Capítulo 13

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Albert a duras penas había tenido tiempo de despedirse de Karen, quien muy triste tuvo que irse con la compañía de teatro dejando a sus amigos y a su rubio soñado, al llegar la noche Candy se quedó a cuidar a Terry en el hospital, estaba preocupada porque el castaño no despertaba, pero sabía que debía esperar, ya habían llamado a un especialista que lo revisaría al día siguiente, Albert decidió entonces que al estar Candy en el hospital con Terry lo mejor sería que los guarda espaldas se alojaran cerca, por lo que los instalo en un hostal que estaba a la par del hospital, así podrían turnarse, mientras uno dormía el otro hacia guardia, después se despidió de Candy pues solo a ella le habían permitido quedarse en el hospital, prometiendo volver temprano al día siguiente y se fue al hotel.

Al quedar a solas con Terry, la rubia se acercó a su cama, tomo su mano libre y la acerco a su mejilla luego la beso suavemente, estando ya con el peso de todas las emociones del día se sintió libre de dejar salir unas lágrimas que trato de secar rápidamente, estaba muy preocupada por el castaño, de solo imaginar que algo más grave le hubiera sucedido si no hubiera actuado a tiempo, hacía que se le partiera el corazón, acaricio dulcemente su mejilla, por suerte a ella no le había quedado más que el susto pues no tuvo ningún rasguño a pesar de haber caído cuando empujo a Terry para salvarlo

—tienes que recuperarte mocoso engreído, le decía mientras besaba tiernamente su frente, —no ves que no hay nadie que me haga rabiar más que tú, ni tampoco nadie que me haga sonreír como tú, despierta pronto Terry, se recostó junto a él en la cama y se durmió abrazándolo, estuvo tan tranquila entre sus brazos que sus terribles pesadillas no se atrevieron a molestarla, no mientras ella tenía en su cabeza como única fuente de angustia la salud del castaño.

Al día siguiente Albert paso a la recepción a preguntar si habían dejado algún recado o paquete para Candy, pues esta le pidió que preguntara ya que Robert le había dicho que el señor Brandon le dejaría el hotel cancelado y dinero para los gastos mientras Terry estuviera en el hospital, pero grande fue su sorpresa al descubrir que no solo no había ningún recado para la rubia, sino que además el hotel solo estaba cancelado hasta esa mañana, por lo que o pagaban por el resto de días o se retiraban del hotel, por lo que Albert ordeno sus cosas y las del matrimonio Graham y se retiró del hotel, pidiendo una habitación en el mismo hostal donde había hospedado a la seguridad de Candy y luego se fue a buscar a la rubia para ponerla al tanto de todo.

Candy ya se había duchado y vestido cuando llego Albert, aprovecho que la habitación tenía su propio baño privado y hasta un pequeño armario donde había colocado una muda de ropa que Albert le había llevado el día anterior, cuando había llevado los guarda espaldas a su nuevo alojamiento, al llegar el rubio mayor la llevo a la cafetería del hospital para que desayunara y para informarle de la situación, así después de desayunar puso a la rubia al tanto de lo sucedido, Candy se preocupó, pues no esperaba que sucediera semejante cosa, Robert le había dicho que dejaría todo cubierto, que había sucedido entonces, le agradeció a Albert por haber traído sus cosas y por pensar rápidamente, pues el hostal era mucho más económico que el hotel en que estaban, rápidamente se pusieron a hacer planes, la preocupación de la rubia solo fue momentánea pues siendo ella emprendedora como era, una situación como la que estaban pasando no la asustaba, sin contar que el rubio tampoco se quedaba atrás

Candy hizo cálculos de sus ahorros, los cuales eran de la mensualidad que siempre le daban de parte del tío abuelo, pero como ella prácticamente no tenía mayores gastos lo ahorraba para en un futuro poder ayudar a sus madres, lo mismo hizo Albert, pues el dinero que le enviaba Terry a Candy para ayudar a Albert en el hospital y luego para su arrendamiento la rubia se lo entregaba a Albert integro pues ella se encargaba de cubrir con sus honorarios del hospital todas las necesidades del rubio, así al hacer cuentas vieron que tenían suficiente para cubrir los gastos sin preocupaciones, pero como buenos previsores no quisieron arriesgarse por lo que ambos rubios no dudaron en buscar un empleo temporal para no pasar luego preocupaciones.

perdonarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora