XXXIV- Te echo de menos

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Dónde están tus pensamientos, decime que sientes en este momento. Si después de ese encuentro pudiste superar todo lo que sentiste ante mi enfrentamiento.

Te estoy siendo sincero ya no te miento, por más que intente inventarte mil excusas, ya no podría decirte lo siento.

Me equivoqué ese fue mi peor error y lo acepto. Presiento que en verdad perdí a alguien que realmente me amaba.

A veces hacemos cosas que no sentimos y luego nos arrepentimos de lo que hicimos, pero el daño es impredecible.

Golpeamos la pared tantas veces que corrompemos el hecho de saber, que nunca hay que ir más allá y emprender un camino incorrecto.

La vida se trata de comprender, que las segundas oportunidades no son para tomarlas a la deriva y resolver un problema que nos causo mil emblemas.

Sino para volver a despertar de un sueño que mal soñamos y que nunca quisimos soñar.

Debemos tomar en cuenta que equivocarse a veces esta mal, y que no siempre un error es una cualidad para aprender y de esa manera crecer.

Hay que valorar, tomar riendas del ayer, por eso estoy devuelta aquí frente a ti, pidiéndote disculpas. No esperando que sonrias y me mires dulcemente como lo solías hacer.

Simplemente que puedas seguir adelante, que no eres lo que yo te dije en ese instante, eres más de lo que puedes imaginarte.

Ve y avanza puedes lograrlo alza tus alas y emprende tu vuelo, acompañarte ya no puedo, no aceptaría que me perdones cuando yo no te di consuelo.

Me deje llevar por cosas que no tenían sentido, si te hubiera amado como lo siento en este momento nunca me hubiera ido.

Te digo adiós sigue tu camino, nuestro amor se acabó y en el tiempo se ha perdido.

Como hileras que se caen a causa de una derrota, una montaña que derrama inmensas rocas. Así mi alma se disloca al tenerte tan cerca y no poder rozar tu boca.

                -Héctor F. Palavecino


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