Parte 8

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Astrid me mandó la dirección del lugar de trabajo para recogerla, el hospital veterinario es grande y esta muy bien ubicado. Apago la moto en cuanto me estacióno enfrente, le quito las llaves y me saco el casco.

Tengo una moto en vez de un carro porque es mas economico, además de que para eso mis amigos tienen carro, que ellos me lleven.

Recuerdo que cuando le dije a Astrid que tenía moto en vez de carro se emociono mucho, me dijo que siempre había querido montarse en una, para aquellos tiempos yo la tenía en reparación así que nunca pudo montarse en esta, pero como era un día especial decidí por fin ir a retirarla del taller.

Me gustan esos momentos en que ella es espontanea y libre, son esos momentos los que hacen menos tediosa la apuesta, quiero hablar con ella y decirle que sea más natural, más Astrid, para que los dos meses que faltan no sean aburridos.

Para que al menos pueda soportarlos.

Camino hacia la entrada del edificio con puertas de vidrio, la veo a través de la puerta hablando con un chico mas o menos de mi estatura, cabello negro y ojos cafés, quien trae el mismo uniforme que la rubia tiene.

Supongo que son compañeros.

Se ve muy bien con su ropa de trabajo, la bata holgada de animalitos dibujados le da una sensación de ternura. Es la primera vez que Astrid se ve tierna.

Empujo la puerta y la escucho reír, reír sinceramente; detallo mucho a las personas y se cuando alguien es sincero y cuando no. Sobre todo con ella, aprendí a diferenciar sus actitudes en tiempo record.

Camino hacia ella y veo como sus ojos azules tienen cierto brillo cuando mira a aquel chico, no le tomo importancia. Entre más me acerco mis zapatos parecen sonar más fuerte, ella se da cuenta de mi presencia porque voltea a verme con una sonrisa.

Su sonrisa me contagia y me acerco a ella, con mi mano derecha la tomo de la cintura y le doy un suave beso, mientras que con la izquierda sostengo el casco un poco apartado de ella para que no se golpee con este.

Escucho una tos que hace separarme de Astrid.

A pesar de que no tengo sentimientos hacia ella, debo admitir que besa muy bien.

---Rubia ¿Quién es él?---Pregunta el chico con bata de animales.

Estiro mi mano hacia él, él la mira un momento y luego la estrecha.

---Soy Hipo, el novio de Astrid---Digo soltando el agarre y volviendo a colocar mi mano en la cintura de Astrid.

---Ethan, compañero de trabajo de Astrid---Comenta con una sonrisa.

Por algún extraño motivo, Ethan no deja de mirar mi mano que está en la cintura de Astrid; solo para molestarlo, apreto a Astrid aún más hacia mi, haciendo que su mano quede en mi pecho y la mía ahora este en su cadera.

Al parecer, la rubia nota la tensión unilateral, porque intenta decir algo.

---Hipo, que te parece si nos vamos, antes de que se haga mas de noche---Habla la rubia empujandome levemente hacia la salida.

---Cariño, pero ni siquiera me has presentado a la señora Carla de la que tanto hablas.

Es verdad, me habia hablado bastante sobre Carla y su esposo Henry, pero nunca mencionó a Ethan.

---Salieron, una emergencia en la zona rural---Se suelta de mi agarre y se posiciona en mi espalda para empezarme a empujar hacia la salida---Adiós Ethan.

---Adiós Pelinegro---Me despido cuando estoy apunto de salir del hospital.

Astrid suspira y sube una ceja, creo que está regañandome y aguantandose las ganas de gritarme unas cuantas cosas.

---Ni siquiera me cambie, y no colgué la bata en el perchero, siempre que me la llevo al día siguiente se me olvida---Reprocha cerrando los ojos.

Río y la arrastro a la moto, saco del baul el casco de ella y se lo pongo.

---Me gusta como te queda la bata, te ves tierna---Abrocho la correa del casco---Y si se te queda yo puedo traertela.

---¿Enserio?---Pregunta un tanto esperanzada.

---Sí.

Me abraza por el cuello y me da un beso rapido.

Esto es lo único bueno de la apuesta, nunca me cansaré de besarla.

♡♡♡

---Tengo algo que decirte---Comenta en cuanto termina de comer.

Su cabello suelto se mueve con la brisa de la noche. Son muy pocas las veces que se lo suelta y a mi me encantan esos momentos.

Fue buena idea comer en la terraza de mi apartamento, Tilda me dio la idea y al parecer a Astrid le había gustado.

Tampoco la voy a tratar mal, a pesar de todo ella me agrada, a veces.

---Se que he estado actuando un poco raro ultimamente---Se pone de pie y se acerca a la orilla para observar la ciudad.

Yo me levanto sin hacer mucho ruido y me acerco con cautela, me apoyo de espaldas contra el muro, el cual llega hasta mi pecho.

---Sabes que no he estado en muchas relaciones... y la verdad tenia miedo de estropearlo todo---Deja de mirar la ciudad para mirar mis ojos---Por eso mi actitud, soy todo lo contrario a esa chica que has visto este ultimo mes.

Mi mente explota de emoción, no tuve que decirle nada porque ella misma esta dispuesta a dejarse ver en realidad como es.

Es mucho mejor de lo que espere.

---Quiero que seas tu misma, confía en mi y cuentame todo, no solo somos pareja, también somos amigos. Quiero que me muestres a Astrid Hofferson.

---Okay, entonces pasa mañana por mi a las tres, te mostraré a la verdadera Astrid---Da una sonrisa pero con la oscuridad no sé si es de felicidad o de que está tramando algo.

---Está bien, pasaré por ti a las tres. ¿Que debería ponerme?

---Pero Hipo, quiero que también muestres tu verdadero yo, sé que te esfuerzas por ser el novio perfecto, pero, solo quiero que seas Hipo Haddock---Me señala todo completo---Un Hipo Haddock con ropa deportiva.

Me está gustando esta Astrid con comentarios ridículos.

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Dos partes para compensar mi ausencia este mes de Diciembre, he estado un poco delicada de salud y por eso no he podido seguir escribiendo, pero ya me siento mejor. Espero que entiendan.

¿Les esta gustando este tipo de narración intercalada?

¡Los quiero!

Au revoir










Doble ApuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora