Diecinueve (2)

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—Ah es que eres mi amigo y...—hable torpemente tratando de ocultar lo nerviosa que estaba. 

—¿Puedes primero ordenar tus ideas y luego hablar?—me aconsejo viéndome como si fuera la cosa más extraña con su sonrisa aun, estaba demasiado nerviosa para ser sincera.

—Bien, si esto se acaba aquí está bien.— Dije para mí misma casi en un susurro, tragué saliva.

Su hermosa sonrisa se transformó en una mueca dudosa —¿El qué?

—Es que yo...—podía jurar que estaba temblando e iba a colapsar delante de el porque los nervios estaban a flor de piel en este instante. Sentía mi frente empapada de sudor y mi cuerpo con unos grados menos.

—¿Estas bien?— me pregunto preocupado. Seguro ya noto mi crisis de nervios.

—Si.—Sentencie mintiendo.

—Bueno, continua.—respiro profundo.

—Zayn yo... no sé cómo vayas a tomar esto. Espero de una forma buena...— hable rápidamente.

Me interrumpió. —Ya me estas asustando.— se rio, por mi parte solo estaba tratando de respirar lo más normal que podía.

—Pero antes de decirte lo que te tengo que decir te quiero hacer una pregunta.— cruce mis piernas.

—¿Otra?—se burló. Asentí. —Bien.

—¿Que somos?— pregunte poniendo mis manos sobre mi regazo. El frunció el ceño confundido.

—No entiendo.

—¿Que somos nosotros? Ósea ¿Qué tipo de relación tenemos?— trague saliva.

—Mejores amigos. ¿No esta claro?—alzo los hombros.

En estos momentos odiaba ser tan sensible. —¿Y los besos que me dabas? ¿Tus palabras cariñosas?

Él se quedó en silencio pensando en que decirme, dejo de tener contacto visual conmigo para ponerle atención a sus manos que se encontraban unidas jugando con sus pulgares, note como mordió su mejilla interior. Luego dirigió su mirada hacia mí. —Creo que fueron un impulso...

—¿Un impulso?—pregunte a punto de llorar. —¡Ese es el problema Zayn!— exclame. Su ceño fruncido me altero más.

—¿Ah?

—Te amo Zayn. Me gustas mucho.

El silencio se adueñó del lugar, se escuchaban las respiraciones y algunos ruidos que provenían de la calle. Me dolía su silencio ¿Cómo no me va a doler? ¿Cómo no me voy a sentir mal? Seguro estaba procesando las palabras que le dije. Si el me amara o si yo le gustara, me hubiera respondido lo mismo, pero no fue así.

Levante mi mirada ya cristalina que antes había tratado de ocultar notando sus ojos inexpresivos, sin ningún tipo de emoción en su cara. Definitivamente el no sentía lo mismo ¿Pero porque me celaba? ¿Por qué los besos? ¿Por qué sus palabras cariñosas? Me sentía la mujer más afortunada al tener a alguien como Zayn a mi lado y no me arrepentía en absoluto que todo esto ocurra tan rápido. Necesitaba que él sea sincero conmigo, lo necesitaba. También necesitaba sus labios en los míos, perder la respiración a causa de sus besos, sentir su calor y su cariño.

Cansada de este silencio tan doloroso hable —Zayn yo no...

—No digas nada.— Me interrumpió. Su voz, ya no era como antes. Ahora, era fría y no mostraba ni una emoción. Me acerque un poco a él, pero el al contrario se paró del sofá y se fue tirando la puerta.

Di un salto por el gran sonido que causo. Me dolió su actitud, simplemente me hubiera dicho que no sentía nada por mí. Mi labio tembló, y sentí una lagrima caer por mi mejilla y luego de esta unas cuantas más. Hice sonar mi nariz para agarrar mi teléfono y marcar a Harry.

—Hola.—me saludo algo adormilado. Hice sonar mi nariz de nuevo.

—Te necesito Harry.— hable entrecortadamente reteniendo unas lágrimas que amenazaban salir.

—¿Que te paso?—uso su tono de preocupación.

—Ven lo más rápido que puedas.— colgué.

Me quede un rato más llorando. Fui una idiota al hablar, hubiera esperado a que el sintiera algo o que supere a Yulia, pero de lo que si estaba segura era que no me arrepentía de haberlo conocido. El timbre sonó y yo estaba desganada, no quería pararme. Después de eso el timbre sonó más insistente, obligándome a ir y apenas abrí la puerta unos fornidos brazos me abrazaron dejándome casi sin aire.

—Harry...— jadee por la falta de aire y la nariz tapada por mis mocos no ayudaba mucho a respirar.

—¿Que paso?— cerro la puerta y se sentó conmigo aun en brazos.

—Se lo dije.— conté tratando de contener mis lágrimas. Respire profundo y me separe de él limpiando algunas que se deslizaron por mis mejillas con brusquedad.

Harry me miro y luego acaricio mi mejilla sacando así algunas lágrimas y tratando de sobar esa parte. —Pero mira como estas.— Me aferre más a él, necesitaba su abrazo.

—Necesito contarte.— me seque las lágrimas bruscamente después de separarme.

—Soy todo oídos.

—Se lo dije Harry, le dije lo que sentía.— suspiré. —Le dije a Zayn que me gustaba.

—Veo que no te correspondió.—acaricio mi pierna.

Luego de todo este llanto yo estaba cansada y Harry opto por quedarse conmigo esa noche para hacerme compañía, mis ojos pesaban cada vez más y deje que mi mente se ponga en blanco.

Me levante y mis ojos estaban un poco húmedos e hinchados. No quería ir al colegio, no me quería encontrar con Zayn pero sería una verdadera cobarde si no me presentaba. Mis ojos se llenaron de lágrimas nuevamente al recordar el rechazo que recibí ayer pero no las deje salir.

Ya estando en la escuela me propuse sonreír y estar lo más tranquila para que nadie sospeche sobre mis emociones, pero retuve todas mis ganas de mandar todo a la misma mierda cuando vi aquella escena. No podía, simplemente no podía soportar que Zayn me ignore. Verlo ahí bien tranquilo como si anoche no hubiera pasado completamente nada me ponía mal. Estaba luchando con mi mente si sería una buena idea hablarle. Lo intentare, pero ahora no, si voy ahora seguro llorare como una magdalena y lo que menos quiero es que vea que me afecte, aunque eso sea verdad. 

 

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Barbara Z.M Donde viven las historias. Descúbrelo ahora