Barbara Z.M

Dieciséis.

Me levante aun con mis ojos hinchados, seguido me restregué los ojos y bostece, vi mi mano y estaba con manchas negras. Olvide sacarme el maquillaje ayer.

Me pare rápidamente y me vi al espejo del baño. Horrible. Me veía realmente horrible, parecía un mapache. Me quite todo rastro de maquillaje y luego me lave la cara, baje aun con pijama a la cocina para hacerme el desayuno. Bostezando termine de preparármelo, lleve todo y lo puse en la mesa de mi sala, prendí el televisor y empecé a pasar canales mientras comía.

Nada interesante hasta ahora. Lo dejé en las noticias y vi la hora. 12 con 35. Amaba levantarme tarde. Amo los fines de semanas.

—Abran la puerta. Es un asalto.— escuche la voz de Harry detrás de la puerta de madera. Reí.

Me pare dando saltitos y le abrí la puerta con una sonrisa. —Pasa.—lo deje entrar. —Wow ¿a dónde vas?—era inevitablemente no oler el perfume que traía.

—Saldré un rato. Tu sabes con los amigos.—alzo los hombros haciéndose el importante. Reí negando con la cabeza. —Te ves horrible.

—Gracias Harry. Toda chica merece escuchar eso de un chico.— revolee los ojos y me tire de nuevo al sofá. Nuevamente cambie de canales.

—Lo siento.— se sentó a mi costado. —Estas depresiva porque Zayn ya no está al lado tuyo ¿no?—uso su tono burlón.

—Cierra la boca si quieres seguir vivo.— lo amenace. Escuche su risa.

—Si quieres lo llamo.—agarro su iPhone mientras deslizaba su dedo para desbloquearlo. Lo mire enarcando una ceja.

—¿Cómo tienes su número?

—Soy social.— dijo riendo.

—En serio, tu y el apenas hablan. Dime como lo conseguiste.— lo mire atentamente. Él se quedó pensando.

—Digamos que... Agarre su celular a casualidad.—fruncí el ceño. —Se lo devolví, lo juro.— levanto ambas manos.

—Bien eso no importa ahora, dime el número.—olvide el comentario anterior. La verdad no me importaba mucho en como lo consiguió, solo lo quería tener.

—De acuerdo.— apunte el numero con una sonrisa en la cara. Vi a Harry pararse. —Ya se me hace tarde. Adiós.

—Chau.— dije bostezando, él se acercó y me dio un beso en la mejilla.

—Arréglate un poco.—dijo riendo. Salió antes de que le grite.

Me quede un rato más viendo televisión hasta que dieron las dos, apague todo y deje las cosas sucias en el fregadero. Fui directo a darme una ducha, recordé que tenía que ir a la casa de Zayn. Así que opte por un lindo vestido combinado con unos tacones. Me sentía bien regresar a este estilo.

—¿Si?— escuche una voz ronca y perezosa al otro lado de la línea. Me mordí el labio con tan solo pensar que Zayn recién se levantaba.

—¿Ya viste la hora que es? Zayn, ya estoy por ir a tu casa.— le reproche. Hubo un silencio de parte de él.

—¿Cómo tienes mi numero?—respondió algo enojado. Reí en mis pensamientos. —Santa mierda, dormí demasiado.—me sorprendí.

—Si, demasiado. Báñate, cámbiate y espérame que en 15 estoy en tu casa.— dije rápidamente agarrando las llaves y saliendo de casa. Corte, y espere un taxi.

Espere unos 9 minutos para que el taxi ya este estacionado en frente de la casa de Zayn. Le pague al taxista y baje del auto. Vi su casa, no era grande como la mía pero había cariño.

Suspire y toque dos veces la puerta, después de unos minutos un Zayn sonriente me recibió. —Tardaste.— se hizo a un lado para que entre. Mis tacos hicieron eco en todo el lugar.