• Stan Logic •

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¿Por qué eres tan perfecto? ¿Por qué tengo que perderme en las palabras que salen de tu boca? Tus ojos, tu sonrisa, tu actitud... ¿Por qué?

Tu manera de caminar me hace derretir al verte pasar, tu perfume penetra mis sentidos. Me deja más tonto de lo que estoy.
Me sigo preguntando que ves en mi ¿Acaso es mi sentido del humor, mis palabras dulces, mi manera de hacerte solo mío?
Necesito que todos se graben mi nombre y el tuyo. Que con solo mencionar en tuyo sepan a quien perteneces, a quien pertenezco.

Celos estúpidos ¿Por qué tengo que desearte tanto? Esa necesidad incomprensible de que grites mi nombre mientras sostengo tu cuerpo sobre mis brazos. Te deseo demaciado ¿Eso es malo?

— Buenos días —Hablo Stanford acariciando su pecho concentrando sus ojos en cierto punto de este, sus palabras eran en un susurro dejando descansar su cuerpo aún sobre la cama.

Lee sonrió levemente abrazando más su cuerpo desnudo contra el suyo, sentir que él era su fuente de calor ya que su hermano solía ser demaciado frío y no solo sentimentalmente. —¿Dormiste bien? —pregunto exalando y expulsando aire de sus pulmones con tranquilidad.

— Si —contesto acurrucándose más, su cabeza era llenada por recuerdos de la noche anterior llegando semi ebrio por culpa de fiddleford, llegar y Stan molesto sobre la cama. Después de eso su memoria se llenó de recuerdos borrosos hasta ese momento. Recordaba sus besos, sus caricias, cada punto de su cuerpo que recorría con lujuria. Recordó que no le dió el medicamento. — ¡Mierda! ¡El medicamento! —grito asustado envolviéndose en una sábana y corriendo a la sala de estar encontrando los jodidos pomillos sobre la mesa de centro. Camino hasta ellos escuchando un ronquido detrás suyo, fiddleford se había quedado en la sala y por poco le despertaba para que lo terminara viendo semi-desnudo. Si, muchas veces vagaba por la habitación de la universidad en boxers pero no era tipo Rick quien usaba calzoncillos por todos lados.

Tomo la bolsilla donde estaban todos ellos y emprendió carrera hasta la habitación. — Joder, si hubiera sabido que dos cervezas me dejaban un poco imbécil juro que no tomo —comento sirviéndo un vaso de agua y tomado una pastilla de cada tomo.

—¿Para qué tanto menjurge? —pregunto levantándose y dejando un quejido por el dolor de caminar otra vez por su cuenta después de varios días estar postrado en una cama. Rodeo su cintura por enzima de la sabana que cubría su cuerpo y beso el inicio de su columna terminando el beso sobre su cuello— me siento bien.

— Bien para la chingada ¿no? —susurro molesto al no poder abrir un pomillo.

—¿Ahora Rick te pega eso? —regaño tomando una de las pastillas y bebiendo del agua.

— ¿Puede ayudarme con esto? —pregunto mientras dejaba el vaso sobre el mueble, de un movimiento abrió el pomillo dedicándole una sonrisa burlona a su gemelo— Te la afloje.

—Si y el pomo también —carcajeo sosteniendo su cintura con más fuerza y girandole para besar sus labios con una sonrisa— parece que ahora tendré que prohibirle tomar si no estoy...

— ¿Prohibirle? Leíste libros verdad.

—No tenía nada mejor que hacer, creme que aún sufro —tomo la última pastilla caminando al armario.

( . . . )

—No, No irás solo —dijo sosteniendose de la muleta que había traído Ford para el.

— Fiddleford irá conmigo. Estaremos bien además llevo la ballesta.

—No Stanford.

— Ballesta y... Tal vez el bate ¿Bien?

—Eso no es suficiente para mí, necesito estar ahí para saber que estás bien. —contesto dejándose caer en el sofá y colocándose su cinturón de cuchillos de lanzamiento (regalo de Rick) y atando su cabello— mi obligación es protegerte.

— ¡Se cuidarme solo! Lee, ya no soy un niño —dijo un poco irritado— me llevaré mi diario de anotaciónes y si regreso espero verte en cama. Debes descansar.

—¡Descansar es para débiles! ¡Yo soporto esto y más! —exclamo levantándose pero perdiendo un poco el equilibrio haciendo que Ford le tomara del brazo.

— Tu cuerpo no dice lo mismo, Stanley... Hazme caso por una vez ¿Si? —suplico mirándolo como un cachorro (algo que derretía a Lee para caer a sus órdenes) Stan resignado desvio la mirada.

Se quitó el cinturón y se dejo caer una vez al sofa dejando un suspiro algo aire. —Bien, vete —susurro dejando caer el cinturón al suelo— Y no es de "si regreso" regresaras y estaré aquí mismo, ya me harté de esa maldita cama.

Ford le dedico una sonrisa mirando como Finns llegaba para tomar una mochila que el cargaba. — Gracias por entender —acaricio su mejilla y salió por el porche.

—Dije que irás... —susurro levantándose con la muleta y colocándose el cinturon— Pero yo estaré detrás de ti, torpe.

«¿Cómo puede creer que lo dejaré solo? ¿No recuerda lo peligroso que es? ¿Que hasta una cosa arrastro su auto cuando llegamos?» reclamo caminando mientras se apoyaba en la muleta. ¿Por qué dejarlo solo? Sí sabía a la perfección que era un lugar peligroso. Al menos, Fiddleford por su parte si sabía más de defensa que Ford pero nadie más que el.

Aún recordaba la promesa que de había hecho de pequeño; el jamás abandonarlo, protegerlo de lo que el mundo les imponía. Simplemente era estúpida la idea de dejarlo solo a la interperie.

En su vista fijo a ambos sujetos caminando a paso tranquilo y conversar como si el mundo no importará. Eso le preocupaba; se emergían tanto en sus conversaciones que dejaban todo a un lado. Incluso al peligro.

Un murciélago que para están eran "todo rarito" salió de los árboles pero antes de que lograra atacar le lanzó un cuchillo. Callo estrepitosamente a sus espaldas siendo ignorado por completo por ambos sujetos. —¡Y no querías que viniera! —exclamo en un susurro caminando un poco más rápido, antes de marcharse saco foto de la cosa esa y siguió su camino.

( . . . )

— ¡Nos vemos en cinco! —grito Ford dejando su mochila junto a Finns en medio del camino, como un punto de referencia ya que se separarían para así "cubrir más terreno".

El lado protector de Stan no quería dejarlo solo, estaba realmente preocupado de él como una madre a su cria.

Lee por su parte se adentraba entre los arbustos mientras Ford seguía un inocente camino de tierra, algo no le gustaba de todo eso y no era solo el olor a gas natural. Sus pasos eran lentos para poder observar todo a su alrededor, parecía un niño pequeño que quería guardar en su cabeza todo lo que miraba. El suelo se comenzó a mover como si se tratara de un terremoto, Ford corrió hacia dentro de una cueva y Stan para que no le pasará nada (ya que una cueva no era la mejor de las ideas) corrió detrás de él, una piedra gigante callo en su camino tapando la entrada de la cueva. —¡Stanford! —grito tratando de llamar su atención pero parecía que el no escuchaba.

Trato de guardar la calma ¿Estaría bien el solo dentro? Tal vez y no tenía más opción que esperar ya que lo más lógico era esperar que por dentro empujara la piedra.

Con algo de trabajo se dejó caer al lado de un árbol, cansado pero sobre todo preocupado de que el mayor estuviera bien. De su ropa sacó un contenedor de agua del cual bebió, se dejó caer con mayor profundidad sobre el árbol para al tiempo quedarse dormido.

ᴍysᴛᴇʀʏ ᴛᴇᴀᴍ {sᴛᴀɴᴄᴇsᴛ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora