H: ¿He hecho algo para que me trates así?
A: ¿Puedes irte a la mierda? Gracias.
H: ¿Puedes responderme? Por favor.
Iba a seguir diciendo que se fuera a la mierda, pero entró Álex.
Nuestra conversación me estaba poniendo nerviosa, pero Nadia le llamó, yo le dije que se fuera de la habitación, ya que no quería escuchar lo que hablaban.
Le escuchaba hablar, pero no entendía bien qué decía.
Vino una enfermera a cambiarme los goteros aunque parecía un poco nerviosa y eso no me daba buena espina...
A: Holaa -dije un poco entusiasmada, era una cara diferente con quien poder hablar-.
No emitió ningún sonido, ni siquiera su cara reflejó una expresión, parecía un robot.
A: ¿Por qué no me hablas, acaso no os dejan comunicaros con los pacientes?
No obtuve respuesta, me cambió la medicina y se fue sin tan siquiera mirarme a la cara.
Yo había perdido la noción del tiempo en esta habitación asquerosa, así que sin más decidi quitarme todos los cables a los que me tenían conectada, me vestí e intenté que nadie del personal me reconociera para poder salir del hospital.
Conseguí salir, fue un golpe de suerte, supongo.
Me sentía diferente, como si nunca hubiera estado ahí, llamé a un taxi para que viniera a por mí y me llevase a casa aunque no sé si eso era realmente seguro para mí.
Al llegar a casa me di cuenta de que estaba completamente vacía, parecía que nunca nadie había vivido ahí, era extraño pero decidí no hacer caso a mi sexto sentido.
Subí a mi habitación, no había nada, estaba toda revuelta, pero vacía, -me llevé las manos a la cabeza desesperada- nunca nadie había allanado mi privacidad de esa manera, pero de haberlo hecho, ¿qué coño buscarían aquí?
Escuché un ruido en la planta baja, de repente mi corazón dio un vuelco, no sabía qué hacer, en ese momento me arrepentí de haber salido de la seguridad del hospital.
Pero me alente a ser fuerte por mí misma, así que me escondí en el refugio que tenía en la habitación, menos mal que nadie sabía de su existencia, era el único lugar en el que refugiarme, además estaba insonorizado así que podía gritar lo que quisiera.
Escuché pasos en la habitación, era Cristian, ¿no se supone que se había ido de Francia? No sé qué pensar.
De repente escuché que decía "Huele a ella" en ese momento mi alma abandonó mi cuerpo al instante.
Pero acto seguido dijo "me arrepiento de haberle hecho tanto daño... he sido un gilipollas con ella, quizás si debería haber dejado que su amiguito álex me matara"
Yo no sabía cómo reaccionar, sabía que no podía salir porque me arriesgaba a que me matara, porque si me quiso secuestrar dudo que fuera para admirar "mi belleza"
Cristian recibió una llamada telefónica, aunque quería enterarme de lo que decía solo escuchaba palabras sueltas, dada a la ansiedad que me dio en ese momento, la mente es nuestra peor enemiga, ahí me di cuenta realmente de todo lo que pasaba.
Solo sé que se iba a ir, pero que dejaba seguridad por si alguien entraba en MI habitación, ¿por qué la protegería tanto?
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Un Mafioso Protector
Teen FictionÉl, un chico que no ha tenido suerte en la vida, se reencuentra con su mejor amiga de la infancia, de la cual siempre ha estado enamorado. Ella, una chica sobreprotegida por su padre y consentida por su madre, desgraciadamente eso no duró mucho, ya...