Amanda

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No me voy a subir a su coche ni de coña, lo tengo claro.

Él y Coraima insistieron bastante, pero no lograron subirme.

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Estuve bastante tiempo por aquella
zona, no quería volver a casa por el momento. No tenía ganas. Se supone que debería de protegerme por lo que pasó en mi casa, pero no lo hago.

Sentí que alguien tocó mi hombro. Me giré pensando que era Álex, pero no era él, era un desconocido.

A: ¿Quién eres y qué coño quieres?

El rió, pero no decía ni una palabra. Sé que su nombre era Lucas porque tenía una placa con su nombre. Aparte, tenía cara de Lucas.

L: Cállate. -Fue lo único que dijo antes de soltar un golpe en ni contra-.

A: ¡¿QUÉ COÑO HACES?! -Grité pegándole una patada en la parte de abajo, haciendo que se retorciera de dolor.

Uf, que pena pensé

¿QUÉ COÑO HAGO PENSANDO? TENGO QUE CORRER.

Pero fue muy tarde, él ya estaba encima de mí con la mano en mi boca. Comencé a intentar pegarle un puñetazo, pero él me cogió la mano.

Él comenzó a buscar algo en su bolsillo.

L: ¿Dónde coño está el cloroformo?- Susurró.

LO VI.

Lentamente lo acerqué con mi pie sin que se note demasiado y cuando ya estaba lo suficiente cerca, grité (ya que había quitado la mano de mi boca para buscar el cloroformo).

A: ¡ESTÁS AQUÍ!

Lucas se giró y empezó a mirar por todo mientras yo lo ocultaba el frasco en mi chaqueta. Ventajas de llevar ropa ancha.

Entonces lo vi, vi a Álex algo lejos, estaba temblando.

L: ¿QUIÉN COÑO ESTÁ?

A: Mi mejor amigo.

L: ¿QUÉ?- Dijo levantándose y marchándose a tomar por culo.

Me levanté rápido e intente correr hacia Álex, pero Lucas me cogió del brazo antes de que lo hiciera.

Pero entonces Álex camino decidido hacia nosotros. ¿SIN NINGÚN ARMA? VAYA POR DIOS.

L: ¿Este es tu mejor amigo?- Preguntó antes de darle un puñetazo.-

Comenzaron a pelear, así que decidí sacar uno de mis pañuelos y echar ahí el cloroformo.

A: Álex, ¡agarralo!

Él me hizo caso y me acerqué y le puse el pañuelo en la cara, haciendo que quedase profundamente dormido. Ojalá durmiera por siempre.

Álex me abrazó con fuerza. Él seguía temblando y susurrando cosas que no entendía.

A: ¿Ahora qué hacemos?

Él se encogió de hombros. Esperaba una sonrisa pervertida de su parte.

A: Voy a llamar a Tony -anuncié mientras cogía mi móvil y marcaba su número, el cual me sabía de memoria.

Á: No, no, no. -Dijo con el ceño fruncido, quitándome el móvil de las manos.

A: ¿Que no? Madre mía, te digo yo a ti que sí. -Dije ahora yo quitándole el móvil-.

Pero en realidad Tony no me podía ayudar. Así que llamaré a mi padre.

Le comuniqué todo lo que me había pasado. Él me dijo que vendría enseguida.

Á: Te quiero- Dijo sonriendo-.

A: Y yo que me alegro.

Á: Tengo miedo de que tu padre me vea.

Mierda, mierda y más mierda.

A: ¡CORRE AHORA QUE PUEDES!

Él negó con la cabeza.

Á: Quizás le caigo bien.

A: ¿Estás loco? OBVIO QUE LO ESTÁS. No le vas a caer bien.

Á: ¿Que no? Madre mía, te digo yo a ti que sí.

Reí.

A: Cállate, a ti no te sale.

Á: ¿Qu...

A: Ya está, ya está.

Entonces vi el coche de mi padre acercarse. Automáticamente me tensé.

P: ¿Quién es él?

A: Uno que me encontré por aquí. Él me ayudó.

Mi padre asintió, mientras decía unas palabras que me alegraron el día.

P: Coge un taxi y ve a casa. Está Tony esperándote muy preocupado. Yo me ocuparé de esto.

La boca de Álex se abrió, haciendo que casi se me saliera una carcajada contenida.

Á: Yo acompaño a la señorita, le ayudaré a encontrar un taxi, ya que por aquí no es fácil encontrar uno.

Mi padre asintió.

Al llegar a casa, Tony se abalanzó sobre mí.

T: ¿Estás bien? -Su mirada cambió al ver a Álex- ¿Qué hace él aquí?

Un Mafioso ProtectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora