GUAU [TaeKook] •Omegaverse• (PAUSADA)

Once🐾

Maratón 2/4

Dejamos de hablar al ver a Jungkook salir de mi armario con ropa mía, se veía tan bien con esos shorts y esa remera que le llegaba a los muslos. Sin embargo, tendría que comprarle ropa nueva. No podía vivir usando ropa tres veces más grande que su cuerpo.

Se acercó a mi y se paró a un lado de la cama mirándome.

-¿Puedo, h-hyung?.- lo miré sin entender del todo qué quería pero aun así asentí.

Sonrió feliz y se sentó en mi regazo acoplando su espalda a mi pecho con total naturalidad. Nuestros cuerpos parecían encajar.

Lo rodeé con mis brazos pasando mi nariz por su cuello causándole cosquillas, lo que lo hizo reír.

Amé tanto ese sonido celestial que seguí jugando con su cuello olvidándome del mundo exterior. Estaba seguro que le había pasado lo mismo, porque al ser tan tímido no me hubiera dejado hacer eso frente a otro.

Paré de hacer eso al escuchar la tos fingida de alguien. Miré a Jin con una mirada de muerte.

-Hey, no es mi culpa, ustedes se olvidaron de mí.- levantó las manos de forma inocente. Reí sonrojado y miré como Kook también se sonrojaba hasta las orejas al darse cuenta de lo que pasaba.- de cualquier forma, ¿me llevarás a la universidad, Taehyung?

-No.- gruñí irritado, causando que Jungkook tuviera escalofríos.- estoy cómodo en mi cama.

-Me imagino.-  mi hermano rió divertido. Rodé los ojos al escucharlo malinterpretar lo que decía.

-Todavía no me tengo que levantar hasta dentro de unas horas, ¿por qué no puedes ir tú solo?

-P-porqué ayer...- se sonrojó al recordar algo y me miró con una mueca.- al llevar al portero a su casa, me olvidé de llenar el tanque a la vuelta, no vive precisamente cerca.

No dije nada por su manera de llamar a Namjoon "el portero" como si el alfa mayor no estuviera en ese puesto hacia años y no hubiera familiaridad alguna, ya tendrá sus razones para hacerlo...

-Está bien.- suspiré frustrado, aunque me hubiera seguido negando él habría ganado al final así que, ¿Por qué alargar esto?

-Bien, le pediré a Hyuna que haga el desayuno para los tres.- Seokjin se levantó, mirando su reloj de mano para verificar la hora.- tenemos una hora antes de que nos vayamos, no pierdas tiempo.- me advirtió señalándome al tiempo que se dirigía a la puerta.

-No lo haré.- cerré los ojos volviendo a pasar mi nariz por el punto más dulce en el cuello de Jungkook. Ese punto me atraía a olerlo, lamerlo y tal vez, en un futuro a morderlo.

-Lo digo en serio Taehyung.- advirtió Jin cerrando de un portazo detrás de él borrando el ambiente cálido que habíamos formado.

Besé castamente el cuello del menor y lo alzé para separarlo de mí.

-¿Hyung?.- me llamó Kook al verme irme a cambiar.

-¿Sí, cachorro?

-No quiero quedarme solo aquí, no me gusta la soledad, ¿puedo acompañarlo a sus actividades?.- juntó sus manitos como si estuviera rezando.- ¡prometo portarme súper bien!

Reí enternecido por su actitud infantil. La verdad no había pensado en qué haría con él. No podía aparecer por la universidad con un niño que nadie conocía. Y menos en una privada, pero luego se me ocurriría algo.

-Claro, veré qué hago para que me acompañes.- señalé la puerta del baño.- Por cierto, ve a lavarte los dientes y termina de asearte.

Él asintió feliz de acatar mi orden.

Entré a mi armario y revisé cajones hasta encontrar mi conjunto preferido. Sabía que tenía que llevar mi uniforme pero no era el mejor siendo el niño bueno que acataba cada orden.

Me gustaba mi libertad, y como en esa institución no podía tener aros o el pelo pintado yo me divertía rompiendo las reglas sabiendo de que no podía ser expulsado por mi apellido.

Llebaba aros bastante visibles en mis oídos y el cabello me lo pintaba de vez en cuando.

Y nada se comparaba a mi ropa Gucci en vez del uniforme oficial. Después de todo, ser hijo de padres ricos tenía una ventaja para mí.

Suspiré al ver mi reflejo en el espejo. Era lindo, lo sabía, pero el que casi todos los omegas o betas coquetearan conmigo solo ayudaba a aumentar mi ego.

-¿Ya estás listo?.- pregunté al salir y ver a Jungkook sentado en la esquina de la cama esperándome.

-Sí, hyung.

-Pues vamos.- le abrí la puerta esperando a que saliera para luego salir yo.

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