¡Jodete Wisteria!

Sin arrepentimiento

Sin arrepentimiento.

¿Debía sentir algo, no? ¿O tal vez realmente era un psicópata sin emociones, más allá del odio hacia Fujiki? La verdad es que Ryoken no lo sabía…

Sólo estaba sentado en una silla frente a un escritorio del consultorio esperando al doctor para terminar con eso de una vez... para terminar con ese miedo, temor, odio y duda de una vez, pero… ¿Por qué sentía eso?

Sentía miedo de terminar cediendo a sus impulsos de omega y quiera escapar; sentía temor de que Yusaku tenga razón y se rinda de pelear contra él mismo; sentía odio contra su propia naturaleza e instinto hacía… hacía… ¿Hacía que? Y ahí entraba la duda ¿Por que peleaba? ¿Por qué de esforzaba tanto en ignorar su conciencia? Lo que estaba en su interior sólo era un conjunto de células que se formaron por un error… ¿Verdad…? Pero también… dependía de él para existir, igual que un parásito. ¿Estaba haciendo algo malo al dudar en seguir con esto?

Se estremeció al sentir como abrían la puerta, no quiso voltear, de hecho, desde que entró y se sentó ha estado viendo el piso con algo de vergüenza.

— Eres… Takeuchi Shunsuke-san ¿verdad?

— Sí…

— Eres bastante joven… —El hombre que entró, olía como un alfa… de hecho su olor le era demasiado conocido.

— S-sí… Es que… tuve un inconveniente con mi celo, en la escuela, hace casi un mes y bueno…

— ¿Quedaste encinta?

— Sí. —El de ojos azules no levantó la mirada en ningún momento. Escucho al doctor suspirar con algo de desgano ¿Cuántas veces habrá escuchado esa misma historia?

— ¿Te das cuenta que de habernos dicho antes nos habríamos ahorrado muchos problemas, incluyendo este, verdad Ryoken?

— ¿Ah? —Fue entonces que alzó la mirada, al lado del escritorio apoyado con una mano estaba parado un Alfa de pelo en diferentes tonos de púrpura, barba perfectamente recortada y con un potente olor a lo que parecía era pino…

Ah… era su cuñado, Fausto Aso…

¿Podría correr y tal vez tratar de matarse en algún otro lugar?

(...)

— … ¿Tía Aqua?

— Hola, Yusaku.

— ¿Q-que…? —Yusaku estaba bastante pálido y nervioso, y como no, si su tía paterna estaba parada al lado suyo, con una tranquilidad que aterraba a cualquiera.

— Escuche que estarías aquí, acompañando a… ¿Tu enemigo, Kogami, jurado? Pero aquí estás, coqueteando con la recepcionista.

— Ah… b-bueno...

La recepcionista pareció notar que al final no llegaría a ningún lado con aquel guapo y joven alfa, así que volvió a abrochar su blusa molesta; mientras Yusaku ideaba como escapar del lugar en lo que le explicaba a su tía exactamente lo que hacía hace unos momentos.

Ya había planeado escapar corriendo por donde vino cuando vio a sus tíos Lightning y Windy cara en el pasillo… estaba atrapado.

— Yusaku…

— Tía, puedo expli-

— ¡¡No!! ¡¡Suéltame!! ¡¡No!! —Un agudo grito sobresaltó a todos los presentes, venía del mismo pasillo por donde se había ido Ryoken— ¡¡Ah~!! ¡¡Que me sueltes!!

Todos voltearon a ver el origen de aquello, incluso algunos doctores se asomaron desde sus consultorios para descubrirlo, y del primer consultorio salieron un tipo, que debía medir casi lo mismo que su padre y tíos o tal vez más, junto a Ryoken… aunque este último estaba siendo sostenido y cargado desde la cintura por el mayor, el omega pataleaba y gritaba desesperado que lo soltara.

— Ryoken-san, por favor, calme-

— ¡¡Sueltame, sueltame, sueltame~!!

El tipo, que por su apariencia debía ser un alfa, suspiró mientras cerraba la puerta del consultorio, Ryoken le golpeaba el brazo con el que lo sostenía; a Yusaku le causo algo de gracia ver como su enemigo se mecía levemente con cada paso que el mayor daba, era como un padre cargando a su hijo en medio de un berrinche.

— Aso-san…

— Earth-san ya dijo que hablaríamos todos en la mansión Ko- ¡ga!... mi. —Todo el mundo presenció como Ryoken mordía fuertemente el brazo del mayor.

— Nos vemos allá, entonces. Yusaku, Aqua, vamos.

La mujer asintió y el alfa menor no logró responder cuando ya tenía a su tía arrastrándolo de un brazo, a su tío Lightning siguiéndole y su tío Windy guiandolos.

El otro alfa le agradeció a la señorita y le pidió que le mandará, de parte suya y Kyoko, saludos al doctor Faker. La beta sonrió encantada y se despidió del hombre y el omega, que aún le estaba mordiendo, mientras estos se iban en la misma dirección que el otro grupo.

(Hace 8 años…)

En el momento le había parecido una buena idea. Invitar a su hijo y tres sobrinos al zoológico fue algo que su esposa, hermanos y cuñado habían considerado como buena opción para los chicos.

Claro que todos habían olvidado, o bien ignorado, la rivalidad entre Yusaku y Ryoken.

El par se habían estado peleando y gritando en todo el paseo, desde compararse con animales y reptiles hasta insultarse a través del “idioma animal”.

— ¡Kooo~gaaa~miii~! ¡Eee~reee~s uuu~n iii~diooo~taaa~! —Yusaku hablaba intentando imitar el “idioma cetáceo” de una ballena.

— ¡Wiste-roar! ¡Ere-roar tu-roar el idio-roar! —Y Ryoken le constestaba en el “idioma felino” de los leones.

A veces Earth quería entender como ese par, siendo tan parecidos, podían odiarse hasta el punto en que Yusaku empujara a Ryoken al tanque-escenario de las focas y los leones marinos, donde estos lo usaron casi como un juguete, o que Ryoken lanzará a Yusaku al hábitat de los pingüinos.