Cerró los ojos un momento, era algo normal e instintivo que hacía para lavarse el cabello. Cerró los ojos un momento y entonces lo sintió, un dolor sofocante que iniciaba en su garganta, como su un cuchillo afilado le hubiera atravesado el cuello, después sintió la sangre caliente al contacto con su piel, que bajaba por su cuerpo desnudo y después se mezclaba con el agua bajo sus pies. Intentó abrir los ojos pero le era imposible, poco a poco perdió la sensación de estar ahí, perdió la conciencia sobre su cuerpo y mientras todo se desvanecía llevo la mano al origen punzante del dolor desgarrador y sintió el frío filo que le atravesaba la garganta, después no supo más.
Despertó en su cuarto, en su cana, pero no era ella, no se sentía como ella, algo había cambiado, volteo un poco a ka figura que estaba en la cama junto a ella, esta se incorporó despacio y apareció frente a sus ojos una figura horrenda e indescriptible, algo que jamás en su vida había visto. Se sintió gritar, pero de su garganta no salió sonido alguno.
—¿Qué te pasó? —le preguntó la figura en una extraña voz silbante que por alguna razón entendió.
—He tenido una pesadilla —se sorprendió al responder, terminó contando a su desconocido acompañante lo que acababa de pasar, relatando su extraña sensación de haber abandonado su cuerpo humano.
—No debes preocuparte —le respondió —los humanos no existen y nosotros ni cuellos tenemos.
Dicho esto la figura se acomodo de nuevo y empezó a dormir. Ella con miedo volteo al frente para ver su reflejo en la ventaba, casi suelta un grito de horror al contemplar su figura, el extraño tenía razón, eran iguales, ella no era humana, ella no era ella.