Cuando el verano llegaba a Nueva York, todos en la ciudad empezaban a buscar las mejores heladerías. Las familias más pudientes se permitían el lujo de llenar sus piscinas privadas con agua fría y tomar un baño en estas. Sin embargo, la gente que no tenía mucho dinero debía acudir a las piscinas públicas, donde siempre había personas de todo tipo.
Esa misma mañana en concreto, hacía mucho más calor que en otras, ya que la noche había sido calurosa y no había sido cómodo para los habitantes de la ciudad. Por lo que cuando Kira abrió los ojos esa mañana soltó un pequeño gruñido de disgusto. En verano, acostumbraba a dormir en ropa interior o tan solo con su ropa interior inferior, de modo que aunque llevaba muy poca ropa, las sábanas se habían quedado pegadas a su cuerpo.
Había tenido una mala noche, el calor no le había permitido descansar hasta altas horas de la madrugada. Había estado dando vueltas sobre el colchón, buscando la parte fría del colchón, debido a que en verano siempre dormía sola (necesitaba algo de intimidad). Se había rendido cuando se tumbó completamente estirada y no encontraba ni un poco de frío en el colchón, con un suspiro resignado.
Estaba tumbada hacia abajo, con las sábanas cubriendo hasta su cintura, los brazos cruzados y la cabeza reposando sobre estos mismos. Tenía los ojos cerrados, pareciendo dormida por su respiración tranquila, de modo que cuando James entró en la habitación y la encontró así se acercó un poco.
Él y Steve habían dormido en la habitación contigua, acostumbrados por el tiempo a ello. Ninguno de los dos dormía vestido, aunque siempre llevaban ropa interior. Las noches de verano solían ser muy calurosas en Brooklyn, más aún cuando eran tres viviendo en una casa de dos habitaciones.
El chico se tumbó de lado, acariciándole la espalda a la joven al creer que estaba dormida. Ella no reaccionó, siguió con los ojos cerrados, aunque una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios. Sentía las yemas de los dedos del mayor deslizarse por su espalda muy despacio para bajar cada vez un poco más hasta tomar su cintura y besar su nuca con suavidad. Kira se dejó hacer, sabiendo que él nunca haría algo que pudiera molestarla respecto a su cuerpo.
James la tomó por la cintura y la acercó, abrazándola por detrás mientras enterraba el rostro entre el cabello rubio de Kira. Tomó aire, inspirando el suave olor a lavanda de los rizos rubios de ella y sonrió. Con su dedo pulgar, hizo unas caricias suaves en su abdomen, le gustaba estar así con ella, aquel sentimiento de tranquilidad y lo suave que era su piel...
–Buck, me das calor.– dijo ella su voz adormilada.
–¿Has estado despierta todo este tiempo?
–Desde el principio– bostezó y le apartó un poco– Sigues dándome calor.
–Que bien se te da estropear momentos.– susurró cerca de su oído.
–Es porque está tarde tengo algo que hacer, no te preocupes, no es que quisiera estropear nada.– no se giró, puesto que la vergüenza le impedía hacer que él viera sus senos.
–¿Y puedo saber qué es lo que vas a hacer?– la cubrió con la sábana.
–Tengo una cita con un chico.– se sentó, cubriéndose con la tela.– Vamos a ir a la piscina.
–Espera, espera.– hizo un gesto con la mano como si ella hubiera seguido hablando– ¿Vas a estar en bañador delante de un desconocido?
No es un desconocido, Buck.– buscó su sostén, el cual siempre dejaba en la mesita de noche.– He estado hablando con él mucho tiempo. Además, claro que voy a estar en bañador, si no ¿Cómo me voy a bañar en la piscina?– se colocó el sostén y se puso en pie.
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The Time We Lost
ФанфикLegado, ¿qué es un legado? Es plantar una semilla en un jardín que nunca llegarás a ver crecer. El legado de Kira va a ser completamente diferente, la guerra va a quedarse con parte del suyo, pero va a tener la oportunidad de, no conocer el suyo...