaba recuperado, pero el contrario no escuchó razones solo avanzó como si aquello no fuera un problema, hasta que llegaron a casa donde fue dejado en el mueble del salón principal mientras el contrario encendía la chimenea de enfrente, iluminándolos con la calidez del fuego – Tu terquedad ya no debería asombrarme – le regañó suspirando decepcionadamente.

- ¿Con que derecho vas a venir hablarme de terquedad? – desafió burlonamente mientras se volvía acercar a él para tomarlo por la barbilla – ah... Wheeler, realmente tú puedes competir conmigo – se deslizó para besarlo en los labios, pero el rubio lo rechazo moviendo su cabeza bruscamente negándose a aceptar esa afirmación, haciendo que la expresión de Seto dijera "¿así serán las cosas?"

Seto bajó y aprovechando que el contrario solo llevaba una camisa abierta, para darle una mordida en el cuello, Joey buscó resistirse, pero cuando fue sujetado de los brazos con fuerza supo que sería complicado, el castaño no se detuvo se permitió besar toda la piel expuesta de su amante, saboreando y degustando con mucha tranquilidad, tomándose su tiempo y dedicación cada movimiento de sus labios.

-D-detente no me dejes marcas – aquello fue extraño, Joey nunca se había preocupado demasiado por esa clase de cosas, por lo cual el contrario no le hizo caso divirtiéndose con su negativa y al percatarse de aquello el rubio hizo más fuerza en su contra sin medir el corto espacio que había para dos adulto en ese mueble, solo consiguiendo que ambos cayeran en el piso, por suerte para él, el impacto fue suavizado por la alfombra y en su pareja consiguiendo soltarse, pero antes de poder huir Seto lo atrapó por la espalda, tomándole de la cintura y aprisionándolo con su peso contra el piso.

Seto sonrió divertido mientras decidía besarle su nuca dulcemente, con cuidado le fue quitando la camisa deslizándola por sus brazos, sin importarle la pelea que estaba teniendo su cachorro, hasta que llegó a las muñecas donde terminó de atarla para inmovilizarlo más fácilmente, no era totalmente amante de esa clase de juego, pero confesaba que de esa forma la guerra siempre existía entre ambos se facilitaba para quien era más rápido y asertivo.

- Haré que jamás vuelvas hacer un broma como esa – le respondió con burla para pasar su lengua por el medio de la espalda haciendo un recorrido sensual y seductor ocasionando un escalofrió en todo ese hermoso cuerpo, Kaiba comenzó a disfrutar de ese delicioso manjar que tenía frente a él, acariciaba y seducía con lujuria, con un toque de burla que usó para quitarle el pequeño short que enmarcaba su trasero realzándolo encantadoramente, solo para descubrir que su amante no se había colocado ropa interior disfrutando molestarlo todavía más.

Rompiendo la rutinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora