Amaba ser él.
Era un alfa, bien parecido, un alfa, tenía exóticos ojos verdes como esmeraldas, un alfa, su familia era bastante influyente, es un alfa, era bastante inteligente y sus notas lo demostraban… además de que era un alfa.
Por si no entendió antes Yusaku Fujiki amaba ser un alfa. Por eso no le molestaba presumirlo, aunque eso le trajera la fama de ser un alfista, pero vamos toda su vida creció creyendo que sería un omega ¡hasta sus padres lo creían! Casi se muere junto a ellos al leer el informe que lo confirmaba como alfa.
En especial porque Kogami Ryoken, su mayor enemigo en todo el mundo, era un omega y no un alfa.
Más allá de eso, amaba su vida en general, en especial porque ese día estaba saliendole todo de maravilla. Había aprobado un examen sorpresa de física, el profesor de literatura no había asistido así que les dieron la hora libre y sus mejores amigos en el mundo tenían un par de revistas prohibidas en sus manos… y realmente eran muy buenas para estar prohibidas.
— Pero mira eso… wow… ¿realmente las mujeres las pueden llegar a tener así?
— Según escuche, los omegas también…
— ¿Interesa? Esas cosas están hermosas… —Yusaku pasó su dedo por la fotografía contoneando suavemente el par de pechos que se mostraban— Nunca acabaré de entender porque las chicas las esconden…
— Porque son egoístas, como los omegas.
— Es cierto… ¡los omegas son tan egoístas! ¡Tienen tan buenos cuerpos algunos y se enojan si los ves!
— O tocas… como Kogami, que ha puesto… no se ¿cuatro demandas por acoso sexual en contra tuya Yusaku? —Un chico de ojos amarillos volteó a ver a su amigo de ojos verdes.
El mencionado cerró la revista y observó con desprecio al par que intentaba aguantar su propia risa.
— Primero: Los omegas no son egoístas, sólo se cubren y enojan por sentido común. Segundo: La mayoría del tiempo sus caderas son para parir mejor, se de lo que hablo en mi familia hay muchos antecedentes de omegas. Y tercero: Kogami es un imbécil falló de la naturaleza que no resultó como alfa, no es mi culpa que en su familia las nulas probabilidades de un omega se hayan ido al carajo con él. Y fueron cinco, ninguna se comprobó por ser fal-
— ¡Wisteria! ¡Ven acá!
— Y hablando del diablo… —Un castaño habló mientras agarraba las revistas para ocultarlas dentro de su saco— Creo que viene a matarte, Yusaku.
— ¿Quién?
— ¡Wisteria, estoy hablando en serio!
— El axolote.
Yusaku comprendió de quien le hablaban al mencionar ese apodo, sólo entonces volteó con desinterés para encarar al demonio.
Y su día que iba tan bien…
(Hace 7 años…)
— ¡Eres un imbécil!
— ¡Y tu un idiota!
— ¿¡No te cansas de decir tantas idioteces Wisteria!? —Ryoken, con ocho años, le gritaba a su compañero Fujiki Yusaku— ¿¡O acaso te sale natural o que!?
— ¡¡Tu eres el estúpido Kogami!! ¡¡Y deja de llamarme Wisteria!! ¡Mi nombre es Fu-Ji-Ki! ¿¡o eres muy idiota para memorizarlo!?
— ¡W-i-s-t-e-r-i-a! ¡Es la misma flor de tu apellido imbécil! ¿No ves entonces como me das la razón?
— ¡Kogami y Fujiki! Paren de pelear y sigan limpiando —Un profesor les llamó la atención a ambos alumnos que volvieron a echarse mutuamente la culpa— ¡No me importa quién empezó!
— ¡Pero si fue culpa de Fujiki! ¡La idiotez la lleva en la sangre!
— ¡Eres un imbécil, Kogami! —Yusaku volteó a observar el cubo con agua sucia que tenía al lado y una maliciosa idea cruzó por su mente— Pero creo saber cómo relajarte.
Ryoken, que no estaba viendo a su “enemigo” en el minuto que tomó el cubo, volteó a verlo con confusión antes de que Yusaku volcará toda el agua turbia encima suyo ante la mirada atónita de los demás presentes.
El de ojos azules parpadeó unos segundos por el shock mientras su labio inferior temblaba, repentinamente su expresión cambió a una de enojo.
— ¡Eres un infeliz!
Y entonces Ryoken se le lanzó encima a Yusaku, ambos cayeron al piso donde comenzaron a pelearse; entre tanto su profesor y algunos de sus compañeros trataron de separarlos.
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¡Jodete Wisteria!
Fanfiction- No eres diferente a un molesto insecto. - Y tú a una tierna y delicada flor... claro que te falta lo tierno y delicado. - ¿Nunca te cansas de molestarme, verdad? - ¿Y tú nunca te cansas de ser tan pretencioso e idiota? - ¡Jodete wisteria! ...