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El primer día siempre es el más difícil.


09 de agosto.

Mis ojos estaban abriéndose pesadamente, el sol pegaba contra mis ojos y me llevé las manos a estos.

Ugh, tenía examen de matemática, aunque no era nada mala para ser honesta pero igual odiaba la materia.
Nos habían advertido del examen desde que estábamos de vacaciones, ¿es en serio?
Ni siquiera habíamos llegado a la escuela todavía y ya estaban dandonos adviertencias sobre los exámenes.
Odiaba la escuela.

Así que como dije antes, hoy era el primer de día de clases, ¿lo dije? Sí creo que sí.

Me alisté para salir de casa y dirigirme a la escuela, me vestí como casi siempre lo hacía ya que para mí no era la gran cosa iniciar otro año en la escuela como para otras chicas.
Me puse una camiseta de cuadros de colores amarillentos y marrones, tenía algunas líneas blancas en algunas zonas de esta y también me puse unos vaqueros azules con mis converse blancos. Me gustaba mi estilo.
Al final tomé mis gafas negras y me las puse.

Después de haber bajado a ver a mamá con el desayuno ya preparado comencé a comer todo lo que ya estaba listo. No era trabajo fácil, mi mamá alimentaba a muchas bocas, estábamos mi papá, charlie, paige, ava y yo.
Había preparado muchas delicias, mi mamá era la mejor cocinera del mundo de eso no hay duda, había panqueques y jugo de naranja, también había pan tostado con mermelada y sándwiches de mortadela.
Comí uno de cada uno hasta que quedé satisfecha.

Salí de casa y pasé a la que estaba a mi lado, que era la casa de mi mejor amigo: Noah Schnapp.

Noah era mi mejor amigo desde que tengo memoria, nos conocimos desde pequeños y nunca nos hemos distanciado gracias a que siempre hemos asistido en la misma escuela cada año.
Era un chico increíble, me gustaba su carácter y los gustos musicales que tenía, además de que eran bastantes parecidos a los míos eran lindos.
También era atractivo, en algún momento de nuestra amistad yo me volví loca por él y jamás se lo dije, de hecho, él sigue sin saberlo. Pero no tiene porque hacerlo.

*toc toc*

Sonó mi mano contra la puerta de color blanco de mi amigo, él salió de inmediato con una sonrisa en su rostro.

—¿Estás lista para tu primer día de escuela, Millie bobby brown?—
dijo extendiendo los brazos.

—¡No!— dije imitando su voz.

Reímos y nos sentamos en el pórtico para esperar a que llegara el autobús. Siempre pasaba por nosotros y mientras lo hacía nosotros hablábamos sobre lo que haríamos el día de hoy y así siempre.

Cuando el autobús llegó Noah se levantó primero y me ayudó a levantarme. Tomé su mano y me levanté, caminamos hasta el autobús y después buscamos asientos en él.
Estaba absolutamente lleno de gente. Puaj, apesta a sudor y recién es la mañana.
Me puso los dedos en la nariz e hice una expresión de asco mientras noah se reía.

—Ese es el olor natural de los hombres, Millie.—dijo en un susurro.

Solté una risa ligera y caminamos hasta los penúltimos asientos del autobús, yo me senté del lado de la ventana y noah había puesto su mochila en mis piernas mientras él peinaba su cabello.
Rodé los ojos y sonreí.

El camino siempre era aburrido, aún con noah el sueño no desaparecía y una vez que llegamos a la escuela él me ayudaba a bajar.

—Bien.— dijo.— sólo respira.— hizo sonidos de exhalación y me tomó por los hombros.

Solté todo el aire que respiré antes y cerré los ojos, tomé su mano y entramos.
La escuela estaba llena de personas, literalmente no había tanto espacio para que nosotros pudiéramos pasar pero creo que estaba bien, no, no lo estaba.

Solté un suspiro enorme y me despedí de Noah, era mi segundo año en la escuela de aquí así que no era tan novata como los de nuevo ingreso.
Me fui a mi salón de matemáticas en donde se aplicaría mi examen y me senté en la tercera banca hacia la pared, siempre intentaba sentarme en el medio para que los profesores me ignoraran.

Me sentía totalmente invisible, nadie hablaba conmigo y tenían amigos de aquí y allá.
La profesora llegó, llevaba un traje de color negro formal y una corbata roja y saludó con una voz aburrida.
Ugh, sabía que esta clase sería la más aburrida como el año pasado gracias a su voz.

—Buenos días. Siéntate.— señaló a un chico.

Miré al chico, era alto, un tanto patético, estúpido y creído. Su nombre era Jack Dylan Grazer.
Lo conocía perfectamente, me bastó sólo un año para saber que era uno de los más mujeriegos de toda la escuela... los más populares siempre eran los más mujeriegos.

Jack rodó los ojos al igual que hice yo y después se sentó, hasta los últimos asientos claro.
Nadie hablaba conmigo, me sentía sola y esta vez no tenía a Noah en mate para que me apoyara o me hiciera reír.

Miraba el salón con detalle, era de color amarillo pálido y tenía un pizarrón verde de gis, era tan anticuado.

—Bien, hoy haremos el examen, o eso se supone que hagan ya que no creo que puedan salir de esto.

Okay... ese comentario me intimidó.

Dejó los exámenes en los pupitres mientras iba pasando y miró justamente a mí, tragué fuerte al sentir la mirada sobre mí. Se acercó y me susurró:
—He oído sobre usted, Brown, espero que siga con esa buena reputación.

Esperen, ¿cómo sabía mi nombre? Apenas llegamos a la escuela y ella ya me tenía amenazada.

Comencé a hacer mi examen, ja, fácil.

Me levanté a dejarlo en el escritorio y mientras regresaba a mi asiento noté como Jack me hacia señas para que lo viera. Lo vi con curiosidad y me enseñó el dedo del medio, rodé los ojos por milésima vez en el día.

¿Jack Dylan Grazer sabía mi nombre?, ¿cómo era eso posible? Ni siquiera hablábamos.

Me senté y esperé a que sonara el timbre que marcaba la siguiente clase, lo que decía que debía moverme hacia la clase de química.

*tur tur*

Sonó la chicharra del cambio de clase y me levanté con prisa.
Salí del aula y choqué con alguien.
Me caí al suelo y mis libros de química en mi mano también se fueron directo al suelo, suspiré y un zapato llegó hasta mi libro de química, ugh, era Jack.

—Fíjate por donde pasas, maldita cuatro ojos.

Rodé los ojos apretando los labios y mirándolo, él me dedicó una sonrisa sarcástica y me dijo algo que no logré escuchar.

—Oh, no seas tan rudo, Grazer.

Esperen, ese fue...

The List; FillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora