La escena de aquellos birretes siendo arrojados hacia arriba aún estaba en su mente.
Había sido algo muy lindo, sobre todo ver a sus compañeros y amigos sonriendo y festejando que al fin habían terminado la preparatoria.
Ahora debía ocuparse en disfrutar de la fiesta que la institución les había preparado, definitivamente no se perdería del evento.
Cuando la noche cayó muchos de los alumnos estaban llegando a aquel salón que se había rentado para la fiesta, Lapis Lazuli llegaba junto a su familiares, quienes no tardaron en ir a su mesa.
Ella simplemente no aguantaba las ganas de ir a buscar a su grupo de amigos.
A quien encontró primero fue a Amatista, ella se encontraba bromeando con otros jóvenes.
—¡Amy!
La morena volteó sonriendo —¡Lapis! Ey, qué guapa te ves —le guiñó.
—¿Lo crees?
—Por supuesto, ese vestido se te ve genial, ah, qué amiga tan bella tengo —sonrió.
—No exageres —rió negando con la cabeza.
—Oye, ayúdame a encontrar a los demás.
—Claro.
—Nos vemos, chicos —se despidió de aquel grupo.
—¿Crees que ya hayan llegado? —preguntó la ojiazul.
—Perla y Peridot suelen ser puntuales, y si hasta yo llegué temprano entonces ellas igual.
—Cierto —asintió.
Caminaron un rato por el salón, buscando con detenimiento y de vez en cuando saludando a algunos de sus compañeros o conocidos.
Después de un rato sin obtener éxito, Amatista y Lapis decidieron ir a la mesa de la más bajita, pues había dejado su bolsa ahí y su teléfono estaba en ella.
El de Lapis Lazuli no tenía saldo.
La pelinegra se sorprendió al llegar a la mesa, pues sentado junto con otras personas se encontraba Jasper.
—Oye, Jas, pásame mi bolsa —la morena se acercó a él.
El joven la tomó y volteó hacia ellas para entregársela a su hermana. El chico de cabellos claros de inmediato se fijó en Lapis, quien rápidamente se avergonzó.
Tenía mucho tiempo de no verlo.
La ojiazul sonrió y éste se puso de pie. Debía admitir que se veía muy bien con un smoking.
—Voy a llamar a Perla —dijo Amatista antes de retirarse un poco.
Lapis asintió y miró a Jasper, quien acababa de decirle a sus padres que dejaría un rato la mesa.
—¿Quieres ir a la barra?
—Sí, claro.
Comenzaron a caminar sin prisa entre la gente.
—Te ves muy hermosa, Lapis.
—Muchas gracias —lo miró sonriendo.
—Por cierto, felicidades por graduarte —la miró a los ojos—. ¿Cómo te sientes?
—No lo sé... no sabría expresarme —rió—. Pero estoy muy contenta por haberlo logrado, me siento muy bien.
—Me alegro por ti —suspiró—, y, ¿sabes? En algún momento dudé que Amatista lograra graduarse, con lo floja que es...
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Temores | Lapidot
FanfictionPara Lapis Lazuli las cosas no están bien, nada en su vida parece estarlo. Una noche al escapar de casa en un intento de distraerse y tal vez acabar con todo se encuentra con una persona que jamás pensaría, cambiaría muchas cosas.