¿Sacerdotisa o demonio?

80 10 75
                                    

¿Sacerdotisa o demonio?

Tal vez era ambos, no lo sabía, pero aquella mujer lucía como una sacerdotisa... pero su presencia era igual a la de un demonio. O eso sentía Yusaku.

Serena observó de reojo a su hijo mayor antes de hacer una reverencia junto a su hermana y los demás alfas por la presencia de aquella omega; la verdad es que estaba tan concentrada pensando en que excusa poner por su irrespetuoso hijo que ni siquiera notó como esté se fue corriendo.

— Ayano-sama...

— Himika-san, es un gusto verla a usted y a sus dos hijas... —La mujer de cabello caoba con algunas canas y ojos rojos sonreía de un modo tan extraño que las otras dos omegas sentían cierto miedo— Escuche que también están sus dos nietos... y por lo que creo ver, viene otro en camino. Felicidades.

— Sí... espero este sea omega; como sea, ¿A qué debo el honor de su visita?

— Consideré muchas cosas... pero quería comprobarlas antes de tomar un decisión...

— ¿D-Decisión...? —La omega de ojos jade levantó la vista algo asustada, volvió a bajarla cuando su madre la volteó a ver con clara furia. La sacerdotisa no borró su sonrisa, incluso se rió suavemente ante la pregunta de la menor.

— Mi único sobrino-nieto está aquí... obviamente debo conocerlo antes de llevarlo al templo.

— ¿Cómo?

— Si es nieto de... mi querido hermanito... —La extraña sonrisa en el rostro de la castaña cambió a una tétrica mueca de soberbia— Entonces es parte del clan Kuromatsu...

(...)

En el mismo instante que Yusaku volvió y entró a su cuarto, casi desencajando la puerta deslizante, y se puso a su lado mientras lo abrazaba casi como si fueran a matarlos a ambos... supo que algo malo pasaba.

— Yusaku... ¿Qué...?

— No lo se... pero una extraña mujer vino de visita y su presencia no me gusta en nada...

Ryoken no quiso agregar más a la la discusión, el alfa de ojos esmeralda tal vez seguía molesto por su "bromita" y hace un rato no parecía querer saber de él por lo mismo; así que sólo se acurruco en los brazos de su novio y se dejó proteger de la posible amenaza.

(...)

Odiaba aceptar que Yusaku tenía razón, esa mujer era una verdadera amenaza. La mujer de cabello castaño y largo con obvias canas, vestida de sacerdotisa y ojos rojizos, que estaba sentada de rodillas a poco menos de un metro frente a Ryoken con una tétrica alegría, tenía un extraña e inusual aura que aterraba, pero no intimidaba, a la pareja... o tal vez era su espantoso y torcido aroma, no lo sabían ni querían saberlo.

— Así que tu eres... Ryoken... kun... ¿Verdad? —La torcida sonrisa y mirada que la omega tenía sobre él, lo aterraba en serio. Ryoken trago saliva algo incómodo antes de asentir— Vaya... tienes el mismo nombre de mi hermano menor, Ryoken-kun.

— Supongo que sí... ¿Y usted es...?

— Ayano. Kuromatsu Ayano, soy una de las tías de tu madre... Emmm... —El omega albino alzó una ceja con cierta confusión y terror a la mujer de canoso cabello castaño que parecía meditar la situación— ¿Kira...?

— Kiara...

— ¡Kiara-chan! Ella era tan tierna de niña... aunque era una alfa, era tan adorable como una omega... Exactamente como lo eres tu... y lo será tu cachorro... ¿puedo? —Ryoken negó rápidamente mientras cubría como podía su hinchado vientre al ver como Ayano extendía su mano hacía él para tocarle, la sacerdotisa ignoró claramente aquella acción sin dejar de acercarse.

Casi de inmediato el albino sintió como el alfa de ojos verdes lo abrazaba por detrás con fuerza, de un modo tan posesivo que la mirada de la omega mayor se afilo de tal manera que Yusaku respondió abrazándolo con más fuerza, incluso sintió como colocaba una de sus manos sobre las de él al mismo tiempo que presionaba ligeramente su enorme vientre de casi ocho meses, era como si tratara de transmitirle la seguridad y calma que sentía a su cachorro; sólo entonces la mujer desistió de su cometido, aunque eso no eliminó su mirada.

— ... y también era bastante respetuosa en nuestras tradiciones...

— ¿Cómo cuáles...?

— Respeto y obediencia a los omegas; ella comprendía perfectamente "su posición" y lo aceptaba. —La mayor de ojos rojos dirigió su vista al unico alfa presente mientras recalcaba lo último.

— ¿"Su posición"? ¿A qué se refiere?

— Pense que sabias sobre la posición de los omegas en el pueblo...

— ¿Habla sobre cómo someten a los alfas con bozales o del supuesto rumor de que los desmiembran vivos apenas nacen y después los arrojan al bosque para que los animales los devores? —Por primera vez, desde que comenzó la conversación, Yusaku hablo con clara desconfianza al mismo tiempo que le devolvía la mirada a la omega que decía ser pariente de su adorado novio— Porque con ese historial, más que respeto, parece miedo a la tiranía.

— ¿Tu madre no te ha enseñado a no interrumpir a tus mayores?

— ¿La suya alimentaba animales con bebés alfas vivos?

El rostro de la mujer se deformo en enojo ante las palabras del chico, aunque no negaría aquello tampoco lo aceptaría... su hermano menor le aseguro que aún en la muerte, su familia pagaría por cada muerte de pequeños inocentes que ocasionaron... y esa era la razón por la que estaban cayendo en la desgracia.

— No vine a contestar las estupideces de un imbécil perro alfa.

— ¿¡Perro!?

— ¡Oiga, solo yo puedo-!

— Yo vine a llevarte conmigo —Ayano interrumpió a Ryoken con claro enojo, la pareja pareció sorprenderse ante esas palabras.

— ¿Qué dijo...?

— Eres hijo de... de...—La castaña suspiró frustrada— La hija alfa de Ryoken... por ende eres su nieto y eso te hace parte de nuestro clan.

— Ajá...

— Todos los miembros del clan Kuromatsu, en especial los omegas, viven en el templo principal; la única excepción fueron tu madre, que no sabemos donde nació, y su... ¿Padre? La verdad es que eso puede ponerse en duda, Ryoken no parecía lo suficientemente cercano a Kouhei como para dejarse embarazar... —El par de adolescente no escucho el resto de las palabras de la sacerdotisa de extraño aroma, solo trataban de procesar lo que había dicho antes.

¿¡Acaso no podían tener un momento de paz y tranquilidad sin tener que preocuparse porque los separen!?

(Hace --------)

Escuchaba los gritos de su madre en contra de todos y todo. Ahora no veía a la elegante y majestuosa sacerdotisa… veía a una mujer encolerizada.

Ella corrió al igual que todos cumpliendo sus órdenes, debía encontrarlo a como de lugar… su madre no quería que ellos murieran… pero como siempre, su hermano no pensaba en nada más que él mismo.

Él sabía de su condición, sabía del peligro que corría, en especial con su fecha acercándose… ¿¡Y aún así cometió la estupidez de escapar del templo a días de dar a luz y no volver!?

Mientras su madre rogaba que su hijo y nieto omegas estuvieran a salvo… ella rogaba porque ambos estuvieran muertos, así como su abuela…

¡Jodete Wisteria!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora