Capítulo 16

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Era ya casi media tarde cuando los Graham estaban teniendo una pequeña discusión entre un protector castaño y una terca rubia

—vamos Terry me has tenido en cama casi todo el día y ya te dije que estoy bien, solo fue un pequeño, mínimo malestar en la mañana y paso rápido, ya vez hasta pude almorzar tranquila, se quejaba la rubia haciendo un puchero

—no pecosa, no me pongas esa cara que sabes que así no te puedo negar nada

—entonces di que sí, que podre ir a la función y luego iremos a la fiesta que ofrece el gobernador

—mmm que te traes pecosa, es raro que quieras asistir a la función y a la fiesta, ¿qué sucede?

—bueno... es que prometí a Robert que iríamos a la fiesta, porque es muy importante para la compañía, pues estarán algunos patrocinadores y cuando yo no voy tu no vas o te vienes rápido

—pero Candy, no es justo que te sacrifiques así

—pero si no es ningún sacrificio Terry, además es por tu trabajo

—nada es tan importante como tu bienestar pecosa, que eso te quede bien claro, dijo el castaño mientras tocaba la nariz de la rubia en un gesto lleno de ternura

—yo estoy bien, además es la última noche en esta ciudad, vamos y pasemos una noche agradable con nuestros amigos

—está bien, iremos, que hare contigo pecosa mandona, terminas haciendo conmigo siempre lo que quieres

—deje de quejarse señor gruñón, dijo la rubia depositando un suave beso en su mejilla, como hacia cada vez que conseguía que el castaño la complaciera en algo

Después de la función que como siempre dejo el teatro aplaudiendo a todo el elenco en especial a Terrence, al salir del teatro Terry como siempre llevaba del brazo a Candy, siendo la pareja la envidia de muchos y el deleite de la prensa que siempre querían tomarles fotografías, no se quedaban atrás Karen y Albert que también iban juntos pero estos no llamaban tanto la atención de la prensa como los Graham y en las pocas fotografías que les habían sacado juntos el rubio mayor apenas y se distinguía al usar siempre el cuello alto, sombrero y gafas, al llegar a la fiesta compartieron con los demás invitados pero no tardaron en ir a bailar

—déjeme decirle mi bella dama que luce especialmente hermosa esta noche, decía el castaño mirando intensamente a Candy

—caballero si sigue diciendo esas cosas me lo voy a creer, respondió la rubia tratando de evadir tomando a broma las palabras de Terry

—me está usted acusando de mentiroso acaso, déjeme decirle señora mía, que mis palabras son tan ciertas que temo que pasare la velada cuidándola de todas las miradas masculinas, que seguramente la verán embelesados atrapados por su belleza

—en ese caso sería lo justo, desde que te acompaño siempre me toca estar observando a todas tus innumerables fans, que no dudan en querer acaparar tu atención y muchas de ellas han tenido el descaro de coquetear contigo frente a mí, cuando se supone que soy tu esposa

—nada de se supone, eres MI ESPOSA y sabes que no he tenido más ojos que para ti respondió el castaño acercando más a la rubia a él y depositando un rápido beso en la frente, temiendo que si se acercaba a su rostro demasiado, no podría contenerse en besar sus apetecibles labios

Y es que Terry no exageraba, la rubia realmente estaba deslumbrante, lucía un hermoso vestido color rojo escote discreto que dejaba ver sutilmente las curvas de su cuerpo, definitivamente su pecosa estaba creciendo con gracia convirtiéndose en una bella mujer capaz de enloquecer a cualquiera, pero el castaño no se quedaba atrás (ustedes saben que no verdad) con su traje azul obscuro su porte tan varonil que le quitaba el aire a todas y esa mirada profunda como el mar y de su mismo color, que podía pasar de la calma a un huracán en segundos

perdonarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora