Capítulo 19

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Parecía que todos estaban en la estancia, solo esperando a ver que hacía, como si fuera a salir corriendo a pegarse un tiro

—dejen de mirarme así, no soy un suicida, hacer eso es de cobardes y ya tengo mucho por que pedirle perdón a Candy cuando al fin la vea en el más allá para encima añadirle el haber sido tan cobarde como para quitarme la vida

—disculpa Anthony, pero no puedes negar que tenemos razón en estar preocupados por ti, le respondió Stear

—todos estamos sufriendo por su perdida, es normal que todos comprendamos que tu más que nadie está sufriendo por todo esto, dijo Archie

—mi castigo será ya no volver a tenerla a mi lado, créanme que mil veces preferiría saberla ajena aunque eso me doliera pero saberla viva, pero ahora nada se puede hacer más que seguir viviendo y esforzarme cada día por ser el hombre que ella hubiera querido que fuera

—me conforta saber que lo ves de esa manera hijo

—no se preocupe más tía abuela, voy a reponerme, ahora vamos a desayunar que debemos ir a la universidad, no quiero atrasarme más en las clases, le dijo el rubio menor a la anciana mientras le ofrecía el brazo para ir al comedor.

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Terry apenas y podía respirar, tanto tiempo espero que ahora temía que la hermosa visión de su pecosa en ese bello camisón semitransparente se desapareciera frente a él, habría que pellizcarse, quizá estaba soñando, pero su alucinación de pronto se había acercado a él, le había tomado las manos y le estaba hablando

—te gusta

—ss si, hmm, estas hermosísima Candy

—ya no tengo miedo, no quiero esperar más, quiero que me hagas tuya y que me enseñes a complacerte como estoy segura tú me complacerás a mí, le dijo la rubia que estaba totalmente sonrojada

— ¡Candy!

—Te Amo Terry, por eso quiero que seas Mi Marido, no solo mi esposo en el papel, quiero que nuestra vida matrimonial sea verdad en todo sentido, quiero descubrir contigo todo lo que eso significa

Candy no dudaba, estaba nerviosa sí, pero decidida, tomo entre sus manos el rostro de su guapo esposo, haciendo que él se inclinara hacia ella y paso su nariz lentamente por su cara, acariciando lentamente hasta que sus labios se posaron sobre los de él y lo beso como nunca antes lo había besado, pidiendo de él todo lo que ella estaba dando

Terry podía sentir el temblor en el cuerpo de su pecosa, no tardo en seguir su ritmo para luego tomar el control e imponer el suyo propio mientras tomo de la cintura a Candy atrayéndola a él, aferrándose a ella mientras sus manos subían por su espalda acariciándola, llenándola poco a poco de nuevas y deliciosas sensaciones, la rubia acariciaba su cabello como acercándolo más, sus pequeñas manos comenzaron entonces a acariciar su cuello hasta entrar dentro de la camisa de su pijama, el castaño dejo un camino húmedo de besos hasta llegar a su blanco cuello allí su boca se adueñó de cada espacio mientras la rubia dejaba salir suaves gemidos

—te amo tanto Candy

—Terryyyy

Nada más importaba que lo que en ese momento estaban sintiendo, sus manos explorándose, sus cuerpos reconociéndose por primera vez, Terry llego a su hombro y Candy no pudo reprimir un gemido más audible, como respuesta comenzó a imitar al castaño y le dio pequeños y suaves besos en su cuello lo que provocó un fuerte gemido del castaño, ella comenzó a soltar los botones de la camisa de la pijama de Terry y a cada botón que abría era un nuevo espacio de piel que besaba, a este paso enloquecería del placer pensaba el castaño, o lo pensaría si todo el placer que las caricias que Candy le producían lo dejaran pensar

perdonarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora