Álex

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Lo que me faltaba. El maldito Tony está aquí.

Á: ¿Qué crees que hago? Traerla hacia aquí, imbécil.

T:¿Tenéis algo?- La sutileza no es lo suyo-.

A: ¡NO!

Á: Sí.

Tony nos miró uno a uno, analizándonos profundamente. Qué miedo.

Vi como tenía una guitarra al lado suyo. La agarró bruscamente mientras salía chocando su hombro contra el mío.

A: Tony, ¿dónde vas?

T: No te importa, mejor preocupate por tu novio. No creo que salga vivo de la paliza que seguramente le pegue.

A: Él no es mi novio. A parte, aunque lo fuera, no creo que a ti te importe. Después de lo que acabo de pasar, ¿te preocupas por quién es mi novio o no?

T: No quise actuar así... simplemente... déjalo, voy a tomar un poco de aire. Y diciendo eso, se fue.

A: Ella, dramática.

Solté una carcajada.

Á: ¿Y ahora qué?

A: Ahora te vas.

Á: ¿Qué? ¡No! ¿Piensas que te voy a dejar sola?

A: No sería la primera vez.

Auch.

Á: Emmm...

A: Adiós.

Á: ¿No prefieres hablar del tema?

A: ¿Estás de coña?

Á: ¿Tú me ves con cara de estar de coña?

A: Te veo cara de idiota, la verdad. ¿Estás drogado o algo? Pregunto, no va a malas. Bueno, sí.

Á: Estoy hablando en serio, no te lo tomes con humor.

A: ¿Que no me lo tome con humor? ¿Entonces quieres que llore?

Á: Paso, me voy.

A: Si sales y ves a Tony, dile que entre.

Á: ¡No me puedes decir eso!

A: ¿No? ¿Seguro? -Dijo con una ceja elevada-.

Á: No.

A: Si sales dile a Tony que entre- Dijo haciendo énfasis en cada palabra-. ¿Por qué te molesta? No somos nada, que te quede claro.

Á: Disfrutas haciendo daño, ¿no?

A: Depende.

Á: ¿Por qué nos llevamos tan mal? ¿No te acuerdas de lo que éramos antes?

A: Éramos niños, no sabíamos lo que estábamos haciendo.

Iba a contesrar, pero entonces entró el maldito Tony.

T: ¿Aún sigue aquí? 

Á: No, no estoy.

T: Gilipollas.

Á: Imbécil.

T: Idiota.

Á: Imbécil.

A: Estúpidos, ¿os podéis callar ya? Me tenéis hasta el coño, parecéis niños pequeños.

T: ¡HA EMPEZADO ÉL!

Abrí la boca, ofendido.

Á: ¿PERDONA? ESO ES MENTIRA.

T: ¡NO MIENTAS!

Á: Fuera de mi puta casa.

T: No, no, ya nos callamos.

Á: Sí, claro -susurré-.

Entonces Coraima entró por la puerta.

C: Maldito Tony, con el frío que haces me dejas fuera. Anda, petardo.

A: ¿Qué haces aquí? -Dijo fría-.

C: Te acaban de secuestrar, ¿qué crees que hago, gilipollas?

A: Algo útil no.

C: Ha sido inútil venir hasta aquí.

T: A ver, ¿por qué discutimos todos?

C: ¿Por qué será?-Dijo con tono sarcástico-.

T: Es culpa de Amanda.

A: ¡¿QUÉ?! ¡Eres un capullo! No es por mi culpa.

C: Tony, creo que debemos dejar a la idiota esta y a Álex solos.

T: ¿Por qué?

C: Date cuenta de como la mira Álex. -Le susurró. Bueno, susurró... lo dijo tan fuerte que hasta se enteró Amanda, la cual estaba lejos-.

Á: Gracias por tu discreción.

C: Siempre discreta- me guiñó un ojo-.

Ella y Tony salieron

A: Ya que estás, vete tú también.

Á: No me puedo creer lo mucho que has cambiado. ¿Pero sabes lo que más me cuesta creer?

A: No.

Á: Qué sigo enamorado de ti después de tantos años.

 

Un Mafioso ProtectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora