GUAU [TaeKook] •Omegaverse• (PAUSADA)

Dieciséis🐾

-Sos un idiota, Taehyung.- dijo Jimin golpeando con su puño mi hombro sin nada de delicadeza, tenía derecho luego de haberle contado cómo básicamente le había robado.

Nos habíamos saltado la primera hora los dos juntos y con Jungkook a nuestro lado sin decir mucho.

-¡Perdón! Pero no me pegues.- me quejé sobando mi hombro dolido.

-Es que no te imaginas el regaño que tuve que aguantar de mi tía, hasta llamó a mi madre para contarle lo que había pasado.- dijo rodando los ojos.- tampoco tenía sentido para nosotros, por lo que sabíamos el cachorro estaba a punto de morir. Estaba realmente débil. Pero el niño que veo frente a mi luce con más luz aunque sí está flaco.- frunció el ceño mirándolo mas detenidamente. Me había dolido lo frío que había sonado eso último.

-Lo sé.- apreté la mano de Jungkook que tenía tomada desde que nos habíamos juntado con Jimin.- lo he estado alimentando, no te preocupes por ello. Lo alimentaré hasta que ruede.- reí.

-Oiga, yo no quiero eso.- Jungkook hizo un puchero mirándome. El que abultara sus labios así solo me daban ganas de besarlo.

-¿Por qué no? Te verías muy lindo.- tomé una de sus mejillas apretándola como si fuera una abuelita.

Reí al escuchar sus quejidos.

-Parece que se tienen mucha confianza.- Jimin levantó una ceja al vernos.

-Sí, supongo que sí.- sonreí cuadrado antes de mirar mi reloj de mano notando que faltaban pocos minutos para que la segunda clase comenzara.- falta poco para la próxima clase, ¿Vamos, Minnie?

-¿Qué haremos con Jungkook?.- preguntó intrigado.

-La verdad todavía no sé, no quiero separarlo de mí.- dije abultando mi labio mirándolo triste al pensar en separarme de mi cachorro.- todavía no se me ocurre qué hacer.

-Aish, alfas.- rodó los ojos y levantó su mochila abriendola.- yo tengo la solución.

Y sin más, se acercó a Jungkook y le puso sus gafas para el sol, le pasó una chaqueta negra que aunque le quedara un poco grande lo hacía lucir muy guapo y lo maquilló un poco para hacerlo lucir mayor.

-Listo, ahora solo falta la actitud.- rió feliz al ver su obra maestra.- procura parecer un chico malo, y si te preguntan, eres un chico nuevo que anda un poco perdido.

-Sí, hyung.- Jungkook asintió luciendo sus blancos dientes al sonreír dulce.

-Lindo.- solté al mirarlo, ganándome una mirada sonrojada de Jungkook.- Vamos.

Caminamos bromeando con Jimin hasta el aula donde tomamos nuestros asientos dejando a Jungkook a mi lado y Jimin frente a mí. Nuestros compañeros nos miraban raro al ver a Jungkook y era normal, seguro tendrían curiosidad por el chico nuevo.

-Hey, TaeTae, ¿Quién es el lindo chico a tu lado?.- preguntó Rosé, una hermosa omega al pasar a nuestro lado y notar al nuevo alumno.

-Se llama Jungkook, es un... amigo.- dije costandome un poco el decir eso.- es nuevo.- dije obvio.

-Oh, entonces me presento. Soy Rosé y estoy soltera.- rió dulcemente mientras estiraba su brazo en dirección a Jungkook para estrecharla y con su otra mano enrollaba su pelo y jugueteaba con este como si estuviera nerviosa.

Jimin y yo la miramos con los ojos abiertos. Ella no era así, por lo que sabíamos era una de las omegas mas recatadas y respetuosas de todo el campus pero parecía que había tenido algunos cambios repentinos.

-Pues él no esta soltero.- dije tomando la mano que Jungkook estaba estirando tímidamente para estrechar con la de Rosé y entrelacé nuestras manos.

-P-pero recién dijiste que solo eran amigos.- dijo una dolida Rose.

Y me sentí un poco culpable pero era su culpa por intentar coquetear con mi cachorro.

-Me equivoqué.

-No te creo.- Rose se cruzó de brazos comenzando a sentirse molesta.

Jimin solo se mantenía mirando la escena sin decir nada. También habíamos ganado la mirada de otros compañeros pero solo los ignoraba.

-¿Quieres una prueba?.- la miré desafiante y antes de que me respondiera me levanté de mi banco y me acerqué a Jungkook inclinandome en su dirección notando como dejaba de respirar a la expectativa de lo que podría pasar.- ¿recuerdas que me debías un beso? Pues lo quiero ahora.- susurré acariciando su mejilla con delicadeza.

Jungkook no lo pensó mucho y cerró los ojos esperando a que yo terminara el espacio que separaba nuestros labios. Sonreí triunfal.

En tu cara, Rosé.

Tenía pensado mostrarle mi dedo medio a Rose durante el beso para que le quedara claro que ese mocoso era mio pero al impactar mis labios sobre los de Jungkook me olvidé de todo. Ni siquiera recordaba donde estábamos. Todo a mi alrededor se desvaneció repentinamente y solo podía percibir el maravilloso sabor de sus labios.

Lo besé con dulzura y lentitud como si tuviera todo el tiempo del mundo. Y aunque se notaba que él era un principiante con los besos pudo seguir mi ritmo sin mayor problema.

Luego de lo que a mí me pareció poco tiempo, comencé a escuchar un bullicio bajo detrás mio que decidí ignorar. Nada importaba más que sus labios sobre los mios en ese momento. Pero tuve que parar al escuchar el carraspeo ronco de alguien detrás mio.

Me separé un poco atontado y miré a mi profesor con una sonrisa perezosa e intentando regular mis respiraciones.

-Hey, profesor, ¿qué tal?.- claramente todavía no notaba la seriedad del asunto. Estaba demasiado adormecido por el reciente beso.

-¿Cómo tiene el descaro de preguntar eso, señor Kim?.- preguntó apretando el puente de su nariz.- ¡A dirección, los dos!- y con ese grito logré despabilarme mirándolo horrorizado.

-¿¡Por qué!?

-Porque están prohibidas las muestras de afecto en esta institución y lo sabe, Kim. ¿O me va a decir que eso no fue una muestra de afecto?

Miré a Jungkook que se encontraba sonrojado y hecho bolita en su asiento bastante atemorizado.

-No puedo negarlo, fue la mejor "muestra de afecto de mi vida".- dije estirando mi mano para revolver el cabello de Jungkook sin importarme la mirada del profesor y mis compañeros sobre nosotros.- pero no me castigue, usted también ha sido joven, solo hagame hacer algún trabajo practico y prometeré portarme mucho mejor en un futuro.

-Bien.- respondió al fin, luego de meditar unos segundos.- pero será un trabajo extenso, para que tenga tiempo de reflexionar, alumno Kim.

-¡Gracias!.- me senté en mi banco volteando hacia Rosé, que se sentaba unos bancos detrás mio. Al observar su expresión noté que no parecía muy feliz con el veredicto final.

Le mandé un beso volador, cosa que había aprendido de mi hermano, y me reí al verla gruñir bajo.

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