•Pensamientos•

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- Stanford dije no, no voy a salir con ellos.

-Entiende. Solo dame ese par de horas para ver qué tal va y si no te gusta nos vamos mañana ¿Si? -susurro acorralandolo contra la pared dentro del baño, Ford la notar que no salía decidió entrar por el encontrando que su decisión era aún no ir.

- Lo hablamos ayer...

-Estaba un poco ebrio ¿Puedes hacerme este favor? Y prometo hacer lo que me pidas una semana -suplico.

- ¿Incluyendo mis deberes? -pregunto con una sonrisa.

-Si, si... Incluso eso -bufo recordando que le había dejado de tarea arreglar la cañería, ahora le tocaría a él.

( . . . )

Los cuatros se encontraban en un restaurante sencillo el cuál Stan y Ford habían pasado veranos trabajando. Ahora era más moderno y lujoso ya que antes era solo una cafetería.

- Para mi lo mismo -comento Stan para que después la mesera se fuera- ¿Y bien? ¿Que cuento dirán ahora?

-Stanley -regaño Ford tomando su mano- lo que quiere decir es; quiere escuchar una disculpa.

- Bien, bien -hablo su madre en un suspiro.

Stan negó de inmediato acallando las palabras de su madre. - Tuyas no, de el -apunto a Filbrick quien leía el periódico de esa misma mañana.

El chico miró con atención a su padre quien bajo las hojas con algo de molestia, fijo su mirada ante el y de su boca salieron una frías palabras. - Lo siento -dijo para volver a levantar el periódico y seguir leyendo.

Stan de inmediato sacó una carcajada sarcástica. - ¿Lo de ayer vale eso? ¿Un "lo siento"? Vaya, si supiera que esa palabra arregla cosas yo mismo hubiera reparado el auto con ellas.

- Es un avance -susurro su madre algo incómoda.

- ¿Un avance? -dijo Stan ofendido- te diré que un avance es que lo sienta de verdad no que lo haga solo por qué Stanford está ganando dinero.

- ¿Acaso no es por eso que estás con el?

- ¡Yo le ayudo a ganar ese dinero! -grito dando un golpe a la mesa.

- ¿Estafando? ¿Copiando sus tareas? Vaya forma de ayudar.

-¡Quieren callarse! -demando Ford levantandose frente a todos ganando la mirada de su familia, ambos hombres de encontraban con miradas de disgusto ante la interrupción- ¿No podemos convivir como una familia?

- Una familia no forma más familia entre sí.

-Y una familia no debe juzgar -susurro en regaño hacia Filbrick- no voy a obligarlos a llevarse bien, creas o no Stan es una buena persona y para que conste no depende de mi, no dependemos de nadie y si quieren que yo siga aquí deberás respetarlo ¿Entendiste? -hablo hacia su padre sentándose de nuevo- Pensé que las cosas serían diferentes -susurro por último al llegar la comida.

Al terminar de comer Stan se levantó y salió del establecimiento completamente molesto. -Les pedí respeto con el...

Unos segundos después su madre también se retiró al sanitario dejando a ambos solos. -¿Por qué te cuesta tanto llevarte bien con el? También es tu hijo.

- Te está desgraciando la vida Ford, tú serías mejor con una mujer e hijos en el futuro. Eres mejor que esto.

-El le dió sentido a todo lo que hago ¿Puedes comprenderme una vez? Le suplique para que viniera conmigo y esto es lo que recibe... Parece que después de todo por culpa tuya si reparare esa cañería -resoplo molesto dejándose caer en el respaldo de la mesa.

Filbrick bebió del café una vez más mientras miraba serio a Ford. - Intentaré entenderte, pero si veo que se aprovecha de ti-..

-El no hace eso, no comprendo tu desconfianza pero bien. Mientras ya no haya más peleas me conformo.

Stan fumaba un cigarrillo algo cansado, se sentía lleno de estrés y sobre todo con dudas sobre si mismo ¿Por que lo hacía sentirse como un bicho raro? No era solo el quien gustaba de su hermano, él también gustaba de él y ahora serían pareja legalmente. Por fin ambos compartirían más que su vida misma.

-Hola -susurro Ford sentándose a un lado suyo- veo que los trajiste -comento apuntando a la caja de cigarrillos- te dije que eran malos...

Stan resopló con una sonrisa algo fingida. - ¿Es raro que me sienta ofendido aún por todo lo que dice?

-No -contesto tomando su mano con una mueca de disgusto- se que te importa lo que diga tanto como a mí.

- ¿Y si fuera yo quien te hubiera dado el anillo? ¿Sería peor?

-Tal vez, prefiero no pensar en eso más de lo que ya le di vueltas -dijo mirando hacia la calle donde varios autos pasaban- ¿Y si entras? Pagaré la cuenta y recuerda que necesitas firmar -sonrio besando su mejilla para levantarse.

- Es tu dinero.

-Tambien tuyo, tonto -acaricio su cabello con una sonrisa vaga caminando hacia dentro del lugar.

( . . . )

Ese par de dias se pasaron tan rapido que apenas se dieron cuenta, realmente necesitaban regresar ya a Oregón, a su hogar.

Por la mañana hicieron maletas y se dirigieron al aeropuerto en autobús, se despidieron rapido de sus padres tratando de no recordar los dias pasados. Parecia que todos comenzaban a acostumbrarse a la situación y diciendo todos era en especial sobre el modesto Filbrick quien para su gusto no dejaba de pensar en que Ford era mejor que eso.

- Por más falso que sonría estoy seguro que se arrepiente de dejarnos ir juntos a la universidad.

-La universidad no causó esto Stan, la borrachera si -susurro divertido tratando de animarlo, se notaba tan pensativo estos días. El chico de cabello castaño había dejado los cigarrillos hace meses pero parece que por el estrés y la desesperación había vuelto a ese vicio, no podía evitar sentirse mal por lo que sucedía. Sus ojos se perdían en como el avión despegaba mientras Ford tomaba su mano con fuerza como siempre lo hacía cada vez que despegaban, se había vuelto costumbre. Sus pensamientos se emergían dentro de ese huracán que le hacia culparse, no quería hacerse la víctima, no quería lastimar a nadie; solo quería ser feliz.

Recordaba como fue ese primer beso, esa primera caricia, esa vez en que sus ojos ya no lo miraba igual; que lo miraba con amor y orgullo de tenerlo a su lado.

Cuando llego a su cabeza el rostro de su padre no pudo evitar sentir un hueco en el estómago, esas palabras fuera quien fuera le herían, tanto que quería decirles que era una broma... Que el no quería comenzar lo que pasó pero el amor no era una elección.

Se imaginó, se deseo tanto en lo que ahora estaba pero por desgracia se sentía terrible ya que el era el culpable de que Stanford no llegara con una mujer a casa de sus padres, si no, con una deshonrra como el

ᴍysᴛᴇʀʏ ᴛᴇᴀᴍ {sᴛᴀɴᴄᴇsᴛ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora