La familia de Mark contaba los minutos para ver a su hijo, abrazarlo, poder decirle tantas cosas que antes no le habían dicho, estar con él y brindarle todo su amor, dicen que para que se den cuenta las personas del daño que hacen sin darse cuenta deben pasar por momentos terribles y ese era el caso de la familia Crawn, por suerte la vida les estaba regalando otra oportunidad para enmendar sus errores, ya habían reconstruido la casa y a pesar de no haber quedado del todo igual, los recuerdos se escondían en cada rincón de la misma, desde el nacimiento hasta el incendio.
La pequeña reunió que tuvieron por el cumpleaños de Mark resultó muy emotiva, querían estar con él, querían escuchar lo que el le tuviese que decir sobre donde ha estado y como es que se estado ocupando de sus necesidades y quien era esa persona la cual lo estaba ayudando. Ya la casa estaba casi terminada solo faltaban algunos detalles, se enfrascaron mas en sobreproteger todo lo que tuviese que ver con mangueras de gas debido al trauma que el episodio anterior de su vida les había dejado.
-Timbre de la puerta-
—Si dígame, ¿Se le ofrece algo? ¿Se encuentra usted bien?. Pregunta Maribel.
—Lo siento, debe venir conmigo al hospital central señora Crawns. Dice la Sra Samanta sin responder ninguna pregunta.
—Hola hola ¿Como les fue en el viaje cariño? ¿Pudiste hacer lo que ibas a hacer? Pregunta Sandy a Sara.
—Si mamá, estoy muy cansada, fue un poco difícil pero lo intentamos por lo menos, espero de buenos resultados. Responde Sara.
—Estoy segura que así será cariño, estuvo muy bueno eso que hiciste, además que fue bueno para ti distraerte un poco. Dice Sandy.—Pero.
—¿Pero? ¿Qué pasa mamá? Pregunta Sara intrigada y asustada por el semblante de su madre.—¿Es sobre Mark? Habla mamá.
—No, no cariño, no es sobre Mark. Desde que tú y él conocen a la señora Samanta a ella la conocen en el pueblo ya que antes no era así, con ustedes ella salía mucho y gracias a eso se dio a conocer sin querer tal vez. Dice Sandy.
—No estoy comprendiendo mamá. Dice Sara aterrada.
—Hija, ayer fui al mercado y escuché a unas personas hablar sobre ella. Responde Sandy.—Me da miedo que recaigas, tal vez solo hayan sido rumores o no haya sido grave pero dijeron que una ambulancia salió desde su casa.
Sara y Mindi se quedan mirando a Sandy, el rostro de Sara es inquietante como si hubiese visto lo peor, una mirada perdida y con pequeñas gotas de lagrimas, no comprendía la situación, no sabía si era una pesadilla o realidad, primero Mark, ahora Samanta se sentía aislada Sandy le hablaba y ella la escuchaba muy lejos sentía que iba a desmayarse, su mundo le daba vueltas, aquella conversación donde Samanta le decía que sentía bien y que solo era algo pasajero lo que tenia le rondaba la cabeza y le temía a esas palabras, se imaginó lo peor, no era algo pasajero por eso era que hablaba tanto de sus hijos por eso quería verlos y tener su perdón, no se podría sostener otro motivo, estaba muriendo y quería ver a sus hijos antes de irse. Sara sale corriendo sin decir nada, Mindi y Sandy van tras ella gritándole que se detenga pero ella no las escucha por más que quiere está completamente aislada, las lagrimas recorren todo su cuerpo, solo tiene en mente llegar a la casa de Samanta, ver con sus propios ojos que está allí, esperándola, quería verla, abrazarla y saber que estaba bien que solo fue un rumor o algo nada grave todo se le vino encima, los recuerdos, las llamas, los bomberos, las sirenas, los oficiales pidiendo retroceder, Samanta diciéndole que las malas noticias a veces son buenas noticias disfrazadas, quería creer en eso, sus piernas le fallaban, el corazón quería salir, latía cada vez mas fuerte pero no podía detenerse no se lo permitía. Al llegar a la casa, estaba cerrada, busca la llave que le había dejado y logra abrir la puerta.
ESTÁS LEYENDO
No sé dañar
Teen Fiction-Ganadora de los premios Shadow Awards como mejor portada- -Ganadora de los primos GOD2018 como mejor trama- Mark un chico un tanto callado, desolado, siempre había soñado con un gran amor. Sara es el reflejo de Mark. Son casi parecidos, viven en un...