XXII- Un día con Ralph -Epitafio-

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29 de febrero de 1913

Ralph va en camino al cementerio, a visitar a su novia. Siempre presente como todos los 29 de año biciesto.

Cuando de repente encuentra su lápida y comienza a leerla:

"Me recordarás como una rosa..

-Más bien como un limón. -Responde inconscientemente-.

Flor hermosa de un rosedal. Si estoy aquí, es que no estoy allá.

-¿De enserio debo leer esto? -Se pregunta enfadado-.

Y hemos llegado al punto final.

-¡Uf al fin! -Respira conforme-.

Sin comas de por medio, sin vales para el remedio. Porque siempre nos faltaba cien centavos para el peso. Adi.."

-Y bueno parece que no alcanzó la tinta del fibrón. Mejor me voy.

Y así se retira Ralph, loquillo de la vida terrestre, marítima y naval. Volviendo a su casa esperando pasar 4 años más.

                            -Héctor F. Palavecino


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