Barbara Z.M

Uno.

Mi dia habia empezado, después de haberme dado una larga ducha y escoger entre los miles de vestidos y tacones que tenía, era hora de algo de maquillaje. No me ponía demasiado, ya que podría ocultar la natural belleza que tenía y de eso no se trataba.

Al fin, estaba lista para el primer día de clases así que guardé mi cuaderno rosa con algunos libros que necesitaría el día de hoy en mi cartera. Cuando ya estaba dentro del enorme colegio busque con la mirada a mi mejor amigo.

—Harry ¿Acaso me has dejado sola en mi primer día de clases?.— decía en medio del pasillo esperando a que alguien en especial pueda escucharme, estaba por rendirme hasta que sentí dos manos en mis caderas haciendome sobresaltar.

—Hola.— le sonreí. Los hoyuelos de mi mejor amigo hacían compañía a su linda sonrisa.

—¿Que hacías que no te veía?— reí mientras pasaba mi mano por su cabello, me vio haciéndose el enojado y pude adivinar sus acciones al ver como su mano pasaba por mi cabello.

—No seas dramática. Lo importante es que estoy aquí.— despeino mi cabello.

—¡No te pases!— le amenace con mi dedo índice y arregle mi cabello, los dos nos unimos con las carcajadas.

—¿Sabes que es lo que quería hacer?— negué con la cabeza mientras avanzábamos. —Buscaba a Jade.— no sabia como quería que reaccione Harry, el sabe muy bien que la odio y ella me odia a mi.

Rodé los ojos. Jade es la novia de mi amigo, es como mi archi-enemiga en este colegio, ella podría estar con diez mil hombres mientras que mi amigo no se da cuenta. Me tenia cierto odio por mi cercanía a Harry, pero nada ni nadie podrá separarnos como amigos. 

—Al menos actúa como si te agradara la novia de tu mejor amigo.— dijo algo molesto, ahuyentando a su vez los pensamientos que tenia. 

—Sabes lo que pienso de ella.— dije mirando a otro lado, me pondré a rezar para que mi amigo se de cuenta de la clase de novia que tiene.

—Bueno pero cuando tengas a alguien y no me agrade ya verás lo que se siente.— voltee a verlo burlona, el sabe que según yo no hay nadie a mi altura. Nadie puede tener la suerte de llamarme 'novia'.

—No me gusta nadie de este colegio.— dije asqueada. El empezó a reír por lo cual agregue —Todos son feos.— haciéndolo fruncir el ceño.

—Menos yo por supuesto.— ahora fue mi turno de reír, sinceramente con el no me puedo enojar. Es tan adorable y siempre busca la manera de hacerme reír.

—Menos tu Harry, tu eres perfecto.—me encontré pellizcando sus cachetes con una voz mas fina de lo normal. El sonido de unos tacones siendo pisados contra el suelo de forma exagerada nos saco del gracioso momento en el que estábamos.

Mi sonrisa se borró cuando vi la silueta de su noviecita venir. Perra infiel.

No podía ocultar mi cara de desagrado cuando cruzamos miradas, al parecer a ella tampoco se le hacia tan difícil. 

—Amor que bueno que te encuentro.— prácticamente jalo a Harry para darle un beso exagerado, mis manos quedaron en el aire. 

—También te estaba buscando.— agrego mi amigo mientras sostenía su cintura, parecía que sobraba en este lugar así que aclare mi garganta. Harry volteo con una mirada suplicante. 

—Claro ve, al parecer anda necesitada. Nadie le da la atención que necesita.— la chica me fulmino con la mirada y se fue con Harry al costado moviendo las caderas de una forma que daba pena ajena.

Tratando de olvidar la escena anterior camine por los pasillos que se me hacían más largos que el curso de matemáticas mientras jugaba con mi cabello, escuchando halagos provenientes de todas partes. Estaba tan acostumbrada a ellos que al escucharlos algunos se me hacían repetitivos y no les tomaba importancia.

No quería que mi primer día de clases se vea arruinado por Jade, algo me decía que este año sería diferente. Conocería nuevas personas, iría a fiestas y disfrutaría este ultimo año como nunca.

Mi mirada se detuvo en un chico que bebía de una botella de agua; si me preguntan fue la escena más caliete que haya visto. Venia vestido con un pantalón negro ajustado y una casaca de cuero, me acerque curiosa.

—Hola.— el chico me miro de arriba abajo pero detuvo su mirada en mi escote sin vergüenza alguna, ya que el que llevaba era algo provocador. Ladee una sonrisa al ver su reacción.

—Hola.— dijo volviendo su mirada a mis ojos acompañada de una sonrisa, tenía un toque de misterio y frialdad. Era demasiado excitante.

—Me llamo Barbara. Pero tu puedes decirme Barbie.—le guiñe un ojo mientras le ofrecía mi mano en señal de saludo. Mi voz había salido más fina de lo normal.

—¿Ah si?— me sonrió de lado, iba sintiendo su cercanía aun mas, hasta el punto de cerrar los ojos y esperar un beso. -No me interesa.- me quede con la boca de pato, cuando abrí los ojos el ya no estaba. Lo vi caminando todo orgulloso ¿Qué se creía? Una cucharada de su propia medicina no le iría tan mal.