•Golpes•

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En lo personal me encantó este capítulo, yo misma lo esperaba con ansias... Si quieren pueden leerlo con la canción "Miss Jackson"/ Pánic! At the disco; una de mis canciones favoritas de la banda, si te distrae la letra puede hacerlo con la instrumental del mismo

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La cena transcurrió con un poco de normalidad mientras su padre se mantenía en silencio en mitad de la mesa, ambos hermanos estaban sentados juntos tomando la mano del otro con seguridad, querían sentirse seguros frente a su padre quien parecía cada vez más irritado con las palabras de orgullo sobre Stan.

— Ford ¿Podemos hablar un segundo? A solas —menciono Stan mientras dejaba una botella de vodka sobre la mesa, el chico se levantó aclarando su garganta y pidiéndole un momento a sus padres. Sus pasos fueron lentos hasta perderse ambos en el pasillo entrando a una de las habitaciones y cerrándola con seguro.

—Stan ¿Sucede algo? —pregunto el castaño extrañado mientras se recargaba en la pared con pesadez, estaba por enfrentar un regaño por parte del menor esperando pronto le confesión.

Se acercó amenazante hacia el limpiando de su labio una gota de vino. — Llevo horas esperando ¿Cuando piensas hacerlo?

—Pronto, Pronto ¿Puedes esperar un poco más?

El chico recargo su brazo sobre la pared quedando a unos centímetros frente a su hermano, sabía que este se sentía intimidado y aún que no era ese el propósito se sentía poderoso. — No, No puedo ¿Acaso soy tu amante?

—No digas tonterías, Lee. Sabes que soy malo con las confesiones... Dame unos días más.

— ¡El año está por terminar y seguiré siendo tu hermano frente a ellos, seguiré siendo tu amante frente a ti! Es importante para mí Stanford.

El mayor bajo la mirada dejándose caer en los brazos de Stan, no podía creer que la impotencia le cegaba; impotencia de no poderlo gritar sin salir herido. —Tengo miedo —susurro mientras ambos caían al suelo despacio sientiendo como Stan lo apretaba contra su pecho— no quiero que intenten separarte de mi de nuevo, no otra vez.

— Ya no somos niños, si no lo aceptan nos iremos tan rápido como llegamos ¿Quieres que les diga yo?

—Será peor... —Susurro sintiendo como tomaba su mentón y besaba sus labios con sed, con necesidad de tenerlo solo para el una vez más. Se detuvo unos minutos después para mirar sus ojos llorosos; le partía el alma además de su persona verlo de esa manera— Solo necesito unas copas de vino más y podré hacerlo...

— Perdón por obligarte —comento apenado levantándose y sujetándolo del brazo para ambos estar de pie.

Ford le sonrió tomando su mejilla. —Todo estará bien —dijo terminando con un beso en sus labios, podía sentir como sus brazos temblaban y como intentaba ser más fuerte de carácter; Lo era ante los demás pero frente a él esa pared se desmoronaba.

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Las manecillas del reloj corrían como si de un par de atletas. Las copas de vino le había hecho bien dejando de lado las preocupaciones... Era la segunda vez que tomaba más de dos copas en su vida y la primera no había salido del todo bien. Se levantó de su silla entre la plática que se había originado, un par de amigos de sus padres se había unido y el convivio había Sido más natural pero ahora era su momento.

Todos dirigieron su mirada al "chico genio" que tomaba esa copa delicada entre sus manos, el miedo ya no estaba dentro de él; ahora tenía más valor. —Madre... padre... Tengo una noticia.

— ¿Ganaste la lotería? —pregunto su padre con entusiasmo.

—Algo mejor —sonrio Ford sintiendo como Stan le miraba ahora el con miedo, ya podía sentir a Filbrick enzima de el— conforme crecí encontré el amor de mi vida sin darme cuenta, esto puede ser algo extraño pero estoy seguro de esto y no pienso perder un día más —con pasos firmes se acercó a Stan y tomando su mano le obligó a ponerse de pie— Stan Pines ¿Te gustaría formar una vida conmigo? Concretamente... Ser mi pareja ahora legalmente.

No faltaba decir que Stan podía sentirse entre las nubes, mirar a su hermano hacer tal escena le invitaban a besarlo sin censura frente a todos los presentes, pero, guardando la compostura de inmediato asintió mirando como el mayor sacaba una pequeña cajita de su bolsillo. —Esto a costado varios libros así que ojalá lo aprecies —sonrio con esos ojos azules que brillaban con intensidad.

Con un poco de paciencia abrió la diminuta caja enfrente de todos que estaban aún sin habla congelado en el tiempo. A su vista dejó un anillo de oro el cual contaba con una pequeña piedra azul en el medio, de inmediato ese zafiro le recordó a los ojos de su hermano en la primera borrachera del mayor... Tan intensos, deseando más y pronunciando su nombre con lujuria.

Coloco el anillo en su mano y sin esperar más lo tomo de la corbata dándole un beso en los labios tan inocente e inofensivo. Un golpe en la mejilla le hizo perder el tacto y caer estrepitosamente sobre la mesa, su padre le miraba con rabia queriéndole arrebatar la vida con la mirada.

— ¡Filbrick es tu hijo!

— Desde ahora no, sal de mi casa bastardo y jamás vuelvas a ensuciar a Stanford ¡Lo estás envenenando!

Stan miró algo borroso a Ford quien le ayudaba a levantar mientras recitaba uno de los tantos conjuros que habían encontrando apuntando hacia todos los presentes, de inmediato todos calleron de manera brusca, unos sobre la mesa y otros sobre el suelo. — ¡Los mataste! —grito Stan asustado mientras recobraba la conciencia por completo.

—En un par de horas estarán de regreso, Estás bien ese golpe fue horrible —reclamo tomándole el rostro mirando la sangre caer por su nariz y labio— cuando menos me di cuenta tomo ese puño americano ¿Lo dejaste como si nada sobre la mesa?

— Siempre lo traigo conmigo aún que con todo esto lo deje varado ¿No te hizo nada?

—Yo estoy bien, necesito curarte eso ahora.

— ¿Que haremos cuando despierten?

—Tenemos una hora para pensarlo, ahora deja que alivie eso —le sonrió tratando de tranquilizarlo, con un pañuelo de tela limpio la línea rojiza que salia de su hinchada nariz— ahora entiendes por qué no quería decirles —susurro tomando su mentón con una mueca indescriptible, parecía sentirse culpable pero al mismo tiempo molesto por qué no les entendieran como debían.

— Lo siento por insistir tanto.

—Al fin de cuentas tenían que enterarse —dijo obligandole a tomar asiento junto al cuerpo desmayado de un amigo de su padre— Cuando despierten necesito que no estés aquí.

— ¿Cómo? —pregunto Stan extrañado.

—Que estés abajo, necesito estar a solas con ellos un par de minutos para hacerlo entender. Soy su hijo y no creo que lleguen a herirme..

— También lo soy y mira la suerte que tengo pegada.

—Lo se y odio su preferencia hacia mi "futuro adinerado" pero por mi cuenta corre que no recibirá un centavo, no hasta que te pida disculpas.

— Si le dices eso lo hará por hipocresía ¿Es que estás ciego Ford?

—Por algo uso anteojos —chisto limpiando con agua oxigenada la sangre que enmanaba de su labio.

Los minutos estaban siendo cada vez más escasos hasta que todos comenzaron a recobrar la conciencia y con ellos el lobo del hogar.

ᴍysᴛᴇʀʏ ᴛᴇᴀᴍ {sᴛᴀɴᴄᴇsᴛ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora