Lapis Lazuli caminó por ese pasillo insegura, de nuevo pensando que tal vez aquello no era la mejor idea.
Llegó al aula y abrió la puerta con cautela, dio un vistazo y logró ver a un par de alumnos en los pupitres. La mayoría volteó a verla por el ruido ocasionado por la puerta.
La pelinegra sonrió avergonzada y entró al aula, sentándose en un pupitre de la fila de en medio, tercer pupitre.
Rió, siempre era el tercer pupitre.
Sacó su teléfono de la mochila, revisando la hora se dio cuenta de que faltaban tres minutos para las nueve, la hora en la que se supone iniciaría la sesión.
—Buenos días —un muchacho de tez morena y cabellos oscuros se sentó a su lado izquierdo.
—Hola —dijo simple y suspirando.
—¿Aquí se llevará a cabo la sesión de orientación? —preguntó una joven castaña asomándose por la puerta.
—Sí —le respondió otra del fondo.
La joven sonrió aliviada y entró, después de ella llegó la mujer alta y afroamericana.
—Buenos días, jóvenes —caminó hasta el escritorio y dejó su bolso en el, pero no se sentó, más bien se quedó frente al pizarrón y los vio a todos sin tardar.
Otro joven entró al aula con rapidez y pidiendo disculpas por la demora.
—Soy la profesora Garnet Potwin y antes que cualquier otra cosa quiero felicitarlos.
Casi todos en el aula mostraron su confusión ante el comentario.
—¿Por qué nos felicita? —preguntó una rubia—. ¿Por ser unos indecisos que probablemente no tienen futuro?
—Oye, no seas tan dura contigo, ninguno de ustedes debe serlo. Y si los felicito es por admitir y aceptar que necesitan ayuda, no cualquiera puede hacerlo. Deben saber que elegir una carrera no es tan simple, es una decisión muy importante y no debe tomarse a la ligera. Y ustedes no deben sentirse mal si aún no han podido decidirse, es normal, así que tranquilos —sonrió y se acercó al escritorio, tomando su silla y llevándola hasta donde estaba de pie antes. Cuando la acomodó se sentó ahí, observando a los estudiantes—. Ey, relájense, no voy a hacerles nada. Y esta no es una clase donde puedan reprobar.
La mayoría rió y los otros esbozaron una sonrisa.
—Ahora, pueden confiar en mí y en sus compañeros, pueden mirarse unos a los otros.
Y así lo hicieron, la mayoría miró a los demás para saber quiénes les rodeaban.
—Todos están en la misma situación, pueden confiar y ayudarse —asintió—. Bien, ¿pueden decirme qué creen que les impide escoger alguna opción?
Tardó, pero la primera respuesta llegó. Un estudiante pelirrojo que estaba casi al último levantó su mano y habló.
—Mis calificaciones no son las mejores —dijo con pena—. Sobre todo soy malo con los números.
—Bien, hay que resolverlo por partes. ¿Alguno de ustedes tiene un consejo para...?
—Max.
—Para Max.
El muchacho que estaba junto a Lapis levantó la mano, volteando a ver al joven.
—¿Tienes problemas en todas las materias?
—Oh... no, de hecho, soy muy bueno en biología, literatura, filosofía, en ciencias sociales... —se quedó pensativo.

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Temores | Lapidot
FanfictionPara Lapis Lazuli las cosas no están bien, nada en su vida parece estarlo. Una noche al escapar de casa en un intento de distraerse y tal vez acabar con todo se encuentra con una persona que jamás pensaría, cambiaría muchas cosas.