Capítulo 25

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Albert abrió los ojos lentamente, Terry lo había llevado hasta su habitación, al despertar vio la imagen de una rubia pecosa con unos hermosos ojos verde esmeralda

—me recuerdas a una condesa dijo como para sí mismo, Candy mi pequeña, mi princesa

Lo dijo de la forma más dulce, pero tanto Terry como Karen y Candy no comprendían sus palabras, en especial los castaños que estaban siendo atacados por los monstruos de los celos, Albert de pronto observo a todos en la habitación se dirigió a Candy a quien veía lleno de cariño

—pequeña, te recuerdo, dirigió a esta una amorosa sonrisa

— ¡Albert! La rubia no pudo contener su emoción y fue a abrazar al rubio ante la mirada atónita de los castaños

El rubio mayor observo a Karen y a Terry sonriendo, luego se dirigió a la castaña

—me pediste que al recordar mi pasado te dijera si tenía algún compromiso con alguien y debo ser sincero, tengo un compromiso con una preciosa jovencita

Karen casi se desmayaba, el dolor era terrible, no sabía si podría superarlo

—no es lo que tú piensas hermosa, no estoy casado y tampoco tengo novia ni compromisos de ese tipo, pero si tengo una hija

La castaña sintió que el alma le volvía al cuerpo, pero aun así su dolor no acababa, —una hija

—sí, hermosa, una preciosa hija, dijo tomando la mando de Candy y mirándola fijamente

Terry que ya no mucho podía controlar los sentimientos provocados por la actitud de Albert se acercó a los rubios colocándose junto a Candy

—de hecho no solo tengo una hija, sino también un yerno y hasta abuelo seré pronto

—explícate Albert por favor, dijo Candy quien de pronto sintió una gran emoción en su pecho

—comenzare por decirles mi nombre completo, así comprenderán, mi nombre es William Albert Andrew, Candy soy la persona que te adopto

—pe pero mi padre adoptivo es un hombre mayor, es el tío abuelo William

—ese fue la figura que invento la tía abuela para protegerme veras "era solo un niño cuando me encontré cumpliendo el papel del cabeza de la familia Andrew. Existen razones complicadas que dieron lugar a esta circunstancia: para los Andrew, en efecto, lo que más importa son los vínculos de sangre. Mi padre, William C. Andrew, era un excelente hombre de negocios y él había sostenido a la familia desde muy joven. Su muerte repentina creó una fuerte inestabilidad y no había nadie más que yo en ese momento, un niño de solo ocho años, para poder sucederlo. El papel de cabeza de familia se traspasa de William a William, en una línea de descendencia directa. La tía abuela Elroy, hermana mayor de mi padre y los ancianos de la familia pensaron cuidadosamente qué hacer, porque sabían que entre los Andrew había personas interesadas en ocupar mi puesto.

De cualquier modo, los ancianos decidieron confiar en mí el papel de cabeza de la familia y de cuidar todo hasta que tuviera la edad suficiente. Siguiendo un plan muy cuidadoso, se aseguraron de que en la familia y también en el mundo de los negocios se corriera la voz de que el señor William A. Andrew era un hombre excéntrico, pero particularmente hábil en su trabajo. Por fortuna la familia era muy numerosa, y solo poquísimas personas conocían la verdad. Por otra parte, a fuerza de escuchar la misma historia, la gente terminó por creerla"1.

Candy abrazo fuertemente a Albert y luego se separó y muy formalmente se paró frente a el

—tío abuelo William yo... yo quisiera expresarle mi más sincero agradecimiento por todo lo que ha hecho por mí, por adoptarme y cuidar de mi

perdonarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora