Pesadilla.

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Sangre. Estaba rodeado de ella.

Originalmente era un lago, porque estaba caminando sobre él, no lo sabía… pero en algún momento este se tiño en rojo.

El olor metálico de la sangre era espantoso. Entonces se tropezó con algo.

Comenzó a hundirse en el lago de sangre.

Al día siguiente casi sufre un aborto involuntario.

Estaba caminando en una ciudad fantasma, todo el lugar estaba en ruinas.

Alguien pasó a su lado, ese alguien tenía lágrimas de sangre en su rostro.

Intento seguirlo, no pudo evitar que entrará a las ruinas de un hospital y se lanzará al vacío en la misma entrada.

No entendió cómo aún así se levantó como si nada y se fue.

Dos días después se entera que el primo llorón de Wisteria fue atropellado, pero estaba bien.

Por alguna razón horribles muñecos estaban bailando estúpidamente alrededor de una enredadera muerta y seca.

Les gritó que se alejaran, estos asintieron y se detuvieron, entonces se fue.

Cuando se dio la vuelta, poco después, los muñecos estaban siendo estrangulados por la enredadera, que ahora estaba verde y fresca.

Los muñecos estaban rompiéndose, tenían tantas grietas que sólo tres seguían retorciéndose.

Esa misma tarde se encontró a sus tíos en el hospital llevando a sus primos con signos de envenenamiento por glicina.

Ahora estaba en un salon llenos de muñecos, pero destacaba un muñeco roto. Alguien lo estaba destruyendo aún más.

Quien lo rompía era un títere con un brazo. Repentinamente el títere comenzó a lamentarse, abrazo al muñeco con la mayor ternura posible.

Le dibujó un par de alas al muñeco en todo su cuerpo.

— “Ah0r4 pødr4s~ b0lař…” —Fue todo lo que el títere dijo, acariciando con ternura al muñeco.

Lo abrazó antes de intentar alejarse.

El titiritero volvió a mover los hilos. Se burló de aquella acción consciente de su juguete.

Lo hizo volver a golpear al muñeco, lo hizo estrangularlo y torturarlo.

El muñeco era igual a ese desconocido con lágrimas de la ciudad en ruinas.

Le comento aquello hace días, volverlo a soñar no era buena señal.

Poco después él le confesó que descubrió que el club de periodismo escolar, investigaba un posible abuso de parte de un profesor a un alumno.

Ahora tenían que creer que el director estaba implicado.

Esta vez estaba en un lugar del infierno.

Los demonios gritaban suplicando ayuda.

Su rey, un oscuro ser, los torturaba exigiendo ver al error que entró a sus dominios.

Los demonios lo señalaron, menos uno que intentó protegerlo. Quiso huir. Quiso correr.

Pero el grito de esa cosa le aterraba. Fue cuando algo los distrajo. Una especie de demonio femenina con apariencia más humana.

¡Jodete Wisteria!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora