Dos.

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Fui al salón de clases con algo de malestar y me senté cruzando las piernas, abrí mi cuaderno y pude ver por el rabillo del ojo que los chicos me miraban y entre ellos estaba Zayn, sonreí orgullosa recordando cómo me dejo hace algunos minutos.

El profesor empezó a dar su aburrida clase mientras yo no podía despegar mi vista del perfecto hombre que tenia al costado. Su mandíbula sutilmente apretada, sus ojos que no despegaban su vista de aquella pizarra adornados de unas magnificas pestañas y su sutil barba hacían una fascinante combinación.

—Bueno alumnos no tendremos examen final este bimestre.—todos empezaron a gritar eufóricos lo cual me hizo sobresaltar, no me había dado cuenta que ya estaba por acabar la clase. —¡Silencio! Haremos un trabajo de 100 preguntas para el final del bimestre, me explico mejor en vez de examen ustedes me presentaran los trabajos, será de a dos y yo escogeré.— sonó el hermoso timbre, pero teníamos que hablar con el profesor para ver quién nos tocó de pareja.

Todos se pararon, arregle mis cosas y mi dirección era el pupitre. —Profesor ¿con quién haré el trabajo?— me cruce de brazos.

—Señorita Payne...—empezó a revisar la lista de estudiantes y luego regresó su mirada. —Zayn Malik, espero que le de una buena bienvenida a su nuevo compañero.— dijo por último y salió. Sonreí de una manera traviesa por lo divertido que iba a ser esto, pero por supuesto que tendría una magnifica bienvenida.

Escuche una respiración detrás de mi lo que me indicaba que no estaba sola, por lo que voltee con una sonrisa.

—Creo que ya escuchaste al profesor.— dije apoyándome en el escritorio, Zayn vio mi cuerpo y se remojo los labios. Rodó los ojos, un poco de amor no le vendría mal. —Yo pensé que me tratarías mejor ahora que tenemos que hacer el trabajo juntos.— me acerque a él mostrándole mi mejor sonrisa.

—Esto no va a hacer que cambie mi trato hacia ti.—dijo serio, mierda que difícil me la está poniendo.

—Y... ¿Por qué no intentas?—solté con mi voz un poco más chillona de lo normal.

—Odio a las chicas como tú, faldas, tacones, maquillaje en exceso, y hasta en el colegio.—dijo asqueado, debo admitirlo dolió un poco.

—Y cómo te gustan ¿las punks con tatuajes en todo el cuerpo y orificios?—le dije a la defensiva, el me miro mal.

—Mira estamos de acuerdo los dos en que no me caes bien, pero tenemos que hacer el trabajo juntos, trata de no hacerme enojar ¿de acuerdo?— note como al decir esto controlaba su enojo por la vena que tenía en el cuello. Este hombre me está haciendo arder. —Y trata de no acercarte.

—Debo confesarte que me encanta que me lleven la contraria.— reí y por su parte solo recibí un rodar de ojos, al parecer le gusta hacer eso.

Omitiendo mis palabras dijo —Bien ¿en tu casa o en la mía?

—Tu casa.—le sonreí. —Un gusto verte.— le di un beso en la comisura de los labios, vi que frunció el ceño, pero me fui antes de que me grite.

No me acordaba de cuantas veces dije en mi mente que ese chico es caliente, pero si que lo era. Camine hacia mi casillero, me iba a retocar un poco mi maquillaje. Cuando llegue lo abrí y mire en mi espejo —Todo bien, todo perfecto.

—No te cuesta nada dejar de presumir.— dijo mi amigo que venía prácticamente corriendo hacia mí.

—No presumo, no lo necesito cuando ya tengo el interés de todos en mí.—alce mis hombros en señal de que no me importaba.

—Estas de buen humor hoy.—le mostré una sonrisa falsa, antes de volver mi vista al espejo que traía al frente. Que no crea que no me olvide de como me dejo plantada por irse con su novia el primer día de clases.

—Cállate, ocúpate de tu novia y de los que tiene detras.—dije con un poco de resentimiento en la voz. Note que se removió incomodo, y con un poco de pena agregue. —Perdón, no fue mi intención ser tan dura.— Le sonreí, a lo cual el imito mi gesto.

—Ya no importa, me lo merecía. Y tú ¿Cuándo piensas en presentarme a alguien?— rodé los ojos divertida.

—Tal vez tenga alguien en mente.—le guiñé un ojo y me fui dejándolo solo atrás.

—No hablas en serio ¿Tu dándole la oportunidad a alguien?—me reí y volteé a verlo. —¿Estás hablando de la pareja con la que te pusieron a hacer el trabajo?—Me sorprendí al notar lo rápido que las noticias se esparcen, tener la atención de todos tiene sus lados malos.

—Me sorprende que te enteraras tan rápido.—lo vi algo confundida y aterrada. —Tal vez me refiero a él, no lo sé.

—Déjame decirte que no se ve nada interesado en ti.—Comentó haciéndome morder el labio.

—Y eso es lo que más me encanta.—Dije sincera, a la vez que pasaba una mano por mi sedoso cabello.

—Quiero ver qué lo intentes.

—Quiero ver qué lo intentes

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Barbara Z.M Donde viven las historias. Descúbrelo ahora