Capítulo 6: Momentos

1.2K 106 13
                                    

Debo de haberme leído el mismo párrafo dos veces más para cuando me doy cuenta de que estoy comenzando a delirar. Aparto el libro de ciencias con ambas manos, empujándolo hacia delante sobre la superficie de la mesa de madera de mi apartamento estudiantil en Tokio. Mi cabeza está llena de cosas para nada relacionadas con el tema que debo de estudiar, y eso que mi memoria fotográfica hasta ahora nunca me ha fallado. Puede que algún día deba dejar de depender de ella para cualquier examen, como ahora, y quiera mostrar lo que verdaderamente soy. Aún voy en primer curso de Seirin, pero ya me siento como si voy en el último, en tercero.

   Cojo un clinecks de la diminuta bolsa donde vienen a la venta y me siento los mocos como si me fuera la vida en ello. Me acabo de dar cuenta de que debo de comprar la comida... No recuerdo la última vez que estuve comprado por Tokio ingredientes para comida, pero sí los empujones en los vagones de tren cuando iba al instituto. La sola idea me da náuseas. Tengo suerte de tener un apartamento cerca de un supermercado y no tener que hacer el mismo recorrido que siempre. Lo que me sorprende es que sea tarde, y que el amanecer ya esté amenazando con salir. ¿Pierdo la noción del tiempo siempre que estudio? Desecho esos pensamientos para irme antes de que la tienda cierre. Cojo la primera chaqueta que llevo, las llaves y la cartera con el dinero suficiente que necesitaré de primera vista; al minuto siguiente, ya estoy bajando los setenta y cinco escalones que hay en el conjunto de apartamentos hasta la cuarta planta; hay mucho más si subiera hasta la azotea. Pero nunca lo haría, la verdad. En otoño suelen haber cuervos y atacan a la gente, de ahí el miedo de los inquilinos a subir.

   Sinceramente, no me importa mucho lo he vaya a comer estas últimas semanas por los exámenes. Lo primero que veo y a lo que me dirijo en la tienda es el ramen instantáneo se diferentes sabores; ramen con carne, ramen con queso,... Hay diferentes tipos de ramen, y me sorprende aún no haber probado todas las clases. Seguramente termine pagando con mi salud el precio de comer tanta pasta de diferentes sabores. Pero me da igual. En la secundaria también lo hacía por el estrés continuo a no poder separarme de los libros durante la época de exámenes finales... Vuelvo al conjunto de apartamentos con una bolsa a cada mano llena de ramen, alguna que otra fruta y verdura, y yogures, muchos yogures de diferentes sabores, también. Durante los cien metros que separan la tienda de mi apartamento, y los setenta y cinco escalones que debo subir cuando entro en la parcela comunitaria, empiezo a pensar en la discusión con Himuro hace dos días. Ya debe de haberse celebrado el torneo de Seirin contra Kaijo. ¿Quién habrá ganado? Nada más regrese a clase mañana voy a hablar con Riko y el equipo. Necesito saberlo.

   Estoy en medio del pasillo estrecho y alargado pasando frente a las puertas de los demás apartamentos localizados en el bloque cuando una de las tiras de las bolsas se rompe. Antes de que se caigan al suelo intento parar. Pero ya es tarde. La bolsa donde llevaba la comida instantánea queda colgando y maldigo unas cuantas cosas. En esa hola también llevaba el monedero, el cual es el único que ha caído aún estando cerrado. Hubiera sido una catástrofe de verdad si mi carné de identidad, estudiantil y el dinero que me quedaba de la compra estuvieran en el suelo. Tengo más cosas que hacer en el mundo que recoger todo aquello en medio del frío infernal de la barandilla de ladrillos que separa la calle de los apartamentos. Sí, los japoneses somos así de buenos construyendo que tenemos que diseñar los apartamento así. Nos guardamos la inteligencia para otras cosas, de hecho.

   Me agacho soltando las bolsas a mis lados. Tengo los dedos entumecidos de haber cargado todo aquello con el frío del otoño. Antes de mi propia mano alcance a tocar el monedero una mano mucho más grande aparece chocando levemente con mis dedos... Ahogo un pequeño grito de sorpresa. No había notado a nadie en el pasillo, y eso que el tramo es recto hasta el final, que finaliza con otras escaleras más estrechas que las normales. Son de emergencia, me digo siempre. La mano de la otra persona se mueve más rápido que la mía y recoge mi monedero, para después llevárselo consigo.

BEFORE the FALLEN -[Murasakibara Atsushi] [Kuroko No Basuke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora