"No sé qué es el significado de amor,
mucho menos la importancia que mantiene...y aun así
a ti puedo decirte: te amo."Narra Albert.
Hace años que deje de tener miedo, era una simple emoción humana que en el pasar de los siglos fuer desapareciendo de la humedad que albergaba en mí. Y después de tanto tiempo ahora tengo miedo, tengo miedo de que pueda pasarle a Esteban ahora que está conmigo, de los peligros que puedan hacerle otras criaturas como el peligro que pueda hacerle yo. Tengo miedo de que se vaya entre mis brazos; otra vez.
- ¿Albert? ¿estás bien?
- Sí...¿Por qué?
- Necesitó que me lleves a un lugar.- Sus ojos me miraron fiero como si no estuviera hablándole a un demonio.
- ¿A dónde?
- Con...Annie.- Susurró casi inaudible, pero aún así la sola pronunciación de ese nombre tan asqueroso y ruin en los labios de mi amado me hacía hervir de ira por dentro. No quise preguntar más, me daba asco de sólo pensar en esa perra.
- ¿Temes a las alturas?- Pregunté tomando su cintura entre mis brazos, el negó simplemente y antes de que pudiera hacer otra pregunta alteé tan duro y fuerte que uno solo nos encontrábamos ya a una altura considerable. Volamos en línea recta saliendo de Londres hacía las zonas más alejadas a una gran velocidad, tal vez demasiada puesto que Esteban se abrazaba a mí para cubrirse del viento tan helado que nos golpeaba.
Llegamos a un claro, donde no más que una laguna inmóvil nos acompañaba, fuera de eso ni una casa había, sólo alguno que otro árbol seco y un silencio total.
-¿Cómo sabes que ella esta aquí?.- Preguntó mientras se acomodaba su cabello desordenado por el viento.- Está algo retirado como para que éste aquí.
- Siento su asquerosa presencia aquí.
Un cuerpo salió entre los árboles secos del lugar jalando a Esteban. Era Annie quien había cubierto a mi novio con su propio cuerpo, se veía terriblemente demacrada: Grandes ojeras cubrían su rostro, su piel se veía seca y opaca además que su pelo era una maraña del asco.
- ¡ALÉJATE DEMONIO!- gritó mientras firme sostenía entre sus manos una cruz de plata pura.
¿Le seguía el juego? Si, se lo voy a seguir.
Un grito que ningún ser vivo podía imitar salió de mi garganta haciendo temblar la tierra y que Esteban diera un grito de susto. Caí de rodillas tocando con desesperación mi cara mientras encogía mis alas al cuerpo como si realmente estuviera sufriendo.
-¡Aleja eso de mí!-Annie pareció feliz de aquello y se acerco a un con la cruz en manos decidida y egocéntrica.
- Albert, ¿por qué corrompiste a Esteban?- preguntó mientras se me ponía la cruz en la nuca esperando a que me muriese o algo.- Que el Señor te lo perdone.
Comencé a carcajearme mientras me levantaba de golpe, Annie cayó espantada de espalda contra el piso aterrorizada de que la cruz no me hiciera ningún efecto.-Albert...- Esteban se quería acercar visiblemente preocupado, era ciertamente tan ingenuo.
-¡NO TE ACERQUES A ÉL!- chilló Annie estirando su brazo en señal de que no se acercara.
-Annie...- Ahora su voz sonaba con cierta pena.
- ¡ÉL TE CORROMPE, ÉL TE ALEJA DE MI!- Me señalo con su dedo mientras comenzaba a ponerse histérica, su pecho subía y baja espantada y llena de rabia. - ¡El IMPIDE QUE PODAMOS AMARNOS!
- Annie,Annie, Annie.- la llamé negando con la cabeza, ella me volteo a verme mientras comenzaba a caminar a ella. - Dime, ¿Qué no entiendes de que Esteban no te ama? ¿O eres estúpida?
Su cara se transformo en una mueca de dolor y de euforia, miró a Esteban que de inmediato dio pasos atrás de lo horrible y desquiciada que debió ser su cara.
- Lo matare por ti, Esteban.- Dijo indicando que había ignorado todo lo que le había dicho. Se paró tan veloz como pudo con daga en mano tratando de herirme, pero a la velocidad que iba (lenta para mí) solamente bastaba con moverme par de milímetros para que no me tocará.-¡MUERE!
La pálida mano de Esteban tomó la muñeca de Annie deteniéndola en el proceso, ella volteó a verlo completamente en shock.
- No, Annie.
-¡Suéltame!- Comenzó a gritar zarandeándose de un lado a otro.
- ¡NO!- Gritó fuerte dejando en shock a la castaña, sus ojos pronto se cristalizaron por aquel grito.
- ¿Por qué me gritas...?- Esteban suspiro mientras yo la miraba con una sonrisa divertida.- ¿Él demonio hace que me grites, he impide que me ames?
- Annie...quítate esa idea de la cabeza, yo no te amo.
- ¡ESO NO ES CIERTO!- Gritó negando con la cabeza repetidas veces.
- ¡¿CÓMO PODRÍA HACERLO DESPUÉS DE TODO LO QUE HAS HECHO!?
- No, estas cegado...
- Te odio.- Soltó por fin.- Te odio con todo mi ser...
Annie se desplomo en suelo y chilló histérica.
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Me enamoré de un demonio. (Yaoi)
Fanfiction-¿Crees en Dios?- preguntó curioso ladeando la cabeza, prestándome la suma atención mientras caminaba sigiloso a mi dirección moviendo la cola de un lado a otro tal y como una serpiente. -No.- mi respuesta no fue más que un susurró de pánico conteni...