"Ella está perdida en la oscuridad Desvaneciéndose.Yo todavía estoy aquí...gritando su nombre.Ella me persigue en su mundo de ensueño, tratando de sobrevivir"
-Lost. Within Tempation.
Una tormenta decidió azotar Londres, las calles estaban vacías y ni siquiera las farolas de las calles lograban iluminar completamente la ciudad que se encontraba en una penumbra densa que impedía ver más allá de tú nariz.
La luna no se percibía entre las nebulosas, ni si quiera las estrellas se asomaban a ver la ciudad. Y no lo harían esa noche. Ni si quiera habría humanidad.
La familia Valentines, grandes empresarios de productos textiles. Su apellido era sonado en toda la ciudad e inclusive fuera de ésta: Una familia cliché y adinerada, con el poder suficiente para sobornar al mismo gobierno y derrocar a cualquier oponente.
Él hijo menor, aquél que se encontraba esa misma noche aislado en su habitación refugiado en sus sabanas blanquecinas tal y como lo haría un niño pequeño para ocultarse de un monstruo debajo de su cama; miraba fijamente a la ventana, veía mucho más allá de las simples gotas de aguas que se arremolinaban en el cristal o las ramas agitándose con violencia por el azotador viento.
Se abrazó por un momento a sí mismo, tenía el escalofrío o el mal presentimiento de que algo se desarrollaba un poco más lejos de la seguridad de su hogar. Un poco más lejos de lo que alcanzaba a ver.
La locura y la cordura.
La agonía y el placer.
La maldad y el bien.
Se encontraban batallando a lo lejos por una vieja historia olvidada por el tiempo.El bosque.
Las ramas se azotaban las unas con las otras y con curiosidad los árboles caían ante los pies de algo más que unos banales rayos. Los rugidos ensordecedores de la bestia eran callados por el furioso viento silbante, los gritos desesperados eran cayados por la estrepitosas gotas de lluvias. Todo sonido era callado por el poder de la tormenta.
Justamente se enfrentaban en el centro del ojo de la tormenta.
La sangre de ambas alimañas salpicaban los troncos y las hojas, la destrucción era la único que podían dejar a su paso.Los dientes de el ser divino se mostraron ampliamente blandiendo el reflejo plateado y al fin: La bestia se rindió ante él.
Y todo cesó.
Narra Esteban.
La rareza de la noche dejó a su paso por la mañana un frío que calaba en toda la ciudad. Igualmente había echo enloquecer a todos los noticieros y servicios públicos por los desastres que había dejado la tormenta a su paso: Desde un deslave al norte hasta perdidas humanas.
Suspiré dejando que mi aliento se esparciera poco a poco en el ambiente, sentía los labios agrietados por la llovizna de nieve que caía con ligereza (y hasta con gracia). Los arboles resaltaban increíblemente por el blanco paisaje haciendo verse más oscuros de lo que realmente eran.-Esteban.- Me llamó la conocida voz de mi hermano, escuchaba sus botas hundiéndose entre el pastizal blanco al a medida que se acercaba a mí.
-Hugo.- Le imité restandole importancia, sin siquiera a voltear a verlo a pesar de que había salido al patio sólo para meterme a la casa.
-Te vas a volver una paleta de hielo.- me tomó el hombro con su mano enguantada. Al fin voltee.
Hugo Valentines, el hijo mayor de la familia Valentines, deseado y codiciado entre las damas y por algunos hombre; siendo el chico popular de la sonrisa bonita, la piel bronceada, los ojos zafiro y el cabello castaño. El chico perfecto para la familia perfecta.
-Me vas a obligar a entrar, ¿no?- sonreí de lado, la verdad es que empezaba a ya no sentir las piernas de tanto tiempo de estar parado ahí haciendo relativamente nada.
-Ya sabes que sí.
No me resistí, obligando a mis piernas a moverse dentro de la nieve caminando de vuelta a la extravagante casa en la que vivía. Al entrar el calor me reconforto en el rostro, la sala de estar era grande e innecesariamente llamativa (como la casa en general), con fotos de toda la familia sobre las paredes y un enorme sillón en forma de eclipse que se encontraba en frente de una televisión enorme de plasma.
El noticiero estaba en el canal, Hugo me pasó de largo y se aplastó en el sillón vulgarmente sobándose sus brazos para reconfortarlos mientras que volvía su atención a su programa.
"- Anoche, como pudieron notar sucedió una monumental tormenta que afectó a toda la ciudad."- hablaba la chica rubia del noticiero sosteniendo unas cuantas hojas en sus manos para fingir que ahí tenía todo escrito.
-"¡Una tormenta eléctrica se estampó con una tormenta de nieve"- ahora gritó su animado compañero fingiendo asombro.
-"Fue un fenómeno meteorológico espectacular, sin embargo dejó muchas desgracias a su paso. Hasta ahora se reportan 15 heridos, 3 desaparecidos y 13 muertos en Londres al paso de este fenómeno tan poco común."- acomodó sus hojas y miró de nuevo hacía enfrente poniéndose un poco más seria.- "Igualmente se afectó la reserva del Bosque la cual se ubica en la zona sur, la cual estaba protegida y era prospera gracias a la familia Valentines."
-"¡Uh!, seguramente perdieron millones gracias a esto."
Hugo apagó la televisión tocándose la cara con desesperación, no porque a nosotros nos afectar en algo exactamente, pero a nuestros padres los pondrían como locos al saber que en todo lo que trabajaron ahí. Se había perdido.
Los capítulos (a menos que yo lo indique) serán narrados por Esteban, sólo un dato para que no se confundan en la lectura.
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Me enamoré de un demonio. (Yaoi)
Fanfic-¿Crees en Dios?- preguntó curioso ladeando la cabeza, prestándome la suma atención mientras caminaba sigiloso a mi dirección moviendo la cola de un lado a otro tal y como una serpiente. -No.- mi respuesta no fue más que un susurró de pánico conteni...