Álex

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Después de pegarle aquel puñetazo a Harry, me había quedado muchísimo más tranquilo, pero no del todo.

Coraima y yo estábamos aún sin asimilar lo que acababa de pasar.

Á: ¿Quieres dar una vuelta para despejar la mente?

C: Te lo agradecería. -Dijo tratando de sonreír-.

Comencé a conducir sin rumbo fijo hasta que vi una silueta muy conocida.

C: ¿Es mi miopía o esa es Amanda?

Á: Es ella.

Me situé al lado de ella, tratando de llamar su atención, cosa que no conseguía.

C: ¡CABEZA KETCHUP!

Ella se giró y pude ver contenía una sonrisa.

A: ¿Qué hacéis aquí?

C: Volvemos a lo mismo. -Susurró, escurriéndose en el asiento-.

A: Uy, perdón por tener curiosidad. -Dijo con el ceño fruncido-.

C: ¿PUEDES SUBIRTE AL MALDITO COCHE Y PREGUNTAR LUEGO? Graciñas.

A: ¿Quién te ha dicho que voy a subir? JAJAJAJAJAJAJA.

C: La lógica.

A: Qué vas a saber tú de lógica.

Á: Sube.

A: No. -Dijo sonriendo-.

Á: Amanda, no me obligues a bajar del maldito coche para subirte.

A: No lo hago, mira si seguís recto os vais a la mierda.

C: Súbete, así vamos todos juntos.

A: Yo creo que así está bien, no me habéis necesitado para venir, tampoco para volver.

Á: Amanda, o te subes o bajo.

A: Eres muy pesado.

C: Ay que pesada, que pesada. -Dijo, imitando a Malbert-.

A: Coraima, no empieces.

C: Perdón, ¿te ofendí?

Á: ¡¿PODÉIS CALLAR LAS DOS?!

C: Oye, tranquilo, viejo.

A: ¡CORAIMA!

Á: ¡NO GRITES!

A: ¡TÚ ESTÁS GRITANDO!

Á: ¡YO NO ESTOY GRITANDO!

A: Coraima, no te pongas los auriculares, tú eres la culpable de que estemos discutiendo.

C: Esto es un problema de parejita, yo no me meto. Ah, espera, cierto, estás saliendo con Harry. ¿Dónde coño está él? Bueno, que me coma el coño, adiós. -Dijo poniéndose los auriculares y subiendo el volumen a tope-.

Á: Bueno, si no te quieres subir, yo ya no tengo nada más que hacer aquí. -Dije arrancando el coche, en dirección a la casa de Coraima.

Por mi cabeza solo pasaba ella sola en la calle, si le pasa algo me muero.

A la mierda su orgullo, voy a por ella.
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Al llegar al último sitio donde la vi, obviamente, no estaba ahí. Comencé a dar vueltas, tratando de encontrarla, sin éxito.

Á: ¿Dónde coño estás?- Susurré.-
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Habían pasado muchas horas, ya era bastante de noche, y casi no veía.

Aparqué el coche y fui andando, a lo mejor la veía andando entre algún camino de esos raros.

Escuché ruidos extraños y decidí acercarme, porque creí haberla escuchado y efectivamente, era ella.

¿Qué coño estaban haciéndole? ES UNA NIÑA.

Empecé a ponerme nervioso, pero mantuve la calma.

La estaban secuestrando.

¿Ahora que mierda hago? No puedo dejar que se la lleven así como así, aunque si lo hacen y yo la rescato quedaré como un héroe y su padre por fin la dejará volver conmigo, estoy seguro de que ella tiene tantas ganas como yo.

Bueno, quizá estaba exagerando un poco, pero que conste que en mi cabeza era el plan perfecto.

No sabía qué hacer, si esperar a ver si la dejaban ahí o ir a buscar a su padre para que estuviese atento al dato.

Un Mafioso ProtectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora