Capítulo 14: Verdad

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Instagram: rubimoon_45

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–Eden, ¿estás dormida o qué te pasa?

   La voz de la abuela es la única que consigue sacarme de mis pensamientos antes que las demás. Cuando levanto la cabeza de la ensalada que llevo condimentado desde hace un rato, la mirada celestial de Amelia es la primera que me encuentro; seguida de los ojos inquietos de mi madre y los frustrados de mi abuela. Definitivamente, ella es la primera persona y con razón que odia a mi padre; incluso estando por encima de nosotros, sus hijos.

Intento sonreír lo mejor que puedo antes de devolverles la pregunta:

–No, lo siento, solo tengo hambre.

–¿Hambre? Pero si Murasakibara y tu habéis ido a una cafetería después de las clases... –indica mi madre, echando su larga cabellera hacia atrás–. ¿Se ha vuelto a comer tu merienda?

–No.

«Mentira», me digo.

   Cuando él terminaba de comerse sus tarrinas de helado, yo aún iba por la única y primera de las mías. Y, por si fuera poco, la vez que tuve que ir al cuarto de baño en la cafetería y volví, lo que menos me esperaba era ver mi copa vacía. La próxima vez que vaya, pediré una ensalada con zanahoria rallada, así me quitaré un problema de encima.

   Mi hermano y Murasakibara llevan en mi habitación desde hace un rato. Solo tengo dos ideas de lo que pueden estar haciendo esas dos personas: la primera es que estén hablando –y la que prefiero pensar –, y la segunda es que pueden perfectamente estar matándose el uno al otro, al estilo de Kill Bill.

–Voy a comprobar cómo están –indico antes de salir de la cocina.

–No tardes.

   Cruzo el salón ignorando la mirada penetrante de mi padre, entro en el pasillo y me quedo estática en la puerta del cuarto antes de llamar cuidadosamente. Cuando mis nudillos tocan la madera de la puerta, ésta se abre antes de que puedan percatarse de mi presencia. Mi hermano me mira entre sorprendido y divertido porque mi mano haya llegado a acabar en su pecho, como si quisiera matarlo antes de tiempo.

Su sonrisa es lo primero que aparece en sus labios.

–¿Dónde está Amelia?

–Con mamá y la abuela –digo, dejándole pasar– en la cocina. ¿Y Murasakibara?

   Detrás de él solo hay una habitación vacía y coloreada por las pinturas que nos gustaban de pequeños. Sin embargo, la persona que busco ha desaparecido y probablemente tenga más hambre que miedo en un apartamento con olor a lavanda. A mi abuela siempre le ha gustado fregar a casa con ese detergente. Es una costumbre. Y como sale más económico que uno de lujo, mi abuelo prefería comprarlo que malgastar esa oferta. «Que en paz desgaste», digo, pensando en la urna que hay en la estantería del salón. Sus cenizas, algún día, serán esparcidas en el mar, dónde le gustaba ir a pescar con su hijo y mi hermano.

   Además, fue militar durante su época moza, y le gustó sentirse por primera vez importante. Después de conocer a mi abuela y tener a su primer hijo y demás, prefirió quedarse en casa con ellos y vivir una vida tranquila... Es un héroe, en cierta parte.

–Está en el cuarto de baño –informa mi hermano, acariciándome el pelo–. Mientras hablábamos, su teléfono empezó a sonar y tuvo que cogerlo. Quizás es un amigo.

BEFORE the FALLEN -[Murasakibara Atsushi] [Kuroko No Basuke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora