— No me dejes…
— Jamás lo haría… jamás te dejaría Ryoken…
Ryoken sonrió encantado al tiempo que se aferraba aún más al alfa dejándose embriagar por su refrescante y ácido olor, sentía que no había estado cerca de Yusaku en tanto tiempo que estaba cien por ciento seguro de que si el mayor se alejaba… él iba a enloquecer.
— Ryoken…
— ¿Que-? —Cuando el omega alzó la cabeza ante el llamado de su pareja, espero todo menos que esté lo engañara para darle un beso. Acción que correspondió con el mismo cariño sin dudarlo.
Los dos adolescente siguieron en su tarea de expresarse su amor mutuo, ignorando los gritos de pánico del imbécil padre del mayor-... momento ¿Gritos de pánico?
— ¿Tu madre está aquí?
— ¿Quieres ir a saludarla?
— Claro… bajaré, con el idiota cobarde de mi padre gritando como una niñita, y le diré a tu madre “Hola, suegrita ¿cuánto tiempo?”, sin que aún sepa que estamos juntos, ¿qué te parece? —Yusaku observó con una ceja alzada al de ojos azules, que le devolvía la mirada con una de molestia.
— ¿No prefieres que mejor baje yo y le diga a tu mamá que fuiste tú el que incendió el gimnasio hace un año para no tener que hacer deporte porque te desvelaste mirando pornografia?
Al final, ambos siguieron en su pequeña discusión, sin dejar de abrazarse y dándose pequeños besos, ignorando esta vez por completo, el ajetreo que se formaba fuera de su burbuja
(...)
— ¿Y esta pintura? —Kyoko veía curiosa junto a su primo, Spectre, la extraña pintura de naturaleza muerta que había en el pasillo. No es que fuera muy llamativa o hermosa, si no que hasta esa mañana no había ningún cuadro en ese lugar.
— Se llama “La ira albina” —Ambos alfas vieron a la más joven de sus tíos acercarse bebiendo una copa de vino como era usual a esa hora hasta quedar a su lado y también ver el bello cuadro.
— ¿”La ira albina”?
— Sí… es hermoso ¿No?
— Debo admitir que sí, es muy hermoso, Aria-sama, pero… ¿Quién lo pintó? —La rubia-castaña, bebió un poco de su bebida antes de voltear a ver a sus dos sobrinos mayores y suspirar.
— No tengo idea. Akio la compró porque le pareció bonita en una galería y la puso porque Kiyoshi no quería pagar por derribar la pared para tener que arreglarla, porque eso fue lo que dijo el imbécil contratista.
— ¿Contratista?
Ambos primos vieron a su alcohólica tía tomarse de golpe lo poco de vino que le quedaba en su copa antes de agarrar una de las esquinas inferiores del cuadro y deslizarlo para mostrar el enorme agujero que había en la pared, tanto Kyoko como Spectre comprendieron que ese cuadro cumplia el mismo rol que las demás pinturas o decoraciones innecesarias tenían en la mansión… ocultar los destrozos en la pared que Ryoken y su madre dejaban en sus arrebatos de ira, que parecían aumentar en la mayor desde hace bastante tiempo.
La mujer de ojos amarillos devolvio el cuadro a su posición original para después intentar beber un poco más de vino, fue entonces que recordó que ya se lo había tomado, así que se despidió de los dos menores para irse a buscar un poco más, necesitaba tomar más…
— Kyoko-san…
— ¿Sí, Spectre?
— No cree usted que… —El alfa de cabello platinado volteo a ver a su tía, que parecía estar por desmayarse en cualquier momento mientras caminaba por tanto alcohol que había bebido— ¿Nuestra familia se derrumba más rápido sin la presencia de Ryoken-sama?
— Creí que fui la única que lo había notado.
Fue lo último que ambos se dijeron antes de volver a sus actividades usuales, realmente la falta del omega se estaba haciendo notar más de lo que creían.
(...)
— Se suponía que hoy tenías una revisión y en vez de ir, convenciste a tu madre de ir otro día solamente para dormir más hoy…
— ¿Te molesta?
— Me preocupa que tu madre tire a mi padre del auto por cualquier estupidez que se le ocurra decir —Yusaku le entregó unos cuantos gajos de mandarina a Ryoken antes de seguir pelando las demás que tenía en un plato entre ambos—, en especial considerando que mi mamá puede o no estar embarazada de nuevo…
— ¿Te preocupa que pueda morirse?
— No, me preocupa que termine internado por las múltiples fracturas que se llevará cuando lo empujen de un auto en movimiento, porque entonces mamá comenzará a estresarse sola y no tendrá a quien golpear para calmarse.
El omega no quiso expresar algún comentario ante esa declaración de su alfa, solo acaricio su vientre al mismo tiempo que abrazaba a la pequeña muñeca que tenía a su lado y comía el otro gajo de mandarina que el alfa le volvió a ofrecer.
Un extraño sentimiento se presentó en ambos cuando vieron a la alfa intentar llevarse a Ryoken para su revisión por sus 20 semanas de gestación, un sentimiento de que si iban algo malo iba a pasar… no entendían cómo, pero el menor había convencido a su madre, Kogami Kiara, de que no quería ir porque simplemente no se le daba la gana.
Obviamente se formó una discusión entre ambos albinos, de tal grado que cualquiera de los miembros de la familia Fujiki sentía que si se metian iban a ser humillados de una horrible manera, al final la discusión terminó con el menor usando su último recurso y mejor arma para manipular… el llanto exagerado.
Algo que el omega de ojos azules como estrellas sabía perfectamente es que por alguna razón, que aún no comprendía, cada vez que lloraba los alfas más dominantes que hubiera cerca se doblegaban a su voluntad en un abrir y cerrar de ojos; no había necesidad de explicar que esa técnica solo funcionaba en su madre y en Yusaku. Así que la albina mayor aceptó su capricho de faltar a su revisión y como bonus consiguió que el alfa de ojos verdes fuera su sirviente todo el día.
(Hace un año…)
Yusaku y Ryoken eran sostenidos como podían de sus primos, Takeru y Spectre respectivamente, pero por razones totalmente diferentes.
Mientras que el alfa platinado sostenía a su primo de cabellos blanquecinos porque este no podía quedarse de pie debido a su propia risa al ver a su tío y director tener un colapso en lo que lidiaba tanto con la policía como con el equipo de bomberos por el incendio en el gimnasio escolar; el omega con lentes ayudaba a su primo de ojos verdes a que no se desmayara en el piso por el sueño de haberse desvelado.
El omega de ojos azul estelar comenzó a toser por su propia risa después de un rato, aún así continuó riéndose del hombre y los bomberos que aún no podían explicar cómo se originó el incendio…
Aunque aceptaba que era responsabilidad de Yusaku, porque nadie le dijo que viera tanta estupidez había en la internet hasta la madrugada, sabiendo que tenían un examen de deporte al día siguiente, no podía negar que la idea del alfa de incendiar el gimnasio donde tendrían su examen para suspenderlo fue algo estúpido en especial porque por poco se esparce al resto de la escuela.
Pero podía guardar el secreto solo por la cara tan contrariada y furiosa que tenía su tío.
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¡Jodete Wisteria!
Fanfiction- No eres diferente a un molesto insecto. - Y tú a una tierna y delicada flor... claro que te falta lo tierno y delicado. - ¿Nunca te cansas de molestarme, verdad? - ¿Y tú nunca te cansas de ser tan pretencioso e idiota? - ¡Jodete wisteria! ...