Ya no tengo el control

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— Ya no tengo el control.

— ¿Sobre que?

— Sobre Yusaku, ahora realmente está siendo un pandillero —Ray vio a su hermana con una ceja alzada—. Antes me temía, tenía miedo de que yo me enterara de sus tonterías… ahora le da tan igual que las hace en frente mío.

— Oh… vaya… qué horrible debe ser tener un hijo alfa que te desafía por todo… —La omega de cabellos rojizos habló con claro desprecio al mismo tiempo que acariciaba con cuidado las suaves y adorables prendas que habían en exhibición— Pero qué sabré yo, si mi único hijo es sólo un omega que vive en la ignorancia e inocencia de su propio mundo por el imbécil sobreprotector de su padre que no puedo dejar porque eso tal vez lo lleve aún más al suicidio.

— Ray… yo… no quise-.

— Ya es la tercera ocasión en que Takeru se intenta suicidar, y aún así Flame no me deja buscarle ayuda —La omega menor limpió con sus propios dedos sus lágrimas mientras era abrazada por su hermana mayor—. Takeru está deprimido… no se desde cuando, pero lo se… y necesita ayuda, Seren, la necesita…

— Calma Ray, ya verás que todo mejorará…

— ¿Tu crees, Serena? —La mayor asintió sin dejar de consolar a su hermana, en serio agradeció que hubiera otros y otras omegas en casi el mismo estado de tristeza por sus hormonas en la tienda.

— Sí… si algo aprendí viendo a mi hijo casi morir cinco veces por causa de su imbécil padre, es que de algún modo todo mejora… o empeora, pero esos dos son familia así que creo que mejorará.

— … Es increíble que eso haya podido animarme…

— Lo sé… lo sé… —Serena suspiró pesadamente antes de soltar a su hermana y volver su vista a la pequeña ropa de bebé que antes veía— También es algo que me sorprende.

La pelirroja asintió resignada para también volver a lo suyo, las dos estaban revisando la pequeña y adorable ropa de bebé mientras esperaban a su otra amiga, querían verle ropa a sus futuros nietos porque cierto alfa de ojos verdes y apellido de flor venenosa tuvo la extraña idea de que si se deshacía de todo con fuego sus padres no considerarían tener otro hijo, era su modo de expresar su deseo de seguir siendo hijo único… deseo que terminó involucrando a los servicios de bomberos y a la policía por el enorme incendio que formó en la costa.

— Había olvidado lo suave que puede ser esta ropita… o lo adorable que puede ser —La de ojos verdes tomó un tierno vestido de encaje color rosa, para verlo mejor, al mismo tiempo que lo hizo un omega con un notorio vientre que cubría con ropas maternas— Oh… per-.

— Señora, ¿puede quitar sus manos del vestido, por favor? —Ray retrocedió aterrada después de escuchar aquello, obviamente con las pequeñas prendas de apariencia y colores neutrales que ya habían elegido junto a su hermana, se encaminó rápidamente hacia la caja para pagar justo cuando vio a su amiga albina acercarse.

— … ¿Disculpa? ¿Como me dijiste?

(...)

— ¿A donde dices que fue tu mamá?

— Dijo algo sobre comprar ropa o que se yo, solo sé que dijo que se iba a demorar.

— Ya veo…

Yusaku beso con cuidado la cabeza del menor tratando de calmarlo, sabía que Ryoken seguía tenso por “la visita” de hace unos días, aunque se esforzara en serio en no querer demostrárselo ni a él ni a nadie, el alfa de ojos verdes sabía por simple instinto el estado de su adorado omega de cabello blanquecino.

El de ojos estelar suspiró agotado sin dejar su tarea de zurcir el resto del pequeño peluche, quería llorar, gritar, maldecir y un montón de cosas más por la simple necesidad de desquitarse y quitarse el doloroso peso que sentía en su pecho. Pero no podía hacerlo.

Creía que si se rompía ahora, sería darle razón a su maldito abuelo, el era un omega… era un débil omega que debía depender de un alfa para cuidarse.  

— Ryoken… ¿En serio no te quieres ir a recostar arriba?

— No. Estoy bie- auch… —El mayor se alertó ante el quejido de su pareja, pero cuando vio como este frotaba con fuerza sus dedos índice y pulgar para después llevar el índice a su boca entendió que solo se había pinchado mientras cosía el esponjoso juguete.

Al final el menor de ambos bufo molesto antes de dejar el peluche en la mesa de centro y acomodarse en los brazos del alfa, sentía tanta frustración contra sí mismo que acariciar su hinchado vientre junto a Yusaku no parecía calmar su ánimo en nada.

Se dejó embriagar por el olor a cítricos del alfa sin dejar de acariciar su panza. Ni siquiera se dio cuenta de cuando se relajo inconscientemente hasta el punto de quedarse dormido usando el pecho y hombro del alfa como almohada.

(...)

— No puedo creer que lo hayas comprado…

— Yo no puedo creer que golpearas en la cara a un omega, menor que tu,con siete meses y  que casi me lo pierda… —La única alfa del grupo dejo algunas de las bolsas que cargaba en el pasillo principal de la casa, al mismo tiempo que la dueña de la vivienda dejaba el adorable vestido en una repisa antes de suspirar.

— No fue mi culpa, fue la suya por decirme “señora”... no estoy tan vieja, estoy embarazada y aún no tengo 40 años… ¡No estoy vieja! —La omega volteo a ver a sus dos invitadas con bastante desesperación— ¿O si…?

Tanto Ray como Kiara negaron efusivamente al mismo tiempo, aquello pareció animar tanto a Serena que solo sonrió antes de agradecerles lo buenas amiga y hermana que eran… la verdad es que ninguna tenía el valor de decirle la verdad a la mayor de las tres por la misma razón de que nadie le preguntaba a Yusaku sobre la extraña relación que tenía con Ryoken, simplemente parecía que decirlo era lo mismo a pedir un puñetazo en la nariz. Cosa que ese omega desconocía por completo.

— Bueno… yo iré a saludar a mi hijo y me iré, tengo laxantes que comprar y una deliciosa sopa que-.   

— Ryoken esta durmiendo, Kogami-san.

— ¿Ah? —La albina volteó sorprendida al escuchar la voz masculina venir desde sus espaldas, se sorprendió aún más ver que el dueño de esa voz era Yusaku, quien se supone debería estar en clases...— Oh… Fujiki-kun…

— Kogami-san, ¿puede hacerme un favor?

— Eh… claro, ¿Que favo-?

— ¿Podría decirle a su suegro que deje de rondar por mi casa? —Kiara quedó completamente pálida al escuchar aquello, al igual que Ray, el menor solo seguía mirando con una tétrica neutralidad a ambas mujeres— Asusta a las vecinas de al lado y las enredaderas parece que se marchitan por su presencia, así que por favor… dígale que deje de hacerlo, gracias.

La albina no contestó con palabras, seguía en estado de shock, pero algo ya estaba pasando por su mente, incluso después de que el alfa menor se fuera caminando hasta a algún lado, su hijo no estaba seguro ahora ahí…

Tenía que encontrar otro lugar para ocultar a Ryoken y rápido.

(Hace 3 años…)

— Kiara… Ryoken…

— ¿Si, cariño/papá?

— ¿Qué hacen aún aquí afuera a esta hora? —El alfa de ojos amarillos camino hasta su esposa e hijo menor que parecían ver algo a la distancia desde el balcón.

— Vemos los fuegos artificiales.

— ¿Fuegos artificiales? —Ryoken asintió antes de acercarse a su padre, tomar su mano y llevarlo hasta donde él junto a su madre veían un incendio en la playa que estaba intentando ser controlado por los bomberos— ¿¡Pero que demonios!?

— No tenemos idea, yo quería enseñarle algunas constelaciones a Ryoken cuando vimos el incendio.

El hombre no supo cómo responder ante eso, sólo se quedó al lado de su esposa e hijo para ver como terminaba el show. Aunque el menor en realidad se estaba mensajeando con su pareja que le preguntaba tecnicismos legales para evitar la cárcel junto al llorón de su primo.

¡Jodete Wisteria!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora