ᴍysᴛᴇʀʏ ᴛᴇᴀᴍ {sᴛᴀɴᴄᴇsᴛ]

Secretos parte 3

La mirada de Stanley era atraída por el paisaje que contemplaba desde su lugar, no salian mucho de New Jersey, realmente no lo hacía hace años pues todo lo que necesitaban estaba hay pero ahora el planeaba jamás regresar. Tres años era muy poco, el pensaba mudarse a un estado mejor como California, Oregon o incluso Washington, lo que sea que esté lejos de su lugar de origen sería mejor.

Por el contrario Stanford pensaba volver pero solo por un corto tiempo, quería regresar a su lugar de origen para hacerlo mejor y dejará de ser un lugar algo descartado para vivir, el quería ser el cambio que revolusionaria el mundo pero tenía que empezar con algo pequeño ¿Y que mejor que New Jersey?

—Tengo que ir al baño —balbuceo Stan volteando a Ford quien seguía al volante— según el mapa hay una estación de autoservicio en unas millas ¿Puedes acelerar?

Ford rodo los ojos, no confiaba en las paradas de los mapas, no después de su último viaje. —Voy a la velocidad reglamentada ¿No puedes aguantar? —este nego frenéticamente— Solo esta vez —susurro haciendo que Stan sonriera.

(...)

—Esta tardando demaciado —bufo Ford dando vueltas frente al vehículo, para calmar sus prisas reviso si llevaba todo y aún que no fuera así no se devolvería, prefería que se lo mandarán por correo —¡Stan Sal de ahí, ahora! —grito en dirección al baño. Impaciente trato de abrir la puerta del baño la cual se encontraba con seguro.

«¿Podría verse desmayado? Hace un calor infernal» medito Stanford tratando de pensar en algo cuando escucho la puerta abrirse. —¿Uno no puede leer en paz? —bacilo Stanley mostrando el periódico que sostenía con gracia— leer en el camino me causa náuseas —camino al auto haciendo una cara de asco que a Ford le causó gracias pero se aguanto la risa ya que llegarían tarde, no podrían detenerse ya que tenía prisa.

—Eso no es leer —contesto Ford a secas quitándole la historieta que tenía y aventandola al piso— estás arruinado mis planes..

—Calma, cerebrito. Yo conduzco que queda a un par de horas y tú has estado conduciendo toda la tarde y mañana —le arrebato la llaves caminando al lugar del piloto— duerme un poco, tienes ojeras —rio mientras Ford se tocaba debajo de los ojos algo ofendido.

Sin decir nada entró y renclino el asiento, en cuanto arrancó el auto le arrullo quedándose dormido con los anteojos puestos. Stan no podía dejar de mirarle dormir, era un sentimiento extraño que le hacía perder su mirada en el. Con discreción le quitó los lentes dejándolos sobre el portavasos para mirarlo mejor..

Nego varias veces para volver a la realidad, el desde hace tiempo se había declarado bisexual y sus padres les dió por igual ya que de todas maneras salía con Carla excepto dos veces que salió con un chico pero eso fue una de las tantas tonterías que había hecho en su vida, Stanford siempre fue heterosexual ¿Que le haría cambiar de opinión? Lo malo es que la chicas con las que salian lo usaban, eso era lo que más deprimía al castaño.

Flash back

Era una tarde soleada en New Jersey, estaban en su cafetería ambientada en los 70's favorita. Varias chicas bailaban lanzandole besos a Stan bpara que se acercara a bailar con ellas algo que el negó rotundamente. Frente a él estaba su hermano quién solo bebía un batido y comía de un pastel de chocolate de los cuales deliraba profundamente. Miro de nuevo a este que lamía el tenedor con una sonrisa de sastifaccion para después ir a por otra rebanada.

—Hola, Stan Pines ¿Cierto? —sonrio una castaña sentándose a un lado de el— Soy Carla, Carla McCorkle —extendio su mano para que Stan la tomara y lo saludara lo cual hizo.

Ford regresaba cuando se topo a la chica con la cual de había citado para ayudarle en sus calificaciones, le pagaría bien el padre de ella por ser su tutor todo lo que restaba del año y tenia tiempo libre. Se sentó frente a estos y con una sonrisa fingida los precento, estos solo se quedaron mirando entre sí para después Stan invitarla a bailar una pieza de Rock and Roll que tanto disfrutaba.

Con un rostro de desilución Stanford miro a ellos dos que bailaban y este sólo comía de su postre favorito, ya no era divertido ir ya que ni la mujer le hacía caso en lo que tenía que memorizar y Stan estaba perdido en el perfume barato que ella derrochaba.

Stan no invitaba a bailar a su gemelo por que no lo hacía más que en los bailes en los cuales no tenía más opciones, sus ojos azules le cautivaban y juraba que eran tan profundos que podía perderse en ellos como en el mar abierto, miraba como Stanford se lamía los labios después de tomar un bocado de pastel algo que le gustaba mirar.. realmente disfrutaba verlo hacer eso.

Flash back end

—¿Desde cuanto ya no te gustan? —pregunto Stan ofreciéndole un trozo de pastel de chocolate a Ford sentándose ambos en un establecimiento en el que pararon a comer. 

—Hace.. mucho tiempo —desvio la mirada asociando de mala gana el sabor del pastel con su hermano junto a Carla— creo que mejor tomaré el de vainilla —comento cambiando la rebanada de su hermano.

Este sólo asintió y comió del de chocolate que a decir verdad estaba bueno pero no tanto como el que hacían en su restaurante favorito. —¿Cuánto falta? —pregunto Stan mirando el mapa.

—Poco —contesto dándole el último bocado a su pastel— vámonos —dejo dinero sobre la mesa y camino al auto mientras Stan le miraba algo extrañado, estaba algo cortante desde que salieron o tal vez un poco después..

A lo lejos se miraba el edificio más alto que sería su universidad, Stanford había hecho trámites para la costa oeste pero al final decidió no entrar ¿Que le abra hecho cambiar de opinión? Ni el que era la persona más cercana a Ford lo sabía. Su padre cuando se enteró se puso furioso por que por esa universidad el sería un "futuro millonario" algo que a Stanford le desgusto ya que su padre solo pensaba en sí mismo.

—Necesito que busques mi carpeta que deje atrás —dijo Ford mirando que llegaban al estacionamiento— necesitamos los papeles de registro que llené ayer para entrar, la carpeta azul ¿Recuerdas?

Stanley de inmediato se tensó, los había dejado en el comedor aún que su hermano le había dicho que los guardara en el auto.
—C-Claro —dijo para voltear a los asientos traseros y fingir que buscaba— Aquí no están, Nerd ¿Seguro que los guardaste?

—Seguro —confirmo Ford haciendo que Stan comenzará a rezar para que no recordara que de lo pidió a él.

Stan completamente nervioso callo al asiento de atrás de cara para luego buscar entre maletas y más maletas. Stanford quien noto a su hermano algo molesto balbuceando maldiciones rodó los ojos y abrió el compartimento del copiloto. —Sabia que lo olvidarías —mostro una copia de los documentos, la carpeta decía "por si se le olvidan al cabeza hueca" Stan solo negó y volvió a su lugar, su gemelo lo conocía mejor que nadie.

—Hermano Pines —dijo extendiendole la carpeta a uno de los guardias que estaban en la entrada, intercambio miradas con uno de sus compañeros y le devolvió sus papeles a Stanford para después estacionarse.