Álex

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Amanda se despidió de su amiga, ninguno de los dos teníamos el valor de poder mirarnos a la cara después de todo lo que sufrimos, pero yo era el chico y me sentía responsable de hacer que ella volviera a mí. Así que decidí coger su cara entre mis manos obligandola a mirarme. ¡Dios! Sigue tan hermosa como siempre...
A: Ho-Hola Álex... - No pude resistirme y la estreche entre mis brazos, la he echado tanto de menos que ahora mismo soy capaz de no soltarla nunca más.-

No tardó en corresponderme el abrazo. Me obligué a separarme para que ella no estuviese incómoda.
Á: Amanda, ¿te parece si te invito a almorzar y hablamos?
A: Tengo clase... y me está esperando mi mejor amiga
Á: Por favor... Creo que es algo que ambos necesitamos, yo lo necesito, te necesito.
A: Pero..-la interrumpí-
Á: Mándale un mensaje a tu amiga y dile que te coja los deberes, te los haré yo si hace falta, pero por favor ven conmigo...sólo será un rato, volveremos antes de que acaben las clases, te lo prometo.
A: -suspiró rendida- Está bien...pero antes de que acaben las clases debemos estar aquí, papá vendrá a recogerme hoy.

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Llegamos a la cafetería.
Á: Puedes elegir todo lo que quieras
A: Pero Álex, no me he traído el monedero, me lo he dejado en la taquilla.
Á: He dicho que te iba a invitar, tú no tienes que pagar nada.

Hicimos nuestro pedido, la chica que atendía detrás de la caja registradora intentaba hacerme ojitos, cuando Amanda se dio cuenta pude ver que se puso celosa y se dispuso a dar la vuelta sobre sus talones y rápidamente la agarré de la cintura y la abracé a mí. Tan celosa como siempre, me tiene locamente enamorado. La chica al ver ese detalle desapareció de nuestra vista.

Nos sentamos en su mesa favorita.

Era en la terraza de la cafetería, teníamos una vista preciosa de la Torre Eiffel.

Á: Amanda...- me miró tímida - ¿cómo has estado todo éste tiempo...? -Dejó de comer-
A: ¿Es en serio Álex? ¿Cómo crees que he estado?
Á:¿Mal?- pregunté rascándome la nuca-
A: Claro, imbécil-dijo rodando los ojos-

Yo sonreí. Siempre ha sido así y me encanta.

Á: Ni te imaginas como he estado yo.

A: ¿Mal? -Dijo ella imitandome-

Á: Claro, imbécil - dije soltando una carcajada.-

Admiré su sonrisa, me encantaba.

Ella al percatarse se puso incómoda inmediatamente.

Á: Y... ¿Tienes novio?- solté de repente-

A: No te importa - dijo ella al cabo de un rato-

Á: Tienes razón-bajé la mirada-

Estuvimos un rato en silencio hasta que ella lo rompió.

A: Bueno, creo que ya es tarde-dijo levantándose de golpe-

Á: Espera - dije levantándome rápidamente agarrando su brazo-

Nos quedemos un rato mirándonos fijamente.

A: ¿Y bien? -dijo ella rompiendo el silencio una vez más-

Á: No me puedo creer que de tanto tiempo sin vernos sólo nos digamos esto- dije dolido-
A: Creo que lo mejor es que me lleves de vuelta al instituto, papá vendrá a recogerme antes de hora y no quiero que me vea contigo. - Dijo cortante -

Nos subimos al coche y la deje en el Instituto, yo me fui a mi casa esperando a que mi mejor amigo se digne a preguntarme.

Un Mafioso ProtectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora