Parte 23

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Heather me ha venido a recoger en cuanto la he llamado, no hizo preguntas, simplemente abrió la puerta del carro y me subí en silencio.

Es una gran amiga.

En mi cabeza sigue rondando el pensamiento de que todo este tiempo fui usada para una apuesta, pero me siento hipocrita, yo también hice una apuesta a sus espaldas, sobre él.

Aunque sigo pensando que la mía no era tan mala a comparación con la de él. Es decir, el tenia que enamorarme, yo solo tenia que hacer que me odie.

Dos apuestas totalmente diferentes, pero con el mismo grado de daño.

Porque debo aceptarlo, no me siento para nada bien y con la cara que él tuvo cuando se entero de eso, creo que el tampoco está bien.

Probablemente no estamos destinados el uno para el otro, porque si fuera verdad, el destino no sería tan cruel con nosotros.

O tal vez es una señal del destino para que nos demos cuenta de que, en un futuro podremos llegar a ser tóxicos para la otra persona.

El carro se detiene y bajo de este, entro al edificio y subo por el ascensor hasta nuestro piso, abro la puerta y veo a Tilda en el mueble, la puerta es cerrada por Heather, siento como mi vista se nubla y como se forma un nudo en mi garganta.

---Se termino la apuesta, la perdí---Logro decir, retiro el anillo que llevo en mi mano y se lo doy a Tilda, Tilda le devuelve el collar a Heather y la pelinegra me devulve el brazalete que era de mi madre.

----Wow calmate rubia---Dice Tilda levantándose del sofá y acercándose---¿Que fue lo que sucedió?

Siento mis mejillas húmedas en solo pensar que todo este tiempo estuvo conmigo por esa apuesta, que me iba a terminar en cuanto se cumplieran los tres meses, que nunca estuvo enamorado de mi, que probablemente siempre estuvo enamorado de Alejandra.

Simplemente ya no sé que hacer, así que me siento en el sofá y me preparo para contarles todo lo que acaba de pasar.

♡♡♡

----Tranquila Astrid, igual iremos a Nueva York a ver el partido, así distraes un poco tu mente---Me dice Heather mientras entramos a la Universidad.

---Ya es un avance que hayas salido de tu casa después de haber llorado todo el fin de semana---Comenta Tilda---Parecias una regadera.

Río ante su comentario.

---Que haya terminado con Hipo no significa que deje acabar con mi vida.

----Además arrastrarte fuera del departamento también fue una buena idea---Ironiza la pelinegra.

---Todavia me duele la espalda.

---Nota mental: La próxima en vez de tomarte por los pies te tomaremos por las manos---Habla Tilda.

Ruedo mis ojos y seguimos caminando en dirección a la cafetería central. Andar por la Universidad me da miedo, siento que lo puede encontrar en cualquier parte, esa es una de las razones por las cuales no quería venir.

Un perro gigante me tira al suelo y lambe mi cara, venia tan distraída que no lo vi venir.

---¡Chimuelo bajate!---Grito.

Un momento, si está Chimuelo significa que Hipo también.

Oh, no.

No, estoy preparada para verlo, han pasado pocos días, es muy reciente todo no me siento lista.

---Lo siento por eso---Escucho su voz y me tenso---Chimuelo te vio y no dudo ni un segundo en venir a saludarte.

Rasca su nuca, siempre hace eso cuando está nervioso. Chimuelo se corre y veo que me ofrece su mano para levantarme, la ignoro y me levanto yo sola.

Miro por encima del hombro de Hipo, la s chicas están hablando con los amigos de Hipo.

---Astrid---Habla llamando mi atención---Necesitamos hablar.

---Lo siento ahora no tengo tiempo, tengo clases---Lo digo en el tono más frio que puedo y doy media vuelta.

Hipo toma mi mano impidiendo que me vaya. Volteo y suelto bruscamente mi mano de la de él.

---Tengo clases.

---¿Entonces cuando?

Él tiene razón, no solo él me hizo daño, también yo se lo hice a él, a pesar de todo los dos cometimos errores.

---Mañana---Afirmo.

---¿Mañana?

---Sí, mañana, nos vemos en el parque a las 3.

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Penúltima parte.

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Los quiero mucho.

Au revoir!

Doble ApuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora