Capítulo 9

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Los días seguían pasando y cada vez me convencía de que me volvería loca si seguía pensando en Kian de la manera en que lo hago. Estaba siendo la persona más masoquista que puede existir en este planeta, estaba casi tomando mi celular para escribirle o llamarlo diciéndole que lo extrañaba pero por alguna razón no lo he hecho.

Se podría decir que estaba mejor, sin contar lo masoquista, claro está. Estaba mejor físicamente; ya no tenía ojeras, había dejado de tener insomnio, había dejado de llorar aunque ganas no me faltaban. Nunca en la vida me hubiera imaginado que estaría así por un ex novio, pero todos aquí sabemos que Kian no es solo un ex. Es, o era, mi mejor amigo de toda la vida.

Pero a pesar de todo, y de lo masoquista que he estado siendo estos días, en algún momento de mi vida, tendré que aceptar la realidad de que no volveremos a estar juntos como pareja y por lo que veo, como amigos tampoco. Y la parte razonable de mi cerebro, quiere que ese momento no tarde en llegar.

— Por chicas como ustedes, las tiendas nunca quiebran – nos dice Alexis a Aylen y a mi al vernos llegar al departamento con bolsas de Forever 21, Pull&Bear y Bershka.

— ¿Llamó mamá? – les pregunto dejando mis bolsas aun lado de los muebles.

— Si, dice que la llames – asiento buscando mi celular en las bolsas. — ¿Para que quieres hablar con ella? – me pregunta Alexander

— ¿No puedo hablar con mi madre? – pregunto sentándome a su lado en el mueble.

— Llevas días preguntando si llamó

— ¿Eso es malo? – pregunto nuevamente. 

— No seas chismoso, amor, tienen que hablar cosas de chicas que ustedes, no pueden saber – me apoya Aylen.

— ¿Y tu si? – contraataca Alexander

— En verdad lo que voy a hablar con mamá nadie lo sabe, ni siquiera Laura – les digo buscando el número de mi progenitora. — Hola mami – saludo en cuanto me contesta, mis hermanos me miran curiosos por lo que me levanto y camino hacia mi habitación cerrando la puerta.

— Hola mi amor, ¿Cómo estás? 

— Bien, ma ¿Y tú? ¿Y papá cómo está?  – pregunto acostándome en la cama. 

Bien, cariño. Estamos bien, extrañándolos como nunca 

— Nosotros los extrañamos más... Oye ma, quiero contarte algo y que me digas que piensas ¿si? – le digo con voz de niña, puede que no le guste lo que voy a decir.

— ¿Qué pasa, amor? Soy toda oídos 

— Bueno, seré directa ¿está bien? – supongo que asintió porque no me dijo nada. — Quiero buscar un trabajo – mordí mi labio nerviosa esperando por su respuesta.

¿Qué? ¿Por qué? ¿El dinero que le estamos mandando no es suficiente? 

— No es eso, ma, es que siento que ustedes van forzados, tienen que mandarlos miles de dólares mensual, eso cuesta mucho, encima el envío no es barato... 

Cariño, eso no es problema para nosotros y lo sabes perfectamente. Ustedes son nuestros hijos, es nuestro deber mantenerlos el tiempo que sea, sea cual sea el costo

— Pero es una ayuda... 

A ver dime algo, ¿Cómo vas a trabajar si estás tan ocupada con la universidad? Encima de que es tu primer semestre 

— Puede ser de medio tiempo, ma... He estado investigando un poco, puedo trabajar sin problema alguno en un restaurante o una cafetería, quedan cerca de la universidad, me pagarían muy bien, al menos daría para pagar la renta del departamento y hacer las compras...

¿Noviazgo o Amistad? [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora