Álex

4.1K 195 8
                                    

A: ¿Cómo que que hago aquí? Mi coche, estúpido- Dijo levantando una ceja-

Aguanté las ganas de soltar una carcajada.

Á: Cierto, cierto- dije mirándola-

Estuvimos mirándonos durante un tiempo. El tiempo suficiente para poder observar lo guapa que era. Hasta que ella rompió el silencio.

A: ¿Y bien? -dijo ella impaciente-

La miré nervioso sin saber que hacer.

A: Vamonos. No me importa que todavía estés en pijama, de todas maneras no vas a salir del coche -dijo ella encogiendose de hombros-.

Á: Esta bien, esta bien -dije con una sonrisa-.

Fuimos hacia el coche a paso rápido. Al parecer quería tener ya su coche.

<<O quizás sólo quiere irse más rápido de tu lado>>

Bajé la mirada ante ese pensamiento.

El camino estuvo en silencio. De repente me vino a la cabeza lo de ayer con Luke.

Mi ceño se frunció ligeramente y ella lo notó.

Pero antes de que dijera nada ya habíamos llegado.

Ella se iba a bajar pero yo la agarré del brazo. Ella me miró con una ceja alzada.

A: Suelta -Ordenó en tono amenazante-

Á: No hasta que hablemos

Ella rodó los ojos.

A: No quiero hablar ahora, quizás más tarde- Ella remarcó la palabra "quizás".-

Solté un gruñido.

Á: No, hablemos ahora. -dije con un tono de súplica.-

Ella me miró con los ojos entrecerrados.

A: Que no, pesado -Dijo ella tratando de zafarse de mi agarre.-

Á: Será sólo un momento, por favor -dije en un susurro.

A: Esta bien -dijo ella rodando los ojos-.

Á: No quiero que vuelvas a ir con Luke, no te conviene.

A: ¿Y a ti qué mierda te importa? -dijo ella con el ceño fruncido- No eres mi padre para decidir por mi.-

Y sin más salió del coche dando un portazo.

Me pasé una mano por el pelo. Soy un idiota. Estaba todo tan bien y yo voy y la cago.

Arranqué con rapidez mientras volvía a casa.

Pero cuando llegué pensé que no podía irme tan fácilmente sin hacer nada para que me perdonara.

Antes de entrar escuché a alguien gritar mi nombre.

L: ¡Álex! -gritó Luke-.

Rodé los ojos mientras me montaba al coche con rapidez. Pero antes de arrancar el se puso en el medio.

Á: ¿Qué mierda haces, loco? -Le grité con el ceño fruncido.-

L: Por favor, vamos a hablar.

Á: Más tarde, ahora me tengo que ir.

L: ¿A dónde? -dijo mientras daba la vuelta abriendo la puerta y sentándose en el asiento copiloto.

Rodé los ojos.

Á: No te importa. ¿Puedes bajar, por favor? -Dije algo irritado.-

L: Claro, cuando hablemos.

Á: ¿Qué me quieres decir? ¿Qué quieres conquistar a la chica que amo? -él no decía nada y eso me enfadaba más.- ¿Eh? ¡Contesta!

L: Pues la verdad es que si -Soltó seguido de una risa nerviosa.- Pero no creo que lo consiga así que tranquilo.

Á: Ah, vale eso me relaja mucho. Gracias, amigo -Dije con sarcasmo- ¿Eres gilipollas? -dije pasándome las manos por la cara.- Realmente no sé ni porque lo pregunto, claro que eres gilipollas. -Dije con el ceño fruncido.- Es ella o yo. -Solté serio.-

Entonces el se comenzó a reír cómo loco.

Á: ¿De qué mierda te ríes? -Dije enfadado- Tío, sal de mi coche.-

L: Ella dramática -Dijo soltando una carcajada-

Á: -Solté un bufido- Mira, me estás agotando la paciencia. - <<Si no la he perdido ya>> Pensé- Sal del coche.

L: Ya veremos quien la consigue primero -Dijo guiñando un ojo mientras salia del coche-.

Salí del coche también mientras me metía en casa dando un portazo.

Entré a mi habitación mientras me acostaba y caía dormido profundamente.

Desperté a las 22:00 PM. Me puse a pensar que podía hacer y me dispuse por ir a la discoteca.

Llegué y al entrar me fui a la barra. Pero antes de pedir nada vi a Amanda y a Luke hablando. Abrí los ojos como platos mientras me acercaba a ellos. Al llegar le pegué un puñetazo a Luke.

Á: Eres un hijo de puta -le dije dándole otro puñetazo.

Seguí pegándole hasta que sentí una mano en mi brazo. Me giré y pude observar una Amanda preocupada.

A: Basta, Alejandro. -Dijo fruncido el ceño-

Dejé de golpearlo mientras la cogía entre mis brazos y la llevaba hacia mi coche.

El camino estuvo en un silencio incómodo.

Ella se bajó con rapidez mientras se iba a su casa.

Un Mafioso ProtectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora