Parte 2

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—¿Sigo sin entender por que la llamaste a penas dieron las doce?—Pregunta Patan como por décima vez.

—Así pensará que ella me importa, a las mujeres les gusta que sintamos interés por ellas. Por eso, la llame apenas, pensara que estoy tan interesado que mo puedo andar ni un minuto sin hablar con ella—Respondo con una sonrisa mientras guardo mi teléfono.

—No se porqué siento que todo esto va a salir mal—Dice Patapez un tanto preocupado.

—Relajate, solo saldrá mal si Hipo gana la apuesta, no quiero gastar mi dinero en él—Recalca Tacio.

Río ante el comentario de Tacio y sigo mirando por la ventana mientras Patan conduce hacia el restaurante para ir almorzar.

—No se porque no le pediste ayer que fuera tu novia—Comenta Patan estacionado enfrente del restaurante.

—La acabo de conocer, seria raro pedírselo así nada más. Se nota que no conoces a las mujeres Patan.

—¿Me lo estás diciendo a mi? Haddock perdedor de la secundaria—Patan me mira por el espejo retrovisor con una ceja levantada. Apaga la camioneta y todos salimos de esta.

—¿Es enserio? Eso era la secundaria, ahora estamos en la Universidad y se puede decir que yo soy el rey de ella—Digo en cuanto salgo completamente de la camioneta.

—Uuuuu, golpe bajo de Hipo hacia Patan—Narra Tacio.

—¡Callate Tacio!—Exclama Patan.

—Y ¿Adonde planeas llevarla esta noche?—Pregunta Patapez mientras nos adentramos en el restaurante.

—No lose, aun estoy pensándolo—Pedimos lo de siempre y tomamos asiento en una mesa que tiene una ventana que da a la calle.

—Y si la llevas a un restaurante lujuso—Propone Patan.

—No creo, se nota que a Astrid no le gustan esas cosas, y a mi tampoco.

—Y si la llevas al pez feliz. Venden el pescado mas delicioso del mundo—Comenta Tacio con ojos soñadores.

—Es un lugar para niños Tacio—El almuerzo llega y todos toman una porción del pollo frito que esta en la mesa.

—Oh ya sé—Habla Patapez—Llevala al parque de diversiones. Subansen en los juegos extremos y que ella acuda a ti como protección. Eso creara un lazo mas fuerte y romántico.

—Esa idea me gusta Patapez.

—Pff, isi idii mi guisti pitipiz—Se burla Patan levantándose de la mesa—Vámonos cabezas de carnero, tengo que ir a alimentar a mi serpiente.

—Dejanos almenos terminar de comer—Reprocha Tacio.

—Lo pueden comer en el auto. Debo comprar los ratones de colmillo antes de que cierren.

Ruedo mis ojos mientras me pongo de pie, tomo un pedazo de pollo y me dirijo hacia el auto con los chicos detrás de mi.

---Aún no entiendo como un lugar puede vender ratones congelados---Habla Tacio mientras entra al asiento del copiloto, Patapez y yo entramos a los asientos de atrás--- Yo podría atraparlos en mi casa.

Patán entra y enciende el auto.

---Hay muchas personas que tienen serpientes. Además tu tienes una lagartija ¿No se de que te quejas?---Responde Patán poniendo el auto en marcha.

--- Error tengo dos lagartijas y comen hormigas.

---Eso no cuenta, que yo sepa una es de tu hermana---Comento poniendo mi cabeza entre los asientos delanteros.

---Además ¿De donde sacas tantas hormigas para alimentarlas?--- Pregunta Patapez despegando la vista de la carretera.

---Eso amigo mio, es confidencial.

♡♡♡

---¿A donde me llevas Hipo? No me gusta que me tapen los ojos---Pregunta Astrid como por décima vez, al parecer le gusta estar informada de todo lo que pasa.

---Lo sabrás cuando lleguemos---Respondo parqueando el carro en un lugar vacío.

---Podría saberlo ya y ahorrarnos muchas cosas Haddock.

Tomo su mano y la guió hacia la entrada del parque de diversiones, paro un momento y me hago detrás de la rubia soltando el pañuelo que tapa sus ojos.

Su rostro es de sorpresa y una diminuta sonrisa aparece en su boca.

---Hace años que no venia al parque de diversiones---Toma mi mano y sale corriendo hacia la entrada--- ¡Apurate!

En la entrada pedimos los pases ilimitados, el muchacho que trabaja ahí nos pone una manilla dorada a cada uno. Las manillas verdes son para unas 10 atracciones, las moradas son para unas 25 y luego están las doradas que son ilimitadas. Cada una tiene un precio diferente.

Cuando el muchacho rubio le pone la manilla a Astrid veo que al mismo tiempo le entrega un papelito mientras le guiña un ojo. Rápidamente tomo la mano de la Rubia cuando veo que ya tiene su manilla y la arrastro hacia adentro tomando al mismo tiempo aquel papelito y botandolo al suelo.

No puedo perder está apuesta así que tengo que asegurarme de que nadie más se le acerque para conquistarla.

Aquella acción no pasa desapercibida por los ojos de la rubia, solo ríe un poco y entrelaza nuestros dedos para adentrarnos más en el parque de diversiones.

Espero que hoy acepte ser mi novia, entre más rápido lo sea, más rápido lo dejará de ser.

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Estaba pensando en ¿Como le dicen ustedes al parque de diversiones? Tengo entendido que cada país tiene su distinta forma de hablar.

Quiero saber sus respuestas, y ¿de que país son?

Los quiero.

No te olvides de votar!!!!

Au revoir

Doble ApuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora