La rubia veía desde el otro extremo de la camioneta a la ahora peliazul.
Lo único que veía era su cabello, pues iba mirando por la ventana del vehículo, y no la culpaba, el paisaje era hermoso.
Pero Peridot consideraba a Lapis más hermosa que cualquier paisaje que hubiera visto antes, por lo que casi todo el viaje fue observándola.
Los demás iban platicando animadamente y ella de vez en cuando se agregaba, pero Lapis no, incluso iba escuchando música. Y llevando ya un par de horas se quedó dormida, Perla tuvo que tomar su teléfono y audífonos para guardarlos.
Aunque la rubia quisiera evitarlo, se sentía mal.
Se sentía culpable por la actitud de Lapis, pues la reciente conversación en la que ella le había dicho que tendría que mudarse causó que la joven de ojos azules se pusiera triste y seguramente estaba enojada.
Era bastante obvio en su comportamiento.
Habían pasado un par de días y Lapis seguía de la misma manera, estaba seria y distante; le sorprendía que hubiera aceptado la invitación de Steven a la playa.
Pero ahí estaban, a muchos kilómetros de casa y respirando ya el aroma a sal.
Greg estacionó la camioneta cerca de la playa, bajando primero y admirando el vehículo. Debía admitir que hubiera preferido viajar en la otra camioneta, pero pensó que usar otro vehículo sería más cómodo para los chicos.
Perla y Steven bajaron después, dirigiéndose a la cajuela. Apenas salieron ellos, Lapis salió casi corriendo de la camioneta y dirigiéndose al mar.
—¿No vas a cambiarte? —preguntó Perla en voz alta.
—¡Traigo el traje de baño debajo!
La peliazul corrió alegremente mientras se quitaba el vestido y lo arrojaba, dirigiéndose hasta el agua, entrando y avanzando mientras las olas chocaban con sus piernas.
Se detuvo hasta que el agua le llegó a la cintura, estando allí se relajó un poco, sintiendo el movimiento del agua.
Mirando hacia la camioneta vio a Steven saludándole desde allá de manera linda y graciosa a la vez, le devolvió el gesto y permaneció un rato jugando en el mar.
—¿Pasó algo? —le preguntó Perla una vez que ambas se sentaron bajo una sombrilla.
—¿Ah? —la miró—. ¿Por qué lo preguntas?
—Lapis y tú son muy unidas, pero estos días han estado algo raras, no se hablan tanto... y bueno, es extraño porque creí que ya eran novias.
—Oh...
—Ella no me ha dicho nada, ha estado muy seria —dijo mientras se colocaba bloqueador.
—Es por lo que le dije de la universidad, ya sabes, que tendré que cambiar de casa. No lo tomó muy bien.
—Ya veo... lamento la situación.
—Yo también...
🔸🔸🔸
Lapis Lazuli veía el mar desde donde estaba, sentada en la playa y moviendo la arena. Llevaban un rato ahí, pero sabía que pronto iba a atardecer. Le encantaba esa sensación de tranquilidad que le transmitía el sitio.
Tranquilidad...
Sueños en los que me sentía tan tranquila, en paz, sumergida en la cristalina agua y perdiendo mi conciencia, perdiendo lo poco que quedaba de mí.
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Temores | Lapidot
FanfictionPara Lapis Lazuli las cosas no están bien, nada en su vida parece estarlo. Una noche al escapar de casa en un intento de distraerse y tal vez acabar con todo se encuentra con una persona que jamás pensaría, cambiaría muchas cosas.
