Barbara Z.M

Seis.

—Bueno escucha con atención.— empezó a hablar y darme una especie de instrucción, pase de escucharlo para concentrarme en el movimiento que hacía con los labios.
¿Sera bueno besando? Mire su ropa y no dude en morderme el labio —¿Me estas escuchando?— me sobresalto la pregunta.

Asentí a medias, tragando duro la saliva. Comenzó a hablar nuevamente. No puedo creer que un chico así de guapo este enojado todo el tiempo, bueno solo conmigo porque con sus hermanas es distinto. Tiene unas hermanas y una mamá tan adorables, que estoy empezando a dudar que Zayn sea de esta familia.

—Deja de verme tanto de esa forma y escúchame.— dijo molesto. —Después no sabrás que hacer.—continuo.

¿Pero qué debo hacer? cuidar a dos niñas no es nada difícil. Termino una oración que no escuche completa. —¿Comprendiste?

—Si. No soy hueca Zayn.— dije defendiéndome, me trataba como una estúpida cosa que no iba a permitir de nadie.

Zayn bufo y abrió la puerta, me hizo una seña para que pasara primero, le sonreí halagada. —Gracias mi príncipe azul.— dije bromeando, el solo no me hizo caso. Y camino detrás de mí, hasta donde estaba sus hermanas.

—Mira Walyha, su novia es como mi Barbie.— dijo la pequeña risueña, y la otra niñita asintió riéndose. Voltee a ver a Zayn con un aire de orgullo, el aparto la vista de la mía.

—Mamá, creo que Saffa esta enferma.— dijo y luego me vio burlón. Solo porque estoy en su casa le tengo respeto, espérate mañana Malik.

—¿Por qué?— dije yo retándolo con una sonrisa sarcástica. El aún tenía esa estúpida sonrisa burlona.

—Creo que no ve bien.— respondió y se sentó al lado de sus hermanas, y continuo riéndose. Solté una risa sarcástica mientras me quedaba parada. Estaba esperando a que Zayn me diga 'Siéntate' o algo por el estilo, pero no conseguí nada de eso.

—Zayn.—dijo si no me equivoco Saffa. Esa me pequeña me encanta, hace preguntas que ponen incomodo a su hermano. —¿Te gusta Barbie?.—pregunto cuando capto por completo la atención de Zayn.

Zayn poso su mirada en mí, me miro detenidamente todo el cuerpo sin pudor. El calor que no solo se situaban en mis mejillas por su mirada penetrante era algo vergonzoso. Se tocó la barbilla pensativo.

Solo di que te mueres por mí, cariño.

—Tiene lo suyo.—dijo. Bueno al menos no fue nada malo. Sonreí. El aparto su mirada de mi cuerpo para ver a una de sus hermanas. —¿Porque tanto interés Saffa?

La niña alzo los hombros, era una ternura. —Mi pregunta no fue esa Zayn, te pregunte si te gustaban las películas Barbie.— dijo mostrando su muñeca. Vi a Zayn y miraba la alfombra tratando de ocultar tal vez un pequeño rubor.

Una voz que no era de ninguno de los que estaban en la sala se escuchó. —Nos podemos ir, Zayn.— dijo su mamá cortando la tensión en el lugar. La señora me vio con una cálida sonrisa. Me puse nerviosa cuando me empezó a ver todo el cuerpo. —Linda tu novia.

¿Por qué todos pensaban que era su novia? ¿A caso nunca ha traído a una amiga? Aunque la idea no me molestaba.

—Lo ves. Si son novios.—grito Saffa exaltada y empezó a reír con su hermana.

Dirigí mi mirada a Zayn que solo rodó los ojos. —No es mi novia.— Poso su mirada en mi por lo cual aparte mi mirada para que no me note sonrojada.

Zayn y su mamá se fueron y me quede con Saffa y Walyha que se quedaron viendo televisión un rato. Luego me pidieron agua y algo de comer, y les di unas galletas con jugo de naranja. No es nada difícil cuidar a estas niñas, parecen unos angelitos.

—Barbie.—escuche mi nombre provenir de la sala. Entre y vi a Walyha durmiendo, de verdad me moría de ternura. —Mi hermana se quedó dormida.—La observo.

—Traeré una cobija. ¿Dónde puedo encontrar una?

—En el cuarto de tu novio hay una.— Dijo riéndose, reí a la par de ella. Esto es algo bueno ¿no? Tengo la aceptación de su familia.

—¿Tú crees que sería una buena novia para Zayn?— pregunte. Saffa me miro y rápidamente asintió dándome a entender que estaba totalmente de acuerdo. Su hermana me quería como novia, punto a mi favor.

Subí por las mismas escaleras que me guió Zayn antes de irse y me adentré en el 'cuarto azul' como ahora lo llamo yo. Mire a mí al rededor. Rayos, el chico era muy ordenado. Busque rápidamente la cobija, primero busque en su armario donde estaba toda su ropa que me hacía suspirar, pero no encontré nada. Empecé a buscar en otros lugares y lo encontré, una azul. Al parecer le gusta ese color, no comprendo porque todos los días viene con negro.