"Veo tus ojos...pero no siento tu mirada.
¿Hay algo peor que perderlo todo por nada?
Veo tu boca, está cerrada pero sé que...Tu alma no está callada"Narra Hugo.
Estaba probablemente al fin quedándome dormido después de un día lleno de entrevistas y probablemente hubiera caído rendido a la profundidad de mi cama de lujo sino hubiera escuchado desde la planta baja el grito histérico de Esteban.
-¿¡Qué paso?!- grité corriendo escaleras abajo por mi hermano, ni si quiera me importó que me cayera sobre ellas.
Vi a Al sacudiendo su cuerpo inerte, ni si quiera me estaba prestando atención, sino que seguía rogándole que despertara. Aventé a mi hermano para que me diera el paso, tomando a Al sobre mi hombro y corriendo al deportivo rojo.
-¡Albert!- gritó de nuevo queriendo tocarlo, sus ojos ni si quiera me ubicaban, estaba en estado de pánico y lloraba sin control.
-¡Esteban!- lo tomé duramente por los hombros captando su atención.- ¡Tenemos que ir al jodido hospital, cálmate que no me haces las cosas más fáciles!- estaba totalmente indefenso, su cuerpo temblaba violentamente entre mis manos, sus ojos no paraban de llorar.
-Está bien...-susurró tratando de controlarse y de respirar.
Narra Esteban.
Jamás me había llamado la atención una mujer, ni si quiera un hombre. Por más esbelto y hermoso que fuera nunca llegaron a captar mi atención. Llegue a pensar que era asexual completamente y que jamás me enamoraría, por mi estaba bien.
Llego Albert, no lo conocía ni si quiera de un mes y aun así tuvo la oportunidad de ya haberme hecho llorar, no sabía nada de él, ni su color favorito, ni sus hobbies, ni su canción favorita, si le gustaba el verano o el invierno, nada; y aun así podía asegurar que en definitiva él era mi persona favorita.
Toqué su cabello negro, los ojos me pesaban y sólo podía verlo. Sabía que íbamos directo al hospital, mi hermano estaba con teléfono entre el hombro y la oreja gritándole a madre que Albert se había desmayado, pero no sabía que causaba eso en mi interior.
Narra Albert.
El paisaje que tenía ante mis ojos era realmente asqueroso, los humanos empezaban a dejar de importarle su fauna y flora para comenzar a construir casas de tierra. Justo donde estaba parado antes había estado enormes prados con los que se podía convivir perfectamente con cualquier animal que se atravesará, ahora solo había calles llenas de lodo y basura con una mujeres ofreciendo su cuerpo para placer carnal.
-Azthar...cariño.- el rubio de a mi lado se restregó para captar mi atención.
-¿Qué?- irritado contesté, me imaginaba que en un futuro los pisos serían de metal tal vez, o tal vez todo estarían muertos por su propia ignorancia.
-Ya me quiero ir, Azthart.
-Ya no me llames Azthar...ahora mi nombre será Albert.- Noah me miró incrédulo.
-¿Por qué?...Me gusta tu nombre, amor.
-Los tiempos cambian, los nombres también.- el me miraba confundido, suspiré por lo idiota que era.- Es raro que tengamos nombres con lenguas muertas, o en latín...simplemente es actualizarnos, Noah.
-Entonces ahora tú llámame Harry.- y sonrió.
Abrí los ojos de golpe mirando una habitación incolora, con un molesto pitido a mí alrededor. El lugar tenía un olor fétido y en la esquina de la habitación blanca, había una televisión colgada en un canal de deportes.
-¡Albert!- Esteban estaba a mi lado con ambos ojos rojos e hinchados, al igual que sus mejillas y nariz de tanto llorar.
-Pareces un payaso.
-Idiota...- me abrazó poco a poco recargando su cabeza en mi pecho, como si verme despierto otra vez le diera paz.
-Lo sé.- También pase mi brazo alrededor de él, tratando de no parecer perturbado por el extraño sueño que había tenido y el repentino recuerdo de mi nombre. Eran memorias, era fascinante y a la vez perturbador descubrir quién era o fui.
-Albert- llamó alzando su mirada hacía mí. -Me encanta tu nombre.
Sí el supiera que a mí me encanta más como se escucha mi nombre pronunciado por él.
atiK\u
Capítulo cortooooooooooooooooooo.
Bay 7u7
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Me enamoré de un demonio. (Yaoi)
Fanfic-¿Crees en Dios?- preguntó curioso ladeando la cabeza, prestándome la suma atención mientras caminaba sigiloso a mi dirección moviendo la cola de un lado a otro tal y como una serpiente. -No.- mi respuesta no fue más que un susurró de pánico conteni...