ASIER

XL- Final

Millones de años atrás se crea alguien que cambiaría la vida de muchas personas.

Decían que su dependencia causaría dolores, y en otras ocasiones una sensación única.

Nace una luz llena de color, desde lo más alto del universo crea un inmenso redentor.

Se expande hasta llegar a la cima de lo inalcanzable, haciendo entender que su presencia era algo inimitable.

Crea sensaciones que luego se convierten en emociones para quienes logran sentirlo. Son lágrimas y sonrisas que comparten el mismo camino.

Crea la vida para darle comienzo al destino, y en el centro de su pecho le coloca un diamante.
Una piedra preciosa y brillante.

Encomandado por el tiempo, le da una llave secreta explicándole, que no permita su entrada a alguien que no deba.

A partir de ese momento comienza a esfumarse su presencia, se vuelve como una fragancia que logra cautivarte cuántas veces quiera.

Nace como las flores en las primaveras, y sus ojos son el reflejo del alma que lo genera.

Vive con intensidad, su sueño es nunca llegar a despertar, porque con los ojos cerrados logra sentir más.

¿Por qué tanta insistencia?.
Todos se preguntan si su presencia es una estrategia. El sólo viene y se va, o lo perdemos al no intentar.

Ya muchos dejamos el camino de lado, apartándonos a un costado. Mientras nos mira de reojo en un estado de remojo, en una tormenta que acaba de llegar.

Son gotas de lluvia que marcan una tempestad, se convierten en lágrimas al reconocer el abismo que no nos permite amar.

Es él, el que no se va a rendir jamás. Porque la vida no se trata de ganar sino de llegar hasta el final.

El amor.