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—Stanley, Stanley —llamo Ford moviendolo algo angustiado de que el contrario parecía moribundo (cuando en realidad estaba descansando de la caminata a muleta que dió)

El nombrado abrió los ojos con pesadez. — ¿Que quieres? —murmuro rascando con los puños sus ojos.

—¡¿Que diablos haces aquí!? —grito esta vez asustandolo aún poco.

Antes de contestar se levantó tomando su muleta y apoyándose sobre el tronco, esta vez con más facilidad ya que cada vez mejoraba más. — ¿Que parece que hago? Protegerte.

—Lo discutimos, es más ¡Deberías estar en la cabaña y no a cinco millas de ella!

— ¿Tanto caminamos? Carajo, por algo me duele todo —carcajeo dedicándole una sonrisa. El mayor por el contrario de inmediato le tomo del brazo centenciandole con la mirada. Ya podía escuchar esos regaños.

—¿Que tanto viste?

— ¿Ver de qué? Solo sé que mate una cosa por ti, de nada —contesto con una sonrisa burlona sacando su móvil y mostrándose lo, Ford con una expresión de enfado se lo devolvió de un manotazo. Se alejó unos paso dejando caer su espalda sobre uno de los troncos y deslizándose sobre el hasta llegar al suelo.

—Te dije que no necesito tu ayuda, estaré bien —susurro casi en un berrinche. ¿Por qué no confiaba en el? ¿Fue por lo de la última vez? ¿Acaso es fiddleford y no solo por el bosque?

— Stanford no puedo dejar que te hagan algo. Eres... Algo muy importante para mí —alago tomando un poco de aire observando el alrededor. Podían escuchar como el agua caía desde la cascada hasta un pequeño lago a un costado de ellos para seguir por un pequeño río hacia otro lugar. Las sinfonías causadas por las aves eran una melodía que tranquilizaba a ambos dejandoles saber en el fondo que todo estaba bien, de alguna manera o que al menos lo estaría— ¿Que había dentro de la curva? —pregunto dejándose caer a un lado suyo acorrucandose en su regazo.

Ford sonrió recordando el lugar, las paredes eran asombrosas y sobre todo la historia que contaban —Pinturas rupestres sobre habitantes de Gravity Falls hace Miles o incluso millones de años, es fascinante el que no se borraran con el tiempo.

Imaginando el lugar acariciaba el cabello de su hermano hasta que recordó la parte del supuesto ser que podía darle la respuestas de todo y que por desgracia no apareció. —Tambien contaba de un demonio; Una leyenda un tanto estúpida.

— ¿De que? —pregunto seguido de un bostezo.

—Un ser que todo lo sabía.

— Vaya ¿Te identificas te con el? —susurro en burla.

—Ya quisiera —contesto— ya quiciera...

( . . . )

El sol se ocultaba a sus espaldas mientras fiddleford cargaba la mochila de Ford para este poder sostener a Stan, se encontraba exausto después de tantas horas de camino, por algo había dormido durante un largo rato.

El mayor no podía dejar de pensar en el sueño raro que tubo ¿Era una señal real? ¿Acababa de hacer ese trato de verdad?

—¿No puedo decirle a nadie? —pregunto moviendo una pieza del ajedrez decorado de estrellas, dándole un sorbo a su té miró hacia el chico que sonreía amablemente. Un hombre de piel anaranjada tirando a casi su color, ojos grotescamente amarillos, una sonrisa demoníaca, si cabello amarillo chillante  mientras sus demás fracciones eran cubiertas por estrellas.

— No, ni siquiera a tu pareja... Hermano... Lo que sea.

—En realidad es ambas.

— Los detalles sobre eso es lo que menos me importa, ahora lo que me interesa eres tú y tu cerebro. Sixers, eres el hombre más inteligente que a pisado la galaxia. Con el IQ más extraordinario que pude presenciar. ¿Me darías el honor de ser tu musa? —dejo la taza sobre el aire dejando que flotara, chasqueo los dedos y la galaxia apareció sobre sus manos— tengo el poder para que tú, solo tú, gobiernes todo eso. No un pueblucho, no un país y no basta con el mundo ¡La galaxia!

Ford miró detenidamente como la vía láctea se movía junto con las estrellas con una pequeña sincronía.

— Todos sabrán tu nombre —continuo— tienes el potencial para hacer lo que tengo planeado hace años y eres el indicado para llevarlo a cabo.

—Lo siento... —hizo una pausa esperando que dijera su nombre.

— Solo llámame Musa.

—Bien, Musa. Tengo mis planes, en unos pocos años terminaré mi investigación sobre Gravity falls y mi esposo y yo viviremos bien por el resto de nuestras vidas. No creo que todo eso sea necesario.

—Stanford tú no eres un conformista, tu siempre estás en busca de más. Personas como tú no se conforman con poco, personas como nosotros son las que merecen el poder absoluto, gracias a nosotros la balanza de la humanidad estará correcta. No necesitas nada más que mi asesoría.

Ford miró un rato más hacia la nada. ¿Valdría la pena las mentiras que le contraria a su gemelo? Para el la respuesta era si, algún día lo entendería y sería ya que ambos fueran reyes de la galaxia. Un genial título para esa persona que todos creyeron un fenomeno.

—Bien.. Musa ¡Acepto tu trato! —sonrio extendiendo su mano hacia el frente.

La figura sonrió con todos sus dientes dando a notar la locura que salía de el.

¿Cómo podía rechazar el una oportunidad como esa? Acortaría el tiempo de su investigación y podría pasar el mayor tiempo en lo que ahora le importaba; en Stanley.

El demonio sin pensarlo más tomó su mano en un apretón amigable (demaciado para el gusto de Ford). De sus manos broto un fuego azul que anunciaba su trato. — No te obligare a firmar un maldito papel, tu palabra es lo más valioso que tienes Stanford. Tu palabra y ese cerebro que tienes ¡Espero noticias tuyas!

— ¿Stanford? —llamo Lee haciendo que volvía a la realidad, recordaba de nuevo las últimas palabras de aquel ser extrañado; como si se tratara de un trato mal hecho o que lo engañaría ¿Podría hacerlo? — ¡Stanford! —llamo otra vez.

El chico fijo sus ojos al frente mirando como su amigo fiddleford y su hermano se detenían mirándole extrañados. —¿Vieron algo?

— Solo empezaste a murmurar cosas, pensamientos sobre si algo estaba bien ¿Te preocupa algo? —pregunto Fiddleford posando su mano en el hombro del mayor, Ford por su parte sostenía con fuerza la cintura de su  hermano para ayudarle a caminar. De nuevo recordó una de las "cláusulas" de su trato, el no mencionar nada de él era escencial.

—Todo está bien, solo planteó varias teorías respecto —contesto hacia Fiddleford haciendo que este sin dudarlo siguiera con su caminata. Lee se encontraba pensativo ¿Acaso otra vez comenzarían sus peleas? Por qué estaba más que seguro de que no le dejaría solo otra vez— Gracias por venir —le susurró con una sonrisa besando su mejilla.

ᴍysᴛᴇʀʏ ᴛᴇᴀᴍ {sᴛᴀɴᴄᴇsᴛ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora