The Time We Lost

Hydra Makes An Entrance

Los dos llevaban tres meses fuera, seguía sin noticias de ellos, algo que consideraba positivo, porque si hubiera habido algun problema, se le habría notificado, dado que ella era la única familia que ambos tenían.

Su vientre había comenzado a crecer, signo de que realmente tenía una criatura allá dentro. Pero eso no le había apartado de su trabajo, seguía yendo a trabajar, para poder conseguir dinero para la comida y los gastos de la casa.

A Kira se la conocía por ser una joven tranquila y trabajadora, pero nadie esperaba que quedara en estado a su edad, dado que tan solo tenía veintitrés años. Por este mismo motivo, la gente no había tardado en tener tema de conversación. Sus vecinos sostenían que, ya que no contaba con la protección de su hermano mayor ni de Barnes -pues así se le conocía en Brooklyn-, la habían forzado en alguna ocasión.

Sin embargo, la mujer nunca hacía caso de sus susurros cuando pasaba por la calle. Lo único que le importaba a esas alturas era que ambos chicos estuvieran bien.

. . .

La noche en la que todo ocurrió, Kira estaba sentada con tranquilidad en el salón, leyendo su libro favorito por sexta vez, no podía decirle que no a De la tierra a la luna, le apasionaba leer a Julio Verne en general. Le era fascinante como el autor hacía de sus novelas "futuristas" algo satírico, pues a los dieciséis había leído varias novelas de Shakespeare y no podía evitar comparar ambos estilos literarios.

Era muy tarde, ya de madrugada, cuando escuchó unos golpes en la puerta. Algo extrañada, se puso en pie, no esperaba ninguna visita y mucho menos a tan altas horas de la madrugada. Como prevención, tomó un cuchillo de la cocina, escondiendolo tras de si mientras abría la puerta.

No le dio tiempo a atacar con el cuchillo, cuando, un hombre vestido de negro y rojo le puso un paño con algo extraño, probablemente cloroformo, dejándola inconsciente.

Esa noche, fue la última en la que alguien estaba en aquella casa.